En el sur del Aburrá, como siempre, en la Navidad hay estrés, pues mientras unos disfrutan elevando globos, en más de 1.500 empresas de esta zona del área metropolitana ronda la preocupación, ya que, en su caída, estos artefactos tienen una alta probabilidad de causar tragedias, tal como ha pasado en años anteriores.
Primero hay que aclarar que los globos dañinos son los de mecha incandescente, aquellos cuya llama permanece encendida durante todo el trayecto de vuelo y, al caer, aunque el papel se quema, la mecha sigue en llamas y es la que ocasiona las tragedias.
Tan es así, que, en los últimos cinco años, estos cuerpos esféricos han causado igual número de incendios en empresas del sur. Los más recordados son uno que cayó en 2015 en las instalaciones de la empresa Metroflex, de La Estrella, generando grandes destrozos y pérdidas materiales.
A este hay que sumarle uno que en 2016 consumió en el fuego al restaurante Palogrande (Envigado) y uno de los más recordados, el de 2007, que se precipitó sobre la zona de distribución de mercancía del almacén Éxito de Envigado. Las pérdidas, según los registros de ProSur, corporación que agrupa a las empresas de esta parte del Aburrá, alcanzaron los 80.000 millones de pesos.
Precisamente, debido a este fenómeno, en 2008 nació la campaña “Celebra a lo bien”, que busca generar conciencia en las personas que disfrutan esta actividad para que entiendan los perjuicios y peligros que conlleva elevar globos de mecha lenta o incandescente, y que la abandonen y celebren la Navidad con otras tradiciones que no causen daño a los demás.
La situación es de estrés, confirma Carlos Viviezcas, director ejecutivo de ProSur. En 1019, por estas fechas, ya habían sido detectados más de 2.245 globos que surcaron los cielos del sur. “Sí, la palabra es estrés, porque en esta zona somos conscientes del peligro, nos genera preocupación e implica grandes inversiones para evitar tragedias”, afirma Viviescaz.
Anunció que este año, gracias a la unión entre empresarios, alcaldías del sur y organismos de socorro, se fortalecerá la capacidad de reacción ante las emergencias y se definirán rutas de atención inmediatas en dos temas concretos: la pólvora, que en 2020 dejó a 70 personas lesionadas (44 adultos, 26 menores de edad, 10 de ellas con amputaciones), recuerda ProSur.
El otro tema son los globos de mecha, porque no tienen una ruta establecida ni punto exacto de caída y su peligro aumenta con la cola de pólvora que los acompaña.
Compañías como el Exito, dice Prosur, invierten hasta 500 millones cada año en adoptar medidas de seguridad para evitar incendios por esta causa. En la zona se han vuelto populares los globeros, personas que están atentas en las terrazas de las empresas y negocios a reaccionar de inmediato en caso de un incidente e incluso de atraparlos en pleno vuelo.
Aunque en estos 16 días que van de diciembre aún no se han presentado hechos por lamentar, Viviescaz sostiene que es normal, debido a que la euforia por los globos se despierta más en la segunda quincena. Un hecho diciente es que los tres grandes incendios reseñados han ocurrido en la noche Navidad. Por esta causa, en su momento, se perdieron hasta 150 empleos, calcula ProSur.
Todo lo invertido en esta situación es plata perdida, advierte, pues se trata de reforzar medidas de seguridad y gestión de riesgo en las empresas en las festividades decembrinas. Los meros salarios de los globeros generan una alta inversión.
Así que si piensa elevar este tipo de globos en lo que resta de Navidad, piénselo dos veces. Mientras usted, de pronto, sonríe un poco al verlos elevarse, ellos se convierten en especies de “llamas perdidas”, que van en la dirección del viento y al caer ocasionan desgracias. El sur, casualmente, es proclive a este fenómeno por la condición de Valle encerrado entre montañas que tiene el Aburrá y por la dirección que toman las corrientes en la época de fin de año.