Indiana Jones: El Ulises contemporáneo

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Simón Carmona Lopera*

En todas las sociedades sus sistemas de creencias y valores representan un pilar fundamental en su cultura e identidad; puesto que estos demuestran el imaginario e ideología de dichas civilizaciones junto a la cosmovisión del mundo que los rodea, y las aspiraciones, los sueños y los ideales de las personas que los conforman. Para la representación y comunicación de estos aspectos psicosociales de sus culturas, las sociedades recurren a la creación de leyendas e historias que representan todo este conjunto de ideas de dicha civilización, especialmente encarnada en la figura mitológica del héroe, quien llega a representar el concepto del ser “perfecto” que cada sociedad posee, plasmada en un solo ser humano.

En este trabajo se llevará a cabo la comparación entre dos héroes, dispares entre sí, pero que a su manera desempeñan la misión de representar a las sociedades de las que provienen y a las culturas de las que son producto; este análisis tiene el propósito de entender qué quieren decir sus historias sobre las civilizaciones que los vieron nacer, y por qué estas son como son y qué reflejan de la psicología social de las culturas que hacen parte. Estos héroes son: Ulises e Indiana Jones.

Las leyendas son parte esencial de la humanidad, esto debido a que son la representación de la compresión del mundo dada en diferentes culturas y sociedades, pero además por ser la encarnación de los ideales y la psicología interna de los individuos que las conforman. “Más que credos explícitos, lo que las películas reflejan son tendencias psicológicas, los estratos profundos de la mentalidad colectiva que -más o menos- corren por debajo de la dimensión consciente” (Kracauer, 1947 pág. 14). Así Kracauer nos da a entender cómo el arte (en especial el cine) plasma la psicología de la sociedad de la que proviene de la manera más eficaz e impactante. Es por esto que películas consideradas como puro entretenimiento sin propósito, como lo es Indiana Jones y los buscadores del arca perdida (Spielberg, 1982), pueden ser comparadas por los clásicos literarios que tiempo atrás influenciaron y representaron a las masas, como La Odisea. de Homero.

Pero, ¿por qué comparar unas obras tan diferentes entre sí? Hay dos motivaciones detrás de esta decisión. La primera, radica en que, en ambas historias, los héroes deben llevar a cabo un viaje, donde parten de un punto A, atraviesan distintos periplos y llegan a un punto B. La segunda, es que al estar tan separadas en el tiempo y pertenecer a culturas tan opuestas entre sí, nos muestran la psicología de las sociedades que concibieron los relatos, y también cómo estos mismos influenciaron y moldearon la psique colectiva de sus respectivas épocas y lugares.

Parafraseando a Slavoj Zizek, en su Manual de cine para pervertidos: “el cine es el arte más perverso de todos, debido a que es el único arte que no nos dice qué desear, sino cómo desear” (Zizek, 2005). Esto muestra cómo las obras artísticas (centrado en este caso en el cine) influyen en la psique de sus espectadores y afectan su manera de entender el mundo y sus deseos, por lo cual, al analizar el arte, se analiza a su vez a las sociedades que lo rodean.

Con base a lo anterior, el primer paso será analizar los viajes realizados por nuestros héroes y descubrir qué desea comunicar sobre el mundo. En La Odisea, Ulises lleva veinte años alejado de su hogar desde que partió a la guerra de Troya. Su objetivo desde que esta terminó es regresar a Ítaca con su amada Penélope y su hijo; en esta ocasión y a diferencia de la mayoría de los héroes, el viaje de Ulises no es desde su mundo ordinario hacia el mundo extraordinario, sino al revés, parte del mundo extraordinario, e intenta regresar al mundo ordinario; el porqué de que el viaje de Ulises sea planteado de esta manera puede tener muchos motivos, entre estos está la idea de la importancia que los griegos daban al núcleo familiar, y cómo desde su percepción cultural, los hombres honrados y respetables han de tener por delante de todos los placeres del mundo a su hogar y su familia.

Pero ese no es el único detalle a resaltar en La Odisea, también se debe hablar de las condiciones del viaje. Si pensamos a profundidad, Ulises nunca escogió que todo ello le sucediese, él no quería ir a la guerra de Troya, en donde tuvo que observar morir a sus amigos y compañeros; y de igual forma, las peripecias que sufre en La Odisea no son elección suya, él no quiso comer el ganado de Apolo, pero es castigado por los actos realizados por sus compañeros de viaje y paga el precio siendo abandonado en la isla de Circe por diez años; viaja al hades solo por designio de los dioses, y todos los lugares que recorre son previamente trazados por alguien más (en especial los dioses) y, aun así, debe esperar atrapado en esa isla hasta que, finalmente, Zeus le permite volver a su hogar y solo por intervención de Atenea.

Todo esto termina convirtiendo a Ulises en una víctima del destino y del capricho de los dioses; pero en este caso el motivo de ello es más evidente, puesto que para la cultura griega no había nada ni nadie por encima de las divinidades, tenían un gran respeto y temor a sus deidades y es por ello que sus leyendas giran en torno a estos seres de inmenso poder, en donde cualquiera que los desafíe será cruelmente castigado, como sucede con Prometeo.

