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A 17 días de la discusión entre ANLA, Gobierno y comunidades campesinas sobre el retorno del uso de las aspersiones áreas para disminuir los cultivos de uso ilícito en Colombia, la Comisión Política de Drogas del Hemisferio Occidental de EE. UU. (WHDPC por sus siglas en inglés), señaló que el glifosato no ha sido tan efectivo en la lucha contra la coca.
En un informe que se hará público mañana y al cual tuvo acceso EL COLOMBIANO, esta comisión registró que la erradicación es fundamental para la política antinarcóticos de EE. UU. en Colombia, “a pesar de la enormes costos y pésimos resultados”; y en cuanto a la aspersión, indicó que se han logrado resultados importantes al rebajar las hectáreas cultivadas entre el 2000 y el 2015 (más de 1.15 millones), pero no logró frenar el envío de coca a ese país.
“La fumigación masiva no logró el objetivo final de disminuir los suministros de cocaína (es decir, aumento de los precios en la calle) en los Estados Unidos”, dice el informe, y agrega que esta práctica es costosa y requiere aviones de pulverización blindados con entrenamiento especial para los pilotos.
A lo anterior se suma que muchos de los cultivos de uso ilícito están ubicados en zonas de protección especial como parques naturales, reservas indígenas, territorios étnicos, y la capacidad del gobierno colombiano para intervenir esas zonas está supeditada a restricciones legales que buscan la protección del medio ambiente y las comunidades.
“Esto significa que la fumigación aérea a la escala del Plan Colombia es imposible hoy, incluso si el Gobierno logra superar los obstáculos legales, financieros y políticos para reiniciar el programa”, detalló la Comisión, la cual entregó recomendaciones (ver ¿Qué sigue?) para luchar contra estos cultivos, cuya aspersión fue suspendida en 2015 por el entonces presidente Juan Manuel Santos, atendiendo sugerencias de la Organización Mundial de la Salud que considera este herbicida como potencialmente cancerígeno y nocivo para la salud y el medio ambiente.
No obstante, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, expresó hace una semana que “el enemigo de Colombia es el narcotráfico, no el glifosato; por la violencia de los narcotraficantes que cometen masacres y asesinan líderes sociales, urge que avancemos aceleradamente en la eliminación de los cultivos ilícitos”.
Trujillo agregó: “Vamos a erradicar 130.000 hectáreas de cultivos ilícitos (en este 2020), que es la cifra más alta de la historia y ya tenemos el número de toneladas de incautación más alta”. EL COLOMBIANO buscó actualizar la versión del Ministerio de Defensa, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
Otra de las conclusiones del informe que será entregado al Gobierno, es que el Plan Colombia como estrategia para la lucha contra la droga, no ha sido tan exitoso. Aunque el documento resalta que esta estrategia arrojó muy buenos resultados contra los grupos guerrilleros en el país, en especial las Farc, ha fracasado como plan para erradicar los cultivos de uso ilícito y el narcotráfico.
“El país es el mayor productor de cocaína del mundo, a pesar de décadas de esfuerzos apoyados por Estados Unidos para erradicar cultivos e interceptar envíos. La cantidad de coca cultivada alcanzó un récord de 212.000 hectáreas en 2019, incluso cuando el país intensificó sus esfuerzos, erradicando más de 100 hectáreas”, dice el documento.
El informe reseña que desde el año 2000, el país norteamericano ha entregado ayudas a Colombia por 11.600 millones de dólares para atacar el narcotráfico y la cadena de producción, y de estos recursos, 10.000 millones fueron destinados al Plan Colombia.
Contrario a lo que señala la Comisión de EE. UU., el consultor internacional en seguridad y defensa, John Marulanda, quien para la época se desempeñaba como piloto de aviación del Ejército, asevera que no se puede desconocer los resultados del Plan Colombia en el país.
“Sí se logró un éxito sustancial en el país contra el narcotráfico. Se lograron bajar los cultivos a 68 mil hectáreas. Tanto que hasta Perú nos superó por esa fecha en áreas cultivadas, pero a partir de la suspensión de la fumigación, el narcotráfico se volvió incontrolable”, concluye Marulanda.