Sangriento San Valentín, de Patrick Lussier

Dos interesantes variantes del nuevo 3D

Por: Iñigo Montoya

Ésta es otra película más de asesinos en serie que matan uno a uno a adolescentes tontos o mujeres indefensas. Un gastado esquema que hemos vistos desde las sagas de Martes 13, Pesadilla sin fin y Halloween. Y para ajustar, no tiene nada de novedoso ni algún cambio significativo en su construcción, como para que siquiera los fanáticos de este tipo de cine la disfruten.

Sin embargo, la variante la tiene es por vía de la tecnología, pues se trata de una película en 3D, no la animación que sólo simula volumen, sino aquella que simula además profundidad. Ya en el último año se había visto este sistema con películas como Bolt, Coraline o La edad del hielo 3, pero se trataba de películas animadas a las que muy poco les interesaba explotar las posibilidades de efectismo con su público (seguramente porque más de un niño rompería en llanto cuando algo se saliera violentamente de la pantalla contra su blanda carita).

Esta película, en cambio, es para adultos y enmarcada en el género de horror, es decir, así como ocurrió en los años ochenta cuando hubo un nuevo apogeo de esta tecnología (cuyo uso comercial data de los años cincuenta), en esta cinta se aprovechan todas las posibilidades para causar un efecto adicional en el espectador, especialmente diseñando escenas y acciones para lanzarle objetos, entre más amenazantes o peligrosos mejor. Este efecto, sumado a los recursos propios del cine de horror, busca crear en el espectador una experiencia más intensa en la sala de cine.

Por otra parte, existe una gran diferencia entre ver películas en 3D animadas a verlas con espacios y personajes reales. Las animadas muchas veces se asemejan a un libro pop-up, de esos que se abren y se levantan los dibujos troquelados. Con imágenes reales captadas por una cámara –y no generadas por un computador- la sensación es completamente distinta. En realidad sí se trata de una nueva experiencia visual que se convierte por sí sola en la razón para ver esta película.

Seguramente llegarán más cintas con esta tecnología y lo más probable es que sean menos descerebradas (ya James Cameron está anunciando la cinta que romperá con todo lo conocido en esta área), pero de todas formas esta peliculilla de horror es pionera y la primera oportunidad que tenemos para tener una novedosa experiencia en el cine, ese arte y espectáculo que está siendo olvidado por muchos y que la industria quiere inyectarle algo de vida con la tecnología 3D.