Medellín nunca había estado tan cerca de tener su propia marca. Desde 2015, cuando se aprobó el Acuerdo 040, que estableció la realización del concurso Marca Ciudad, la idea ha trastabillado hasta fracasar en varias ocasiones. Y ahora que está en la recta final, en la que los ciudadanos podrán votar por las tres opciones finalistas, hay dudas sobre cómo se garantizará la transparencia del resultado.
Pero vamos paso a paso. La marca ciudad es una idea de vieja data. Consiste, en síntesis, en posicionar a Medellín con un logotipo, un slogan y una frase que cale a nivel internacional. Nueva York, por ejemplo, lo ha hecho con su “I Love New York”. Costa Rica, como país, elegió “Pura Vida”. Ambas marcas generan recordación sobre esos destinos.
Medellín, pese a su potencial turístico, no ha logrado definir su propia marca, que es un asunto distinto a los lemas de los gobiernos que en el actual, el de Daniel Quintero, es Medellín Futuro; en el de Federico Gutiérrez fue Medellín Cuenta con Vos; el de Aníbal Gaviria, Todos por la Vida; y el de Alonso Salazar, Medellín Obra con Amor. Por eso cada que termina un mandato el eslogan es renovado. Entonces, contrario a lo que pasa con Nueva York o Costa Rica, la imagen de la ciudad no se identifica como marca en el exterior.
Ahora volvamos al presente. Pese a que la administración anterior intentó sacar adelante el concurso, al final terminó sin éxito. Con la resolución 202050069498, expedida por la alcaldía Quintero, quedó en firme el concurso, que ya está en su recta final.
El martes de esta semana se abrieron las votaciones para que los ciudadanos escojan entre las tres ideas finalistas, que fueron seleccionadas entre las 60 que se presentaron al concurso, aunque solo 52 cumplieron con los requisitos para seguir adelante.
Para ello se habilitó el micrositio marcaciudad.medellin.gov.co que estará al aire para recibir las votaciones hasta el 18 de octubre. Ahí, todos los ciudadanos con cédulas expedidas en el Valle de Aburrá pueden votar por su favorita.
Y ahí comienzan las inquietudes: hay que ingresar, nombre, cédula y correo electrónico para votar, pero estos no son validados en el sistema de forma inmediata, es decir, se pueden poner datos falsos o erróneos y aun así la plataforma permite ingresar el voto. Aunque hay una advertencia en la página de que estos datos serán validados por la Registraduría Nacional del Estado Civil, esa entidad afirmó a este diario que desde la Alcaldía de Medellín no han hecho ninguna solicitud en ese sentido.
Ladys López, subsecretaria de Turismo de Medellín, dijo que la verificación de las cédulas de los votantes es posterior y que el proceso será transparente porque se consultarán las bases de datos de la Registraduría. Al comienzo, dijo, se contempló la idea de que la plataforma rechazara los votos con datos incorrectos. Sin embargo, los técnicos de la Secretaría de Innovación concluyeron que eso haría el proceso más complejo.
Ese mismo despacho aclaró cómo será el mecanismo de validación: “Una vez se hayan cerrado las votaciones de marca ciudad se procederá a ejecutar un robot el cual ejecutará cada 10 registros una consulta a la base de datos ANI (Archivo Nacional de Identificación) de la Registraduría Nacional del Estado Civil. Se validará que el número de identificación y la ciudad de expedición coincidan con los datos reportado, en caso afirmativo se valida el voto o de lo contrario se invalida”.
Frente a que no se hayan pedido aún los datos a la Registraduría, desde Innovación recordaron que la alcaldía y el Archivo Nacional de Identificación tienen un convenio vigente, el No. 002 de 2015, que permite acceder a la información necesaria para contrastar los votos.
Entonces surge otro interrogante, quién supervisará la eliminación de los votos incorrectos, o sea los que tengan datos falsos o erróneos. López contestó que “será un proceso totalmente transparente”, pero no explicó cuál sería la garantía.
Y un último interrogante frente a la votación tiene que ver con el hecho de que ciudadanos por fuera de Medellín, que habitan en otros municipios del Valle de Aburrá, incidan en la decisión final. La respuesta, en palabras de la subsecretaria López, es que al ser un área conurbada involucra a toda la región metropolitana. Incluso, pensaron extenderla al departamento, pero por razones tecnológicas y de presupuesto lo descartaron.