Los 180 días que pasarán los integrantes de las Farc en las zonas de agrupamiento serán difíciles; no solo porque representan el paso del combate a la vida civil, sino porque de manera paralela habrá trámites, censos, registros, brigadas de salud, llamadas, proyectos, actividades.
Desde el primero de marzo, por ejemplo, se instalarán bibliotecas móviles en las 20 zonas veredales. La idea es que las personas desmovilizadas puedan detenerse en un momento del día para leer, escribir en un computador, aprender sobre agricultura, mecánica y descubrir temas que por el conflicto permanecieron desconocidos.
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Detrás de este proyecto están la Biblioteca Nacional de Colombia y el Ministerio de Cultura. Con una inversión cercana a los 6 mil millones de pesos, las entidades construyeron las bibliotecas móviles. Lo hicieron en asociación con la ONG francesa ‘Bibliotecas Sin Fronteras’, que ha implementado este modelo en Grecia, Alemania, Francia, Marruecos, Etiopía y Ghana.
Los integrantes del frente 33 de las Farc que ayer se movilizaron hasta Caño Indio, en Norte de Santander, podrán hacer uso de estas bibliotecas de una manera sencilla. Se instalan en 20 minutos y tienen la capacidad para atender entre 50 a 60 personas. En un espacio de 100 metros cuadrados queda instalada una zona de lectura, otra audiovisual, una administrativa y otra informática.
Por estos días, 20 bibliotecarios están capacitándose en Bogotá para atender a los integrantes de la guerrilla. Por el momento se sabe que habrá una oferta de 380 libros físicos, 200 libros digitales, 17 tabletas, 5 computadores, 3 cámaras de video, un sistema de cine, 30 películas, juegos de mesa y, para que la biblioteca funcione, una planta eléctrica.