En cambio, ¿qué ocurre con Indiana Jones? Pues bien, a diferencia de Ulises, Indy parte desde el mundo ordinario al extraordinario, dejando atrás su aburrida vida de profesor de arqueología para vivir trepidantes aventuras a través del mundo, ¿esto a qué se debe? La respuesta es sencilla, Indiana Jones es concebido durante la sociedad contemporánea, el ser humano tras la revolución industrial está cansado de su vida rutinaria, las máquinas y los medios de producción han deshumanizado a las personas, y poco a poco las ha ido encerrando en un diminuto puesto de trabajo condenándolas a repetir la misma acción mecánica una y otra vez, todo el mundo desearía poder lanzar por la borda su trabajo e ir a explorar el mundo, vivir experiencias que les han sido negadas por las deudas y el horario laboral, y sentir esa libertad que les ha sido robada, teniendo desorbitantes aventuras como las de nuestro querido arqueólogo; es por esto que a pesar de que si Indy no hubiera realizado su aventura, el final hubiera sido el mismo, ya que los nazis hubiesen muerto de igual forma por el arca perdida, pero esto se debe a que, siguiendo la filosofía de la road movie, lo importante nunca fue el arca, nunca fue ganarle a los nazis, si no la gran aventura que se vivió para conseguir estos objetivos, porque lo que importa es esa ruptura de la cotidianidad y la rutina.

Sumado a esto, se debe hablar de la condición del viaje, el profesor Jones no fue obligado a enfrentar a los nazis, él mismo quiso y rogó por hacerlo, porque a diferencia de Ulises, él si quiere ser alejado del hogar con el propósito de hallar un objeto arqueológico invaluable, no está a merced de ningún dios o fuerza sobrenatural que lo obligue a viajar más allá que su propia voluntad; todos estos detalles responden otra vez a las nuevas ideologías del hombre moderno; con pensadores como Nietzsche o Albert Camus, y momentos históricos como el renacimiento, el teocentrismo de los griegos fue cada vez más dejado de lado (a pesar de aun existir la religión) y se dio paso a un claro antropocentrismo, ahora los dioses no son el centro de todo y se le da la posibilidad de escoger al ser humano y apropiarse de su destino.

Vale la pena también analizar un tema cada vez de mayor relevancia en la actualidad, el rol de la mujer en ambas historias. En La Odisea Penélope juega un rol importante en la historia, pero de manera pasiva. El papel de Penélope se basa en darle tiempo a Ulises y esperar hasta la llegada de este, por ello se dedica a coser y descoser el sudario para Laertes, a la vez que rechaza y apacigua a todos los pretendientes de su mano y le jura lealtad a Ulises. Si bien Penélope está ayudando a Ulises en su misión, nunca actúa directamente, se limita a esperar a su esposo para solucionar todos los problemas del hogar, siendo completamente dependiente de él y sin poder actuar por sí misma ni tomar decisiones, siempre relegada a la sombra de Ulises. Penélope es la representación de la castidad y la fidelidad al matrimonio, para la sociedad griega, la mujer no podía jugar un papel activo en la misma, puesto que era vista como poco educada y de baja reputación, las “buenas mujeres” debían ser sumisas ante sus esposos, jurarles lealtad eterna y no actuar si no es bajo el permiso del hombre de la casa.

En cambio, Marión sí llega a jugar un papel activo en la Buscadores Del Arca Perdida, o al menos al principio. Marión es presentada como una mujer empoderada, ruda e independiente, la primera vez que aparece en pantalla vence a un hombre en una apuesta de tomar copas, y más de una vez la vemos ayudar a Indy a derrotar a los nazis, al menos hasta el segundo acto donde se convierte en el estereotipo de la “damisela en peligro” capturada por los nazis, esperando a ser rescatada por el héroe. Si bien, como lo expuesto anteriormente, la mujer aún necesita de la ayuda del hombre y queda como solamente un acompañante, por fin se le empieza a dar un rol más activo y participativo a lo femenino en las historias, resultado de los cambios culturales que empezaron a vivirse desde la década de los años sesenta a nivel mundial, fenómenos sociales como el movimiento hippie, la contracultura, la reclamación de derechos de las personas LGBTIQ y la búsqueda de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer en la sociedad y el rol que ambos juegan, haciendo que por fin las mujeres se empiecen a alejar del papel de “la damisela en apuros” y demuestren una rudeza e independencia en las narrativas modernas, ya visto en personajes como Ripley en la saga de peliculas Alien, o Samus Harán en la saga de videojuegos Metroid, por mencionar algunos ejemplos, aunque aún siga siendo un tema que requiere aún hoy en día de más trabajo, esfuerzo y desarrollo.

