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Inundados de coca: Colombia ya tiene 204 mil hectáreas

Es la cifra más alta registrada por la ONU en las últimas dos décadas. Gobierno del presidente Petro cedió a no legalizarla.

  • El informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito aseguró que el 64% de los cultivos están en cuatro regiones del país. En la foto se ve un cultivo de hoja de coca a lado y lado de la vía en Briceño, Antioquia. En dicho departamento la ONU reportó 16.981 hectáreas sembradas. FOTO El Colombiano
    El informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito aseguró que el 64% de los cultivos están en cuatro regiones del país. En la foto se ve un cultivo de hoja de coca a lado y lado de la vía en Briceño, Antioquia. En dicho departamento la ONU reportó 16.981 hectáreas sembradas. FOTO El Colombiano
Inundados de coca: Colombia ya tiene 204 mil hectáreas
21 de octubre de 2022
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Con 204.000 hectáreas de hoja de coca sembradas en todo el país, la ONU advirtió que Colombia llegó a un máximo histórico que no había registrado ese organismo durante las últimas dos décadas. Con ese dato, la nación tiene, incluso, más coca que para la década de los 2000 –cuando paramilitares y guerrillas se disputan el control de los narcocultivos a la vista de todo el mundo– y se sigue perpetuando como el mayor productor de cocaína en el globo.

El dato, que fue relevado este jueves en el informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Unodc, se asemejó al reporte de la Casa Blanca, que contabilizó 234.000 hectáreas de coca el año pasado (ver paréntesis), e instó al ministro de Justicia, Néstor Osuna, a dar un reversazo en las posturas del Gobierno.

Según dijo, la Presidencia de Gustavo Petro “pondrá en ejecución una nueva política de drogas que no incluye la legalización de la cocaína”. Esto último, con una firme promesa de “no promover ni modificar la legislación en tal sentido”, un hecho que contradice varias de las intervenciones del Jefe de Estado y de funcionarios como el director de la Dian, Luis Carlos Reyes, quien propuso legalizar la producción, comercialización y consumo de cocaína para gravarla con impuestos.

Lo cierto es que, además de mostrar una foto detallada de cómo están los cultivos de uso ilícito, el informe de la Unodc también da luces sobre cómo han funcionado las políticas públicas para frenar el flagelo del narcotráfico y muestra cómo entregan y cómo reciben el país los gobernantes en esa materia.

Sobre esto último, el documento dejó claro que 2021 fue el año de mayor siembra y producción de coca en la historia del país. Así las cosas, Petro recibió el poder con un aumento del 43% en las hectáreas sembradas (en 2020 había 143.000 y en 2021 204.000) y un 12% más de producción: en solo un año Colombia saltó de 1.228 toneladas de cocaína a 1.400 toneladas.

Además de que la cantidad de coca sembrada es una nunca antes registrada por la ONU, Petro se enfrenta a un panorama incluso peor del que recibió el expresidente Iván Duque en 2018.

Para ese entonces, el informe de Unodc reportó 171.000 hectáreas sembradas durante 2017, lo que equivalía a recibir un país con un aumento del 14,6 % más de cultivos para uso ilícito.

Esto último rompe, incluso, con una tendencia que la ONU había celebrado de una disminución de hectáreas sembradas durante los últimos tres años. Para 2020 fueron 143.000 hectáreas; para 2019, 154.000; y para 2018, 169.000.

Tibú: pueblo con más coca

Según el análisis de la ONU, la mayoría de cultivos siguen ubicados en los mismos territorios con condiciones de vulnerabilidad. Del total de hectáreas, se cree más del 60% están ubicados en tan solo tres departamentos que comparten una cosa en común: las fronteras.

Dichos territorios son Nariño, que comparte fronteras con Ecuador; Putumayo, que comparte fronteras con Perú y con Ecuador; y Norte de Santander, fronterizo con Venezuela.

Este último departamento contiene a Tibú, que continuó como el municipio con más cocaína de los 181 en todo el país que presentan afectación por coca. Allí, Unodc contabiliza por lo menos 22.000 hectáreas.

Eso, en plata blanca, significa que un territorio de tan solo 59.000 habitantes concentra el 9,16% de todos los cultivos de hoja de cocaína en el país. Pero el hecho no es fortuito. Según Indepaz, allí operan el Frente 33 de las disidencias de las Farc, el ELN, los Rastrojos, las AGC y la Segunda Marquetalia.

Según la ONU, la creciente demanda en el mundo y la presencia de dichos grupos armados que se sostienen de ese negocio es lo que ha permitido que las cifras se mantengan en máximos históricos durante los últimos 4 años.

Sobre ese tema, el informe afirma que desde la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado y la extinta guerrilla de las Farc, en 2016, los grupos armados posFarc-EP se extendieron aceleradamente y se localizaron al 2021 en 138 de los municipios antes ocupados por las Farc-EP.

De hecho, la Unodc también afirma, citando a otros expertos e informes, que en las zonas con cultivos de uso ilícito “operan veintidós grupos narcoparamilitares, treinta estructuras posFarc-EP y ocho frentes de la guerrilla del ELN”.

La hoja de ruta

A pesar de que el que reconoció que el Gobierno no buscaría la legalización de la cocaína fue el ministro Osuna, algunos de los congresistas más importantes de Estados Unidos sacaron pecho de esa “patraseada” diciendo que, en realidad, Petro había “entendido que la legalización unilateral no funciona”.

Dicha frase fue pronunciada por el demócrata Robert Menendez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos e integrante de la comitiva de legisladores que llegaron hasta Bogotá esta semana para dialogar con el Gobierno y con congresistas del país.

Se espera, sin embargo, que Petro y sus ministros sigan apoyando la despenalización de la comercialización y venta de marihuana, pues fue una promesa de campaña que, además, impulsó en la mayoría de debates.

Sobre la erradicación de cultivos, Osuna fue tajante con que no esperan acudir a la erradicación aérea, que fue el objetivo de Duque durante sus últimos años de gobierno, pero que sí acudirán a la erradicación manual contra “cultivos industriales” cuando sea necesario.

Un último punto de esa nueva hoja de ruta que marca una diferencia radical con el anterior Gobierno tiene que ver con el trato que se les da a los pequeños y medianos cultivadores que son campesinos.

Desde ya, el Gobierno anunció que le apostará a eliminar la persecución penal de ese grupo y que se continuará persiguiendo a los traficantes.

“Nuestra política antidrogas va en otro sentido. Va hacia efectos de pacificación del territorio, trato no penal a los campesinos cultivadores de hoja de coca, sustitución de tierras, sustitución de cultivos y promoción en la agenda internacional de la necesidad de un cambio en la política de drogas”, dijo el ministro de Justicia.

Por ahora el reto de Petro será lograr una disminución efectiva en siembra y producción del alcaíno, aunque no la tiene fácil por la tendencia al alza de más del 40% que mostró el país. Mientras eso avanza, Osuna aseguró que se enfocará en la implementación de los acuerdos de paz en los que quedaron plasmadas alternativas a la producción de drogas y sustitución de cultivos, así como acciones legales para frenar el narcotráfico.

“Les daremos incentivos económicos, sociales y políticos para que desarrollen una actividad lícita de la coca o para que sustituyan estos cultivos por otros”, concluyó Osuna.

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