Cuenta la historia que en 1904 un incendio consumió la única planta de teléfonos que funcionaba en Medellín, con 50 líneas. “En vez de ponerse a llorar, la modernizaron con 500 líneas, es decir, multiplicaron el servicio por diez. Esa ha sido siempre la actitud, se ha trabajado para tener una ciudad confortable”, contó Lucio Chiquito Caicedo, ingeniero civil y uno de los fundadores de EPM, medio siglo después del incendio.
Por eso cuando le preguntaron a Chiquito, en el libro por los 60 años de la empresa publicado en 2015, que en una palabra definiera a EPM, respondió: “Ha sido el factótum de Antioquia. Factótum es la persona que hace todo por otra. O por otras. La sacó del atraso. Nuestros antepasados eran inteligentes. Se preguntaron qué se necesitaba para vivir bien, sanos, alegres, productivos. La respuesta fue simple y contundente: servicios públicos. Y se pusieron a trabajar para lograr esa meta”.
Ese factótum, que desde 1955 se conoce como Empresas Públicas de Medellín, ha sido la palanca del desarrollo regional, porque cada año le transfiere 55 % de sus utilidades al Municipio. En los últimos 16 años, estas ascendieron a $12 billones, el equivalente a lo que costarían tres metros ligeros de la carrera 80, 12 túneles de Oriente o 40 metrocables de Picacho.
El acuerdo municipal 69 de 1997 autorizó convertir a EPM en una empresa industrial y comercial del Estado, de propietario único y del orden municipal. En su artículo 13 estableció que las utilidades netas de cada año, al cierre del ejercicio fiscal, se deben entregar al Municipio para proyectos de impacto social. Ese 55 % entonces está compuesto por los excedentes ordinarios que corresponden a 30 % de la utilidad neta de cada año, y por 25 % de los extraordinarios.
El promedio anual de estos recursos, en el periodo 2008-2019, correspondió a 19,1 % de los ingresos totales del Municipio (ver gráfico histórico). El año pasado las transferencias al Municipio ascendieron a $1,29 billones.
Por eso el exalcalde Alonso Salazar considera que el financiamiento de EPM ha sido vital en la renovación de infraestructura, espacio público y programas de acceso a la educación superior en los últimos 15 años en Medellín. “Las empresas públicas son fundamentales para el desarrollo. El financiamiento de EPM es clave para lo que Medellín ha logrado en inversión social. Hay que tener una empresa con buenos rendimientos para el beneficio de la ciudad”, opinó.
Para inversión social
Estos giros, según el Informe de Calidad de Vida de Medellín, representan un apalancamiento en la inversión pública, teniendo en cuenta que estos dineros deben ser destinados solo a inversión social, tal como lo establece el acuerdo municipal. Las transferencias de EPM al municipio de Medellín para invertir en lo social se vienen distribuyendo entre todos los sectores, en mayor o menor magnitud, dependiendo del gobierno de turno.
Entre 2016 y 2019 la destinación de las transferencias se fue en mayor proporción para educación, con tres de cada 10 pesos invertidos en ese sector (31,6 %), similar a lo acontecido entre 2012 y 2015. En segundo lugar se ubicó transporte, con 12 pesos de cada 100 invertidos en este sector, similar al periodo 2012-2015.
Los restantes sectores que más recursos recibieron fueron desarrollo comunitario (9,6 %), recreación y deporte (7,2 %) y vivienda (5,4 %).
Algunos de los programas y proyectos que se vieron beneficiados por las transferencias de EPM entre 2016 y 2019, fueron: Buen Comienzo, con $302.094 millones (82.650 niños y niñas menores de cinco años y 12.214 madres gestantes y lactantes atendidas); $286.395 millones para 12.186 créditos condonables y becas para la educación superior; $61.210 millones para programas de superación de la pobreza extrema; y $50.406 millones para auspicio del mínimo vital de agua potable de 65.000 hogares, entre otros.
Medellín Cómo Vamos llamó la atención sobre el hecho de que a través de la prestación de servicios públicos, EPM se convirtió en uno de los pilares de la calidad de vida, porque sus excedentes equivalen a una quinta parte del total de la inversión social.
“Estos recursos han sido fundamentales para nuestros avances en las últimas décadas y se convierten, cada año, en acceso a oportunidades de desarrollo, al generar equidad y progreso social”, señaló.
Para Ramón Javier Mesa Callejas, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, sin las transferencias anuales de EPM la situación económica municipal sería distinta, porque no existe otra fuente de recursos al menos equiparable. “La dificultad radica en que no tenemos cómo sustituir esa fuente, no tenemos a la vista otra empresa con esa dinámica productiva y prestadora de servicios públicos que son casi monopólicos”, dijo.
