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Casi 10 años de trabajo en el Hospital General de Medellín (HGM), donde dice que forjó una carrera y gran apego, no fueron suficientes para impedir que Rosa* presentara su renuncia, en medio del agotamiento y el estrés que le causaron episodios que califica de discriminación y acoso laboral.
Hoy, es una exempleada del hospital público más importante de Antioquia y lamenta que se estén presentando malos manejos contractuales, poca experiencia en algunos frentes de operación y desigualdades marcadas entre los trabajadores vinculados y los que, como ella lo estuvo desde 2020, cumplen labores bajo el modelo de tercerización, una tendencia que, asegura, es creciente en la entidad.
Justamente, ese es uno de los aspectos que generan descontento en parte del personal, pues a los tercerizados, según dice, les descuentan parte del sueldo, no solo para seguridad social, sino también para otros ítems sobre los que muchas veces no tuvo suficiente claridad.
Lo cierto es que su salario mensual de $2’100.000 podía terminar en $1’600.000. Esto, sin contar los retrasos para los pagos y la imposibilidad de hacer reclamos al respecto: otra empleada fue despedida tras exigir celeridad en el pago de uno de los sueldos que estaba demorado.
Entre los detalles que deben soportar los empleados tercerizados están portar un uniforme diferente al de los vinculados y quedarse por fuera de capacitaciones para el personal, lo que los lleva a sentir discriminación. “También hay acoso, te llaman en tus descansos a decirte que tienes que ir a apoyar un turno porque no hay personal. Antes de renunciar, estaba sufriendo de estrés, ya ni dormía. Es muy duro pertenecer a un hospital tantos años y que te pasen a una tercerización que vulnera tanto derechos”, detalla Rosa.
Esta es otra arista de las quejas que rodean al HGM, que fue noticia la semana pasada por los 55 hallazgos administrativos, financieros y asistenciales que hizo allí la Superintendencia de Salud. En concreto, el organismo de control se refirió a falta de ejecución de recursos, aumento de contratación por mínimas cuantías y pérdida de calidad en algunos servicios.
Y, seguidamente, el Sindicato de Profesionales y Trabajadores del HGM (Sinprogen) emitió un comunicado en el que indicó que la planta directiva de la institución “carece de experiencia y conocimiento para el ejercicio del cargo recomendado”, que funcionarios de carrera han sido relegados por personal contratado a través de prestación de servicios y que ha desmejorado el ambiente laboral.
Un ambiente que Rosa soportaba desde el año pasado, esperanzada en que se cumpliera la promesa de vincularla por medio de un mejor modelo. Pero, se quedó esperando hasta que no pudo más y decidió retirarse. Afirma que no soportó la presión, el trato desigual, las pocas garantías laborales, la falta de algunos insumos para trabajar y las fallas en la comunicación con superiores.
Pero, más allá del clima laboral, la exempleada también cuenta que se nota la poca experiencia de los operadores contratados para ejecutar servicios como el de la alimentación, lo que, según ella, ha perjudicado la atención a los pacientes. Y eso, tras haber laborado casi 10 años en la empresa, le hizo entender que era mejor dar un paso al costado.
*Nombre cambiado