viernes
7 y 9
7 y 9
Alta calidad en la atención, capacidad de investigación científica y un sentido social son tres de los pilares que debe garantizar toda institución que pretenda ser hospital universitario.
A la fecha, en el Valle de Aburrá hay cuatro instituciones con esta certificación, considerada por los ministerios de Salud y Educación como el máximo estándar de calidad: el Hospital Pablo Tobón Uribe, el Hospital Universitario San Vicente Fundación, el Hospital General y la Clínica Universitaria Bolivariana.
Juan Guillermo Barrientos Gómez, director científico de la Clínica UPB, explica que uno de los principales requisitos para aspirar a esta distinción es estar acreditado.
“Es un proceso continuo porque implica llegar al máximo nivel, no solo en prestación de servicios sino desde el punto de vista científico. Cuando una institución se acerca a este nivel quiere decir que no solo es un centro de formación del talento humano sino que se aproxima al desarrollo científico a través de la investigación per se” , acuñó el vocero.
Uno de los primeros centros asistenciales del país en certificarse como hospital universitario fue el Hospital Pablo Tobón Uribe. El hito ocurrió en 2014 y, de acuerdo con Antonio José Lopera, director médico del HPTU, llegar a este reconocimiento implicó cumplir con unos estándares específicos de calidad.
“Los hospitales universitarios son instituciones donde confluyen la investigación, la docencia y la atención en salud, todo esto para beneficio del paciente, aunque en el caso del Pablo Tobón Uribe además lo vemos como un compromiso con la formación de los médicos del futuro.
A esa última premisa como un valor importante también apunta Ricardo Posada Saldarriaga, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CES, quien valora que la existencia de ese nivel de calidad en instituciones de salud en la región garantice el relevo generacional y la renovación en una ciencia cambiante como la medicina.
“Esos esquemas para promover la formación del talento humano en salud son claves. Tener universitarios en los hospitales es muy importante porque implica que los docentes vivan actualizados. Es un propósito que las personas que trabajan en la salud, enfermeros, fisioterapeutas, nutricionistas, formen a las generaciones que les siguen”, anotó el académico.
Tanto el director científico de la Clínica UPB como el decano de Medicina del CES coinciden en que para el ciudadano es prenda de garantía ser atendido en un hospital universitario porque implica las mejores prácticas, la más alta tecnología y una actualización constante del conocimiento que se deriva de esa relación entre la academia y el trajín diario de los centros asistenciales.
Juan Guillermo Barrientos Gómez, director científico de la Clínica UPB, agregó además que para el Valle de Aburrá es un buen síntoma que aumenten este tipo de instituciones certificadas porque promueve a la ciudad como destino para formarse y les exige más rigor a los grupos de investigación.
“Como ciudad significa que Medellín sea atractiva como un destino de formación de talento humano en áreas de la salud, no solo en Colombia, sino por fuera del país y eso nos da una condición adicional que es de interés para el municipio y el departamento. Tenemos universidades y estábamos acreditados, pero además tener varios hospitales es un sello de garantía para quien viene a estudiar acá”, concluyó.
A ese selecto grupo de instituciones de salud catalogadas como hospitales universitarios aspiran llegar otras entidades del departamento como el E.S.E La María y la Clínica del CES. Para eso se requiere, además de una inversión, la idea de querer innovar e investigar con el más alto rigor, con el objetivo de aportar más que la misión paliativa de los enfermos .