Previsiones del cuatrienio
El 18 de septiembre de 2019, la Vicepresidencia Ejecutiva de Finanzas Corporativas Gestión Riesgos e Inversiones de EPM le entregó a la alcaldía la proyección de excedentes financieros para ser transferidos al Municipio hasta 2028. No obstante, la carta dice que estos montos están sujetos a condiciones de mercado y a la devaluación.
“El 25 % (de los excedentes extraordinarios) será revisado a la baja en caso de no concretarse los hitos de desinversiones, recuperación de los seguros y el tiempo e inversiones para la terminación del proyecto Ituango, acorde a las condiciones aprobadas en el plan de negocios”, aclaró la carta.
En el Plan de Desarrollo 2020-2023 esa previsión se ajustó y en el plan plurianual de inversiones quedó en $6,43 billones, lo que se traduce en que las promesas de esta administración dependen en 28 % de que las transferencias se cumplan (inversión plurianual con cofinanciación nacional y otros alcanza $22,76 billones).
El secretario de Hacienda de Medellín, Óscar Hurtado Pérez, dijo durante la discusión del plan de desarrollo (27 de abril) que, reconociendo los riesgos que tiene EPM durante la pandemia por los precios de energía, los gastos de reconexión y la disminución del consumo, entre otros (ver recuadro), “creemos que la variación no afectará de manera importante nuestro techo fiscal del plan de desarrollo”.
Una expectativa de ingresos hasta 2023 depende del pago del seguro por Hidroituango. En el informe en el que bajó las calificaciones internacionales de EPM de BBB a BBB- (13 de agosto), Fitch Ratings consideró que el impacto financiero del proyecto Ituango se ha mitigado después del anuncio de la aseguradora Mapfre de que las causas de los daños serían cubiertas por la póliza. EPM recibió el pago inicial de USD 150 millones en diciembre de 2019 y “espera recibir entre USD 100 millones y USD 200 millones en 2020”, según el informe.
Fitch va más allá: asume que EPM recibirá pagos de hasta USD 1.100 millones de su póliza de seguro entre 2019 y 2022. La calificadora consideró que los pagos del seguro se realizarán en cuotas a medida que ambas entidades revisen los daños y los costos. “Los pagos son un factor positivo desde el punto de vista del crédito y alivian la presión sobre EPM de vender activos para compensar el costo incremental estimado del proyecto de USD1.500 millones”, afirmó.
Otros supuestos claves de Fitch en su informe son que el proyecto Ituango entrará en operación gradualmente con 300 megavatios a comienzos de 2022, 600 megavatios a finales de 2022 y 1.200 megavatios en 2026; que el costo total de Ituango será de USD 3.400 millones; y que obligaciones comerciales del proyecto a mediano plazo serán cubiertas con compras de electricidad, la base existente de activos hidroeléctricos y generación térmica.
Para el profesor Mesa Callejas, aún es muy temprano para determinar si los hechos coincidentes de 2020 (emergencia económica por la pandemia, actual turbulencia administrativa por la junta directiva y calificación de las firmas de riesgo) tendrán un impacto sobre las transferencias al Municipio.
“Todos los hechos pueden tener un efecto en el resultado operacional, la coyuntura actual tiene coincidencias, pero el panorama complejo no es solo para EPM. Hoy todas las empresas públicas y privadas tienen dificultades financieras, el resultado operacional para 2020 será difícil. Hay un escenario económico muy complejo en todo el mundo”, anotó.
Nicolás Posada López, director del Comité Intergremial de Antioquia, dijo que los esfuerzos administrativos deben centrarse en recuperar la confianza y la dinámica de la empresa, para que la coyuntura no tenga repercusiones económicas y eso redunde en mantener las transferencias, aún más necesarias ahora durante la recuperación social pospandemia.
Para Mauricio Restrepo, gerente de EPM entre 1995 y 1998, si los resultados económicos se resienten, la más afectada será la misma EPM, porque no podrá adelantar su plan de expansión y no podrá adelantar con eficiencia los negocios que hoy demandan recursos como Hidroituango y Caribe Mar. “Luego se afecta la ciudad, que depende de los excedentes de EPM, al contar con menos recursos. Por eso la empresa debe fortalecer su caja para generar confianza ante las calificadoras de riesgos internacionales y poder mantener las transferencias al Municipio en esta coyuntura”, concluyó.