Más de dos décadas llevan sonando, por Medellín y el país, noticias sobre el Plan Parcial de Naranjal. El primero en su tipo en Colombia, un experimento de ciudad. Así lo han llamado. Lo cierto es que hoy, a siete años del inicio de su construcción, el plan sigue siendo una quimera. Y los habitantes del barrio, así como los comerciantes, ven el futuro con poco optimismo. “Tememos que se demore diez años más en terminarlo. Mientras tanto, esto acá es tierra de nadie. Los resultados no son nada parecidos a lo que plantearon. Estamos completamente abandonados”, dijo Nancy Maya, líder comunitaria del sector.
La historia de la transformación de Naranjal está plagada de polémicas. Líos jurídicos, acciones populares en contra del proyecto y encontrones entre la administración y los constructores hacen parte del historial. El proyecto, incluso, estuvo detenido más de año y medio. En 2019, la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) retiró a la compañía que estaba a cargo de la obra. Desde entonces, la construcción se detuvo y la transformación del sector quedó a la deriva.
Pero la suerte le sonrió a Naranjal el pasado 11 de junio. Ese día, el gerente de la EDU, Wilder Echavarría, anunció que el proyecto, luego de año y medio de para, volvía a reactivarse. La noticia fue tomada con optimismo general. Sin embargo, Mario Múnera, dueño de Marllantas, una empresa establecida en el sector desde hace 37 años, es escéptico frente al futuro: “Según el anuncio, para terminar la unidad de acción dos se demoran 14 meses más. Para la 3, en cambio, se van a tardar seis años. Mientras tanto, el sector seguirá deteriorado, invadido por los habitantes de calle. Llevamos 20 años y, según esto, serán al menos 10 años más. No podemos esperar tanto”.
Quejas y respuestas
Mario Múnera estableció su negocio en Naranjal hace cuatro décadas. Cuando llegó, según sus palabras, el sector estaba “tan deprimido como ahora”. De hecho, una de las pretensiones del plan parcial es recuperar un terreno que ha padecido problemáticas históricas.
Maya, la líder de Naranjal, expresó que el deterioro se ha acelerado desde el cese en las obras, en 2019. Uno de los agravantes ha sido la compra de predios que se requieren para la unidad 3, que tiene un plazo de 72 meses para realizarse. “Con las casas vacías, abandonadas, ha incrementado la inseguridad. A la casa en la que habitó una familia por años, por ejemplo, se metieron los ladrones y se llevaron todo lo que quedaba”, dijo.
La mujer agregó que los problemas del sector también tienen que ver con movilidad y medio ambiente. Se quejó de falta de señalización de las vías y de las basuras y escombros que arrojan en las zonas verdes. “Nos sentimos olvidados por la Alcaldía y sus dependencias. Ahora que se destrabó el proyecto, esperamos que las cosas cambien. No hay presencia de Medio Ambiente, por ejemplo, ante un problema tan grave como las basuras”, expresó.
Múnera, por su parte, añadió que desde que se comenzó la construcción del proyecto se han celebrado unas 100 reuniones con la administración. Sin embargo, dijo, no ha habido soluciones de fondo.
El plan parcial está compuesto por cinco etapas. De ellas, solo se ha construido, parcialmente, la segunda. Esta, que comenzó a ejecutarse en 2014, comprendía la construcción de cuatro edificios habitacionales, de los cuales solo dos han sido construidos. Para terminarla se abrió en octubre pasado una convocatoria pública. Según la EDU, cuatro oferentes se postularon, saliendo elegido el consorcio Arrabal-Naranjal 2021, integrado por cuatro empresas: Grupo Qualitas Corp, Sucursal Colombia, IGV S.A.S y CMS Desarrollos S.AS. Además de la terminación de la unidad dos, se dio vía libre a la estructuración y financiación de la unidad tres.
Para conocer los avances desde que se anunció el destrabe de Naranjal, hace un mes, nos pusimos en contacto con Wilder Echavarría, el gerente de la EDU, quien además respondió a las inquietudes de los ciudadanos. Expresó, en primer lugar, que se dio otro paso importante para la terminación de la unidad de acción dos.
Este 13 de julio se llegó a un acuerdo con la Fiduciaria Central para formalizar la llegada del nuevo inversionista. “Es un vehículo financiero que nos permite continuar con el proceso contractual. Es decir, es un blindaje jurídico importante. Ahora seguimos haciendo un inventario de herramientas, maquinaria y materiales de construcción. Todo está muy desordenado”, explicó Echavarría.
Frente a las inquietudes de los ciudadanos en cuanto a las demoras del proyecto, el gerente contestó que era un proceso jurídico muy complejo que requiere afinar muchos detalles: “Esta semana empezamos un comité técnico con acciones puntuales. El proyecto estaba completamente siniestrado. ¿Por qué tan lento? Hay que revisar cada contrato, cada decisión, para no poner nada en riesgo”.
En cuanto a la compra de predios para la unidad 3, Echavarría dijo que va en un 50 %, pero que la EDU ya no se encargará de adquirir los que faltan, sino que la labor quedará en manos del contratista: “Nuestra intención es que se terminen de comprar los predios y hacer una delimitación del espacio. O sea, que haya que comprar menos y no se haga tan grande. Para esta unidad tenemos 72 meses”.
Contrario a lo expuesto por los líderes del sector, el gerente de la EDU dijo que la administración ha escuchado todas las quejas y se ha preocupado por resolverlas: “Llevamos una agenda institucional para atender a todos. Articulamos a las secretarías de Movilidad, Salud, Seguridad, Inclusión Social, Medio Ambiente. Sabemos que Naranjal está deprimido, en donde hay microtráfico y problemas sociales. Hemos puesto la cara y estamos haciendo tareas que estaban inconclusas en la ciudad. Que digan que no los hemos atendido es falso”.
Como conclusión, Echavarría dijo que el plan parcial cualificará el suelo y hará posible que los viejos y nuevos moradores convivan en un mismo espacio. “La idea es redensificar el centro de la ciudad y para ello se necesita que todos los actores estén de acuerdo. El plan mejorará la vivienda, los equipamientos y logrará que se dé un reasentamiento en el lugar”.
Felipe Vélez, exdirector de Planeación Medellín, dijo que los planes parciales son figuras positivas para transformar a Medellín.
Advirtió, no obstante, que el ejemplo de Naranjal debe ser tenido en cuenta para evitar futuros errores. “Creo que Naranjal es una deuda histórica y deberá servir como ejemplo de cosas que no deben repetirse en los siguientes planes parciales”, precisó