viernes
8 y 2
8 y 2
El concejal Luis Carlos Hernández, del Partido de la U, se convirtió ayer en la piedra angular del debate sobre la venta de las acciones de UNE, no por sus posiciones sobre la iniciativa, sino todo lo contrario: por su “conveniente” ausencia para que la coalición de gobierno, aliada del alcalde Daniel Quintero, intentara, en una jugada calculada, revivir el polémico proyecto.
Hernández, quien había votado en contra de la venta de UNE, se retiró en medio de un debate de control político, en el que se escuchaban las denuncias del concejal Daniel Duque sobre un contrato para la chatarrización de 50.000 vehículos, en el que presuntamente la Alcaldía podría incurrir en un detrimento patrimonial por $33.000 millones.
Aunque no figuraba en la agenda de la corporación, el concejal Carlos Romero, del movimiento Independientes y aliado de Quintero, pidió la palabra para solicitar que se incluyera en el orden del día la apelación al hundimiento del proyecto de la venta de UNE, lo que tomó por sorpresa a la oposición por lo inusual de la solicitud, dada la desconfianza que impera en un sector del Concejo frente a la destinación de los recursos.
En cuatro intentos de aprobación, la Alcaldía y EPM no han logrado el consenso para pasar la iniciativa de la Comisión Primera a la plenaria.
¿Que fue lo que pasó?
Tal como lo ha contado este diario durante los últimos meses, las cuentas de la Alcaldía para sacar adelante la venta de esas acciones son adversas, ya que en la plenaria al menos 10 corporados han expresado públicamente sus reparos a la transacción, entre ellos Hernández.
Pero sin él en el recinto, la oposición quedaba en desventaja frente a la coalición de gobierno y ese fue el momento que aprovechó Romero, con la venia del presidente del Concejo Lucas Cañas, para abrir la discusión.
En un debate que rápidamente comenzó a subir de tono, el bloque de gobierno apoyó con 10 votos a favor el improvisado cambio, mientras los opositores intentaban localizar a Hernández que no respondía al celular y hasta el cierre de esta edición no había salido a explicar las razones de su ausencia.
Pese a que los márgenes de la administración distrital siguen siendo muy apretados, la jugada política encendió las alarmas de la oposición, dado que todo apuntaba a que el proyecto se llevara a la Comisión Segunda, en la que el gobierno de Quintero tiene al menos cuatro votos a favor y la oposición cuenta con tres.
Con esas cuentas, los cálculos preliminares apuntaban a que, de llegar a esa instancia, el proyecto quedaría aprobado en primer debate, teniendo luego vía libre para llegar de nuevo a la plenaria.
Entonces los ánimos se crisparon y uno a uno, desde la oposición, señalaban a Romero de haber aprovechado la ausencia de Hernández y a través de videos que publicaron en las redes mostraban las gradas vacías, argumentando que a espaldas de la ciudadanía y de los sindicatos se quería aprobar la iniciativa.
“Haciendo jugaditas quieren aprobar a las malas la apelación de la venta de UNE. Hicieron que se ausentara un concejal que había votado negativo en el debate pasado. Quieren vender a la fuerza el patrimonio público”, sentenciaba el concejal de la Alianza Verde, Daniel Duque Velásquez, calificando como un “juego sucio” de la Alcaldía esta estrategia.
En igual sentido se pronunciaron concejales como Simón Pérez, Dora Saldarriaga y Sebastián López, este último integrante de la bancada del Centro Democrático y cuyo voto hundió por cuarta vez el proyecto el jueves 27 de septiembre, cuando se estaba discutiendo en la Comisión Primera (ver Radiografía).
“Nos están haciendo una trampa que vale 3 billones. Medellín y Colombia se tienen que enterar de lo que está pasando”, afirmó López, volviendo a insistir en que se pretenden direccionar esos recursos a la administración central y no invertirlos en un activo de EPM como se ha pedido.
En medio del cruce de señalamientos, una publicación del alcalde Daniel Quintero, que rápidamente llegó a los celulares de los concejales, terminó de caldear los ánimos.
“Concejo empieza a cambiar de opinión. La presión ciudadana da resultados. Regalar 3 billones de presupuesto público a Tigo es un delito. Y quienes lo defienden sinvergüenzas. Concejales, activen la cláusula de protección del patrimonio público”, publicó en su cuenta de Twitter el mandatario distrital.
Calificando esa publicación como un hostigamiento cuando aún estaban debatiendo en el recinto, varios concejales opositores acordaron retirarse de la sesión con el fin de desbaratar el quórum y evitar de esta forma que se llevara a votación la apelación, que tiene los días contados para que se pueda concretar.
“Yo le quiero proponer a la plenaria que nos retiremos, que rompamos el quórum”, verbalizó Duque Velásquez, apartando en el acto su micrófono y levantándose de su silla. Idéntica manifestación hicieron los concejales Simón Pérez, Luis Bernardo Vélez, Dora Saldarriaga y la bancada del Centro Democrático, que se levantaron de sus sillas y abandonaron el recinto, obligando al presidente del Concejo, Lucas Cañas Jaramillo, a levantar la sesión.
Sobre lo ocurrido en el debate, Cañas Jaramillo rechazó las acusaciones de que el cambio en el orden del día fuera una “jugada sucia” y se defendió argumentando que su rol como presidente es el de darles garantías a todos los sectores políticos, incluido el del Movimiento Independientes que pidió discutir la apelación.
Lo cierto es que la apelación de la Alcaldía ya fue radicada y la plenaria tendría que volver a decidir su suerte esta semana. La pelea parece estar servida y todavía la venta de UNE es incierta.