Ya analizados los viajes y las acompañantes, llega la hora de hablar del eje central de estos mismos: los protagonistas. Curiosamente Ulises e Indiana Jones son tan contrarios como similares entre sí, debido a que son opuestos en personalidad e idénticos en concepto. ¿A qué me refiero con esto? Simple, empecemos por el héroe griego. Ulises es noble, educado, sabio, fuerte y glorioso, es perfecto; inclusive en la misma obra llega a ser puesto casi en el nivel de un dios, pero ¿por qué es tan perfecto? ¿No lo hace eso un personaje plano y vacío? En realidad, sí, pero tiene todo el sentido del mundo que lo sea; el hecho de que sea así es porque Ulises representa la aspiración máxima de la sociedad, los atributos del héroe son los valores dados por la sociedad griega que se consideraban ideales: amor por la familia, honradez, desempeño en el combate, sabiduría, modestia, etc. La mezcla perfecta entre soldado y filósofo. Y el hecho de que el protagonista de La Odisea posea estos atributos es con el fin de inspirar (en su momento) a las personas para intentar ser como él, seres por encima de la media que representan un ejemplo a seguir en la sociedad. Ulises es perfecto porque ese era el propósito del arte griego en su época de esplendor, tal como explica Aristóteles en La Poética dice lo siguiente sobre el trabajo del poeta al crear sus protagonistas:

(…) la tragedia es una imitación de personajes mejores que el término medio de los hombres, nosotros debemos seguir el ejemplo de los buenos pintores de retratos que reproducen los rasgos distintivos de un hombre, y al mismo tiempo, sin dejar perder la semejanza, pintarlos mejores que lo que son. De igual modo al poeta, al representar a los hombres rápidos o lentos en su ira, o con similar debilidad de carácter, deben saber cómo dibujarlos como tales, y a la vez como hombres excelentes, según Agatón y Homero han representado a Aquiles. (Pág.16)

Curiosamente, lo mismo ocurre con Indiana Jones, solo que de forma distinta. Indy no es un ser de luz ni mucho menos, es un hombre mujeriego, sarcástico, a ratos demasiado intrépido y hasta desconsiderado en cierta medida, está claro que no es un santo y los griegos seguro hubiesen reprochado muchas de sus actitudes. Pero para la sociedad norteamericana de los años ochenta, Indiana es todo aquello que aspiraban a ser. Es un conquistador, no se deja mandar por nadie, es intrépido, carismático, encaja de maravilla con los valores de la sociedad estadounidense de la década, cuando todos querían ser exitosos, valientes, seductores y mucho más; Indy lo representa a la perfección, y aun hoy en día no podemos evitar admirarlo (cabe recalcar la dirección por parte de Steven Spielberg para crear esta aura de magnificencia en el personaje).

Y es que también Indiana Jones es el aventurero perfecto, recoge la grandiosidad de Ulises; la inteligencia de los personajes de Julio Verne, como el geólogo Lidenbrock y el intelectual señor Fog; el conocimiento de la selva de aventureros anteriores, como Allan Quatermain, en Las Minas Del Rey Salomón (1950); y la picardía del bandido Han Solo en la saga de Star Wars (siendo interpretado también por Harrison Ford). Todos estos aspectos heredados de sus antecesores convierten a Indiana Jones en el máximo aventurero que marcó un antes y un después en el cine de aventuras, al igual que hizo Ulises en su momento en la literatura.

A manera de conclusión, Ambas obras han sido analizadas y comparadas entre sí, a través de este ejercicio, se ha podido evidenciar como en las obras artísticas, hasta en los más mínimos detalles, se pueden vislumbrar aspectos sociológicos de las sociedades de las que provienen, puesto que todo producto artístico y cultural está sujeto a la psicología de la civilización de la que proviene, incluso en aspectos ligeros se evidencian los cambios sociales que han sucedido a lo largo de la historia, desde como la revolución industrial ha modificado los ritmos y aspiraciones de la masa trabajadora, hasta como los movimientos sociales de contracultura buscan subvertir las ideas preconcebidas de la identidad de género y la participación de las minorías en los estratos sociales. Es por esto que merece analizar toda obra audiovisual desde diferentes perspectivas, como por ejemplo un aparato de representación y formación social, así, realizaciones cinematográficas, consideradas como un simple y banal entretenimiento como las películas de Indiana Jones, tienen algo que decir sobre nuestra identidad como sociedad, y nuestra manera de pensar y comportarnos, permitiendo inclusive compararlas con grandes clásicos de la literatura como La Odisea, convirtiendo a Indiana Jones en el Ulises de los tiempos modernos, el Ulises contemporáneo.

 

* Estudiante de la carrera de Cine del Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM).

 

Referencias Bibliográficas

Aristóteles. La poética. U de Chile. Chile.

https://www.philosophia.cl/biblioteca/aristoteles/poetica.pdf

Kracauer, S. (1947). De caligari a Hitler una historia psicológica del cine alemán. Paidós Ibérica. Barcelona. http://www.panoramadelarte.com.ar/archivos/Kracauer_Siegfried_De_Caligari_a_Hitler_Historia_psicologica_del_cine_aleman.pdf

Zizek, S. (2005). Manual De Cine Para Pervertidos.

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