Una caravana de motocargueros recorre, este martes en la mañana, el occidente de Medellín en protesta por lo que denominan una crisis social tras las nuevas disposiciones de la Alcaldía sobre los acopios para disposición de escombros.
La movilización de los gestores de residuos de construcción y demolición, que en su mayoría desarrollan la labor en motocicletas adaptadas con un planchón, y que reemplazaron las denominadas zorra o vehículos de tracción animal, se desarrolla en inmediaciones del Centro de Acopio Temporal de Escombros -CATE-, de La Iguaná, generando grandes congestiones vehiculares.
Según Norbey Garzón, gerente de Coorremos, una d elas cooperativas que agremia motocargueros, la Administración Municipal ordenó el cierre de dos de tres Cates que oficiaron como lugares para depositar escombros de forma transitoria.
“Consideramos la medida como arbitraria dado que al cerrar los Centros de Acopios de La Iguaná y Santa Lucía y entregar a un operador privado el de La Ladera, se vulnera el derecho al trabajo de unos 4.000 motocargueros que derivan su sustento de esa actividad en el Valle de Aburrá”, dijo.
Añadió que la determinación de la Secretaría del Medio Ambiente implicará el incremento de la tarifa que cobran a los motogueros de $2.000 a $30.000 por viaje, lo que también desató el inconformismo y preocupación de los motocargueros, que son personas de estratos 1,2 y 3.
Santiago Sepúlveda, líder del programa de Residuos de Construcción y Demolición de la Secretaría de Ambiente, explicó a EL COLOMBIANO en informe publicado el pasado 24 de octubre que por norma nacional la ciudad debe recurrir a puntos limpios porque la disposición final debe estar por fuera de las zonas urbanas. De ahí que el material que llega a esos puntos de acopio es llevado a sitios de disposición final y plantas de aprovechamiento, por Emvarias en volquetas autorizadas.
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““Recibimos solo motocargueros (en puntos limpios). Pero hay dificultades, porque de las grandes obras civiles llevan en volqueta a disposición final, pero como estos lugares quedan retirados, por ejemplo, en Girardota, a más de 20 km, entonces, para ahorrarse costos (por combustible) hacen transbordos”, dice.
El funcionario denunció que de otros municipios aledaños a Medellín están llegando motocargueros que arrojan en calles y quebradas evitando el desplazamiento hasta los puntos limpios y pagar por el desembarco del material. “Si no se diera esa trampa del transbordo, recogerían en pequeñas obras y llevarían a los acopios”, anotó.