No solo el dinero del narcotráfico le dicta hoy a las mujeres en Medellín las proporciones que tienen que tener para ser bellas, es una trampa más compleja la de perseguir un prototipo estético difundido como ideal. Una trampa que, por fortuna, tampoco abarca de manera total sus anhelos y su fuerza vital.
“Ninguna de mis pacientes ha tenido relación con narcos. Hay muchas mujeres que se operan y para pagar sus cirugías tienen que trabajar”, explica Carlos Valdivieso, cirujano plástico que fue entrevistado por la reportera colombiana Manuela Henao en la realización de un trabajo periodístico que terminó con la publicación de una serie de imágenes en el diario británico The Guardian bajo el título Narcoestética en Colombia en fotos, y que de paso lo dejó sorprendido.
“Se pagan sus cirugías trabajando, a otras se las paga el esposo trabajando decentemente. No es verdad que la cirugía estética esté vinculada al narco como se quiere pensar, no tengo pacientes narcotraficantes, ni esposas de narcos”, reitera.
Al intentar una respuesta sobre por qué se dio esta interpretación a la voluptuosidad captada en diferentes escenarios de Medellín, mujeres reales, así como en un maniquí con una blusa escotada, en piñatas con forma de mujer desnuda o un afiche, piensa que de un tiempo para acá a todo lo que haga referencia a la ciudad y a Colombia hay que anteponerle “narco”, para que venda.
¿Por qué te operaste?
“Yo me operé para subir mi autoestima y sentirme bien”, dice Alejandra Ramírez, una de las mujeres que aparece en las fotografías y que se sintió engañada porque le plantearon que sería una entrevista sobre por qué se operan las mujeres en Medellín.
“Soy modelo y comerciante. Trabajé normal para pagar mis cirugías, a mí nadie me dio nada y nunca me he metido con esa clase de hombres (narcotraficantes). Piensan que porque uno se opera está buscando ese tipo de hombre”, recalca.
Lejos de lo que pretendía al posar frente al lente, sus fotos publicadas le trajeron reclamos e insultos, al estimar que se prestó para desvirtuar la imagen de la mujer colombiana.
El título del reportaje fue sorpresivo para la reportera Manuela Henao, que se propuso señalar con sus fotos una condición alienante para las mujeres, pero no su relación con una cultura que Medellín se empeña en dejar atrás.
Más para mostrar
Patricia Builes, la secretaria de Equidad de Género de Antioquia, lamenta que una vez más se publicite en el contexto internacional una imagen reduccionista de la mujer de la región solo con la intención de mantener vigente un tema que ha resultado atractivo. Tiene claro que hay referentes de lo femenino en la región que no encuentran la misma difusión.
“¿Por qué no se habla de mujeres líderes en empresas, organizaciones sociales, en la administración pública, en lo académico, las artes, los deportes?”, interpela.
Al ponerse al margen del debate sobre cuántas mujeres en Medellín y Antioquia invierten en realizarse procedimientos estéticos y la relación que puedan tener su ideal de belleza y actividades ilegales, destaca cifras como las 2.707 mujeres que han participado del concurso Mujeres jóvenes talento en las categorías de excelencia académica, liderazgo social y político, arte y cultura, y deportes. O las 220, de 77 municipios, que se certificarán este año en el programa Escuela de entrenamiento Política pa’ mujeres o las 1.904 que terminan sus estudios mediante la estrategia La escuela busca la mujer adulta.
No solo inflar
No por ser cirujano plástico Valdivieso es partidario de que lo más estético sea siempre aumentar y hacer más pronunciadas las curvas en una mujer.
Aunque es respetuoso de las razones que puedan tener para querer verse voluptuosas, trata de moderarlas si piensa que exageran un poco. Ser tan voluptuosas puede afectar su ascenso en la vida, la mirada de los demás y lo que pretendan de ellas. “De 10 pacientes que vienen con ganas de voluptuosidad a cinco las convenzo de moderarse”, dice .