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Habló la señora que pagó peaje de Barbosa con monedas de $50, ¿qué dijo?
Se llama Sandra Gutiérrez, es madre de dos hijas y suele participar en las protestas contra los puestos de cobro en Barbosa.
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Sandra Gutiérrez, la señora que paga el peaje con monedas de $50, dice que seguirá protestando de esta manera. FOTO CORTESÍA
05 de octubre de 2022
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Como Sandra Gutiérrez, una madre de dos hijas adolescentes y residente en una vereda de Barbosa, se identificó la señora que viene pagando los peajes de esta localidad con monedas de $50 pesos en señal de protesta por un cobro que considera injusto.
Su historia la reveló EL COLOMBIANO al publicar un video en el que Gutiérrez aparece pagando con 290 monedas de $50 el peaje El Trapiche, ubicado en la Doble Calzada Bello - Hatillo a la altura de su localidad y en el que ella muestra su inconformismo por el pago de una tarifa plena de $14.500, cuando antes pagaba una tarifa diferencial de $2.700, como lo hacen más de 2.000 barboseños.
Gutiérrez afirma que hace esta protesta desde el pasado 12 de junio, cuando iba a cancelar el cobro y le dijeron que ya no estaba en la lista de diferenciales. Señala que seguramente fue excluida como un “castigo” a su liderazgo en las protestas que los habitantes de Barbosa han hecho desde hace más de tres años en contra de este peaje y el de Cabildo, ya que sienten que son injustos y que han llevado ruina a la localidad.
“Barbosa viene pagando este peaje desde hace 30 años, es un peaje en la zona urbana y lo que ha hecho es que nos ha encarecido la vida”, advierte.
La tarifa diferencial para los barboseños fue definida entre la ANI -Agencia Nacional de Infraestructura- y el concesionario de la vía, Vinus, para favorecer a los residentes en Barbosa, pues el punto de cobro no será retirado por el momento, como lo han pretendido en la localidad con apoyo de municipios como Girardota y Copacabana en algunos momentos.
Incluso, para evadir el peaje en su valor pleno ($14.500) muchos conductores que viajan hacia la Costa o hacia el norte venían utilizando una vía alterna por el sector conocido como La Mina, cuyo propietario del predio cobraba $5.000. Este paso fue cerrado y ya todos o pagan la plena, o la diferencial si están en la lista de favorecidos.
Sandra dice que con la protesta logra su objetivo, que consiste en dejar claro que no está de acuerdo con que el municipio tenga que someterse al pago de este peaje.
En Barbosa existe el Comité No más Peajes, que ha buscado que se retiren estos puestos de cobro por estar en jurisdicción del área metropolitana y esto ha llevado a que no haya empresas que quieran asentarse en la localidad, pues no les es rentable el movimiento de la mercancía si en cada entrada o salida deben cancelar dinero.
Gutiérrez dice que debe cruzar el peaje tres veces a la semana. Antes lo hacía lunes, miércoles y viernes, pero ya no le alcanza el dinero para tantas veces entonces trata de hacerlo solo los sábados.
“Debo llevar a mis hijas a Medellín a clases de ballet y clases de modelaje y a mi esposo que está incapacitado y tiene citas médicas periódicas en la ciudad”, relata.
Afirma que las cajeras del peaje ya la conocen y que mientras algunas la saludan normal sin decirle nada, otras se secretean entre ellas o le dicen de frente que no insista con la protesta, que no va a pasar nada.
“Pero lo que digan ellas o la gente no me importa, yo tengo mis derechos y es una protesta pacífica que incluso muchos conductores a los que les toca el taco que se arma me apoyan, porque saben que a ellos también los afecta la situación”, asegura.
A veces, también, hay conductores que se enojan por la espera y hasta le pitan y le meten frenazos al vehículo como una forma de hacerle sentir su rabia, pero ella prefiere orillarse y darles paso para evitar insultos o verse envuelta en discordias o peleas.
Incluso, como advertencia, en la ventanilla trasera de su carro, un campero Mitsubishi de color rojo, tiene un adhesivo que dice: “En Barbosa ya está bueno. No más peaje El Trapiche. Que lo quiten. Yo pago con monedas de 50”.
“Pase lo que pase voy a seguir haciendo mi protesta, monedas de 50 es lo que mantengo, hay personas que me las guardan y cuando tienen bastantes me dicen”, cuenta y asegura que hasta ahora es la única persona que paga de esta forma.
Dice que hay quienes a veces pagan con monedas pero de mayor denominación, como $200, $500 o $1.000. Espera que otros lo hagan a la manera de ella, pues así, dice, algún día les harán caso.
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