El proceso para la canonización del obispo antioqueño Miguel Ángel Builes avanzó otro paso ayer con la firma, por el Papa Francisco, del decreto de beatificación, según difundió el Vaticano.
Este proceso ha sido criticado distintos sectores políticos, sociales e intelectuales del país, ya que Builes fue un obispo ortodoxo y polémico que incitó la violencia partidista contra los liberales, comunistas y fustigaba a quien no se arropara bajo sus ideas conservadoras.
El decreto firmado en Roma exalta las virtudes del jerarca nacido en Donmatías (Antioquia) el 9 de septiembre de 1888 y fallecido en Medellín en 1971. La fundación, en 1951, de la Madre Bendita de las Misericordias, orden dedicada a obras benéficas y la enseñanza del catecismo, constituye el principal reconocimiento de la Santa Sede para avanzar en la proclamación, como santo, de quien fue obispo en Santa Rosa de Osos.
Su proceso para ser canonizado lleva más de 30 años de espera, tiempo que ha transcurrido desde que fue postulado por la congregación de las Hermanas Misioneras de Santa Teresita de Jesús, una orden fundada por él en 1929 para el apostolado misionero.
Para conseguir que el Vaticano lo incluyera en la lista para santificar, su feligresía más leal viajó a Roma y ofreció testimonio de Builes como un obispo de los pobres, que vivió con austeridad, experimentó largos ayunos y ejerció un magisterio de puertas abiertas a los más necesitados.
Al ser declarado Siervo de Dios, se le reconocieron las virtudes teologales -fe, esperanza y caridad-; las cardinales -fortaleza, prudencia, templanza y justicia-; y la renuncia al deseo carnal.