Luis Fernando Otálvaro, conocido como Lufo y técnico del Redetrans Supergiros del Valle, expresaba, el año pasado, que en su equipo de ciclismo solo competían muchachos guerreros, hombres responsables que pese a las vicisitudes dejaban, sobre sus bicicletas, el alma y el cuerpo en el asfalto.
Y es que era evidente, pues en la Vuelta a Colombia, la escuadra no dejó de pedalear pese a tener inconvenientes de apoyo económico a lo largo de la competencia.
Entre esos luchadores de los que hablaba Lufo se encontraba Carlos Galeano, el famoso Pollo, y a quien hoy el ciclismo colombiano llora tras su fallecimiento.
“Arriesgado, audaz, atrevido”, así, como un día lo confesó, era el corredor que nació hace 24 años en el municipio de Concordia, donde pasó sus últimos días después de morir el jueves “al parecer por una falla cardíaca aguda”, como aseguró ayer el médico del Hospital San Juan de Dios de esa localidad, Daniel Garzón, quien agregó que el dictamen final aún está pendiente por parte de Medicina Legal.
Luego de terminar un entrenamiento de rutina, el deportista sintió un fuerte dolor de cabeza. Lo alcanzaron a llevar al hospital de Concordia, pero allí su corazón dejó de latir.
“Triste noticia para nuestro ciclismo colombiano. Nos deja Carlos Galeano, el Pollo. Fuerza a su familia”, escribió en su cuenta de Twitter Rigoberto Urán.
“Me queda la conciencia tranquila, porque siempre le tendí la mano en los momentos difíciles, el no fue un amigo sino un hermano para mí”, expresó ayer el ciclista Dani Osorio, quien en la eucaristía leyó un mensaje para despedir a su paisano. “... compañero de luchas y sueños... hoy el cielo está de fiesta al recibir un ángel más de esta tierra, tu recuerdo y amistad siempre perduran. Este no es un adiós, sino un hasta luego...”.
“Es lamentable este tipo de noticias, y más al saber quién era Carlos, un muchacho humilde, cargado de sueños para sacar a su familia adelante. Era muy talentoso”, dijo el estratega Luis Fernando Saldarriaga, quien lo dirigió en el 4-72 Colombia, hoy Manzana Postobón.
Saldarriaga no olvida que en 2012, lo llevó a Canadá a una Copa de las Naciones, en la que una caída, a falta de una etapa lo privó de consagrarse campeón de la montaña. Al retornar al país le hicieron una radiografía, que mostró fractura de cadera. “Paró de correr tres meses, pero nunca perdió su pasión por el ciclismo. Cuando regresó volvió a demostrar todo su potencial. Es una gran pérdida; sin duda, Carlos dejó huella”, finalizó con la voz entrecortada Saldarriaga .