El vengador, de Scott Charles Stewart

Vampiros de verdad en un futuro retro

Por: Xtian Romero – cineparadummies.blogspot.com


Hay ocasiones en que sales odiando películas de las salas del cine. Hay, afortunadamente, esas otras ocasiones en que sales amándolas, pero hay unas cuantas, muy pocas la verdad, en que sales con sentimientos encontrados. Muy bueno esto, pero…, muy bueno aquello, pero… y te encuentras en una batalla interior destruyendo y rearmando la película en cuestión.

Priest ha provocado eso en mí. Pero empecemos por el principio y atentos a la sinopsis. En un mundo alternativo, diferente espacio-temporalmente al nuestro, los seres humanos llevan teniendo batallas de supervivencia contra los vampiros desde tiempos inmemoriales. La Iglesia Católica, entrena a los llamados “Sacerdotes”, unos hombres altamente capacitados para luchar con estos seres cuerpo a cuerpo y destruirlos. En el futuro ya lo lograron, la plaga vampírica ha sido exterminada, y las personas viven en ciudades gigantes casi que como complejos industriales, dándole una estética retro-futurista portentosa.

La iglesia controla todo los destinos de la humanidad, con pantallas en los edificios con un hombre diciendo, “Desafiar la Iglesia, es desafiar a Dios”, y con confesionarios electrónicos en cada esquina, clara influencia de 1984 y su Gran Hermano. Los sacerdotes ya han sido olvidados y viven en las calles en el anonimato. Pero uno de ellos recibe un mensaje, su hermano, un granjero, fue asesinado junto con su esposa por una horda de vampiros que han raptado a su sobrina. Él, desafiando la autoridad de la iglesia, se lanza a la cacería de estos seres, revelando en el camino un oscuro secreto y enfrentando viejas deudas con el destino.

Todo este mundo que crean y las reglas que ponen en el, son geniales, es lo más atrapante de la cinta. Una mezcla de cyberpunk, steampunk, horror, y hasta de western, crean una realidad impresionante, todo ayudado de una buena fotografía, unos increíbles diseños de locaciones y obviamente de la parafernalia efectista del 3D (que después de esta película creo no lo volveré a ver, me cansa demasiado).

Además ese tono distópico como en la película 1984, es un logro grandísimo, porque propone algo que nunca había visto en anteriores películas y novelas de esta temática, la Iglesia Católica es la que tiene el control. Y lo mejor, la reinvención de los vampiros, mostrando una nueva forma que se sale de los cánones tradicionales del género sin dejar de ser sangrientos, y pisoteando ese estilo infantil que está en boga hoy en día, como las ridiculeces de Crepúsculo.

Pero, lamentablemente, en el contenido se queda corta. Todo se desarrolla muy rápido, no hay tiempo de presentar y desarrollar bien los personajes, además de que hay un par de ellos que ya de por sí vienen muy mal creados. Hay muchas situaciones gratuitas y diálogos un poco clichesudos, además de unos romances injustificados, y lo peor, se queda floja en la crítica metafórica que pretende hacer a la Iglesia Católica, una verdadera lástima.

Todo se queda en que pudo haberse trabajado mucho más el guion. Muy seguramente un poco más de tiempo hubiese arrojado un guion portentoso que desperdició una premisa demasiado interesante. Tal vez hacer una película en 3D de 90 minutos sale más barato, o poner a dirigir a una persona que siempre ha estado enfocada en hacer efectos especiales tampoco sea buena idea, ¿Qué se yo? Pero el final es claramente abierto, lo que deja la esperanza, mínima claro está, de que en la próxima entrega se hará un trabajo más juicioso.

En conclusión, vayan a verla sin esperar mucho más que divertimento visual, y seguro disfrutarán igual que yo con el desborde imaginativo, y muy seguramente también, al igual que yo, lamentaran este gran desperdicio.

PD: Esta basada en el manga coreano del mismo nombre de Min-Woo Hyung, hay que leerla, me dejó demasiado antojado.