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En una celda, sin esposas y luciendo un uniforme de reo naranja, el colombiano Álex Saab afrontó su primer careo con la justicia de Estados Unidos, tras ser extraditado a ese país desde Cabo Verde el pasado sábado.
En una corta diligencia judicial que se realizó de forma virtual y con la ayuda de un traductor, el empresario de 49, años señalado de ser el testaferro de Nicolás Maduro, escuchó los cargos de los que se le acusa y por los que fue capturado desde junio de 2020.
“Está aquí en su comparecencia inicial por una acusación que le imputa un cargo de conspiración para cometer blanqueo de capitales y siete cargos de blanqueo de instrumentos monetarios”, explicó el juez John J. O’Sullivan, de la Corte Federal del Distrito Sur de Florida.
Y es que la justicia estadounidense acusa al colombiano de desviar fondos por 350 millones de dólares a través de un entramado de corrupción relacionado con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, Clap, negocio que Saab habría logrado gracias a contactos en el círculo más cercano a Maduro.
El juez, además, negó la petición de libertad bajo fianza que hizo la defensa de Saab, que está encabezada por el abogado Henry Bell. Al respecto, el fiscal Kurt Lunkenheirmer señaló que Saab representaba “riesgo de fuga”.
No obstante, en la breve diligencia, el juez accedió a la petición de la defensa de aplazar la audiencia dos semanas, por lo que esta continuará el 1° de noviembre.
El abogado también notificó al juez que está pendiente una apelación sobre la supuesta inmunidad diplomática que cobija al empresario, por lo que el gobierno de Maduro ha calificado de “secuestro” su detención y extradición.
En un carta enviada a su esposa, Camila Fabri, Saab, además de asegurar que no colaborará con la justicia de Estados Unidos pues, a su juicio, no ha cometido ningún delito, advirtió que haría “valer su inmunidad diplomática como servidor de la República Bolivariana de Venezuela".
Entre tanto, tras señalar como un “triunfo” la extradición de Saab en “la lucha contra el narcotráfico, el lavado de activos y la corrupción que ha propiciado la dictadura de Nicolás Maduro”, el presidente Iván Duque denunció que varias empresas de origen colombiano tendrían vínculos con el empresario.
“Sin duda, hay empresas colombianas salpicadas”, sostuvo el mandatario en medio de su visita a Brasil.
Agregó, incluso, que su gobierno ha aportado “pruebas importantes a las autoridades de Estados Unidos, mostrando las redes de lavado de activos, donde hay muchas empresas fachada en nuestro país”.
El intercambio de información entre EE. UU. y Colombia avanza por buen camino, al punto que EL COLOMBIANO pudo establecer que habría al menos otras tres acusaciones de la justicia norteamericana contra colombianos, quienes podrían terminar pedidos en extradición. Además, una investigación del medio de comunicación venezolano ArmandoInfo, expone una red de cerca de 24 personas – siete colombianos– que habrían colaborado con Saab (ver informe).
En Venezuela, por su parte, siguen rechazando la extradición del empresario. En una alocución, Nicolás Maduro dijo que se trata de “una de las injusticias más innobles” y reiteró la suspensión de las negociaciones entre el régimen y la oposición que iban a reanudarse el pasado domingo en Ciudad de México.
El gobierno del presidente Joe Biden, que ha respaldado los diálogos, criticó ayer dicha decisión. Ned Price, portavoz del Departamento de Estado aseguró que Maduro “está poniendo sus intereses, una vez más, por encima de los intereses del pueblo venezolano”.
Así mismo, sobre el proceso que se adelanta en Florida, el portavoz aclaró que los cargos por los que se le acusa a Saab “son anteriores y no tienen relación” con las negociaciones que se adelantan en México.
En todo caso, habrá que esperar dos semanas para conocer qué giro tomará el proceso judicial que tiene a Colombia y Venezuela en la expectativa