La frustración del ministro Armando Benedetti escaló hasta convertirse en agresividad y angustia. La actitud serena y con un dejo de quietud que conservó durante casi seis horas de debate se quebró al verse derrotado. Aunque las cuentas eran apretadas, el hundimiento de la consulta popular no estaba en los cálculos del Gobierno de Gustavo Petro ni en los pronósticos del más pesimista de la bancada.
Fue una jornada atípica, marcada por los gritos, los empujones y las denuncias. Durante el acalorado y accidentado debate –en el que además revivió la desahuciada reforma laboral–, la plenaria se pronunció después de semanas de expectativa: 49 senadores votaron “No” a la consulta popular y 47 se pronunciaron a favor del “Sí”.
El apretado resultado fue la estocada final de una seguidilla de derrotas que sufrió el Ejecutivo a lo largo de la jornada. Independientes y oposición actuaron de manera cohesionada, lo que les permitió echar al traste los planes del petrismo, que ahora amenaza con una “huelga general”, según captaron las cámaras tras un cruce de chats entre Benedetti y Petro. “¿Quién convoca la huelga general, a quién se le dice que lo haga?”, le preguntaba el ministro a su jefe.
Inclusive, en una inusual alocución desde China –desde donde apareció rodeado por varios de sus ministros, a excepción de la canciller Laura Sarabia–, el presidente Gustavo Petro manifestó que hay que “responder”. De hecho, le pidió al Senado que vuelva a votar la consulta popular. Por su parte, la bancada del Pacto apeló la decisión.
“Hoy el pueblo debe mantenerse en calma y reunirse libremente en las plazas públicas de todos los municipios. Organizarse y tomar decisiones. En el cabildo de Bogotá se reunirán las organizaciones populares a escala nacional. Ante el fraude evidente y la burla a la Constitución de los que dirigen el Senado, se tomarán decisiones que se votarán en todos los cabildos populares en los municipios”, dijo Petro antes en su tribuna favorita, la red social X.
El voto de la discordia
La incertidumbre que hoy reina en las huestes petristas tras el revés sufrido con la consulta popular la dejó al desnudo el desencajado ministro del Interior, a quien tuvieron que contener en el atril del Senado tanto congresistas petristas como de oposición. Fueron ellos los que evitaron que Benedetti la emprendiera contra el secretario de la Corporación, Diego González, al que señaló con furia de orquestar un fraude.
La chispa que prendió la llama fue el voto del senador opositor Edgar Díaz Contreras, de Cambio Radical. Aunque inicialmente su voto aparecía a favor de la consulta, advirtió que se trataba de un error. Lo que vino después fue una agresiva denuncia de fraude, acompañada de acusaciones de filibusterismo y saboteo. Sin embargo, no sirvió el pataleo.
“El secretario del Senado tacha un voto del ‘Sí’ y lo agrega a los votos del ‘No’ después de cerrada la votación. De ahí mi reacción. Habrá denuncia penal por ese robo. Con ese voto habríamos estado 48-48 y además no dejaron votar al menos a cuatro senadores por el ‘Sí’”, dijo Benedetti, quien también responsabilizó al presidente del Senado, Efraín Cepeda (Partido Conservador), acusándolo de acelerar la votación y cerrarla abruptamente una vez tuvo los votos.
“Cepeda solo dejó el registro abierto para votar menos de tres minutos cuando se pueden 30. Lo cerró cuando ya tenía dos votos de ventaja y venían al menos cuatro senadores a votar por el ‘Sí’. Y el secretario del Senado tachando un voto del ‘Sí’ para sumarlo al ‘No’. Malandrines”, agregó Benedetti.
En respuesta, el senador Díaz insistió en que su voto siempre fue negativo y que lo único que hizo el secretario fue corregir: “Aunque algunos traten de confundir a la opinión pública, no cambiará la decisión legítima y democrática que tomamos en el Senado, hundiendo esta innecesaria consulta. Sencillamente se hundió la consulta por mayoría”. Incluso en su cuenta de X publicó: “Mi voto público y por decisión de bancada siempre fue NO”.
Por su parte, visiblemente afectado, el secretario González ratificó la legalidad de su actuar y advirtió que su papel es ser notario de la Corporación, no votar ni “manipular” votos. “El secretario simplemente cuenta los votos y anuncia el resultado. Hoy, como todas las sesiones, se votó. Una vez se cierra el registro, el presidente Cepeda deja abierto el registro para los que pueden votar de manera manual porque no pudieron hacerlo de forma electrónica. A viva voz, anuncia el senador Édgar Díaz su voto por el ‘No’ y el secretario lo anuncia”.
En cuanto al cierre de la votación, cabe anotar que la Ley 5a señala que es el Presidente del Congreso quién decide cuando lo cierra.
González prefirió no referirse a las agresiones ni a la actitud hostil de Benedetti. “Sobre eso no me quiero pronunciar”, afirmó, al tiempo que negó que hubiese algún tipo de fraude. No obstante, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, a la salida del recinto advirtió que ahora quienes dijeron “No” a la consulta y supuestamente se prestaron para su hundimiento “se tendrán que encontrar con el pueblo. El pueblo es superior a sus dirigentes”.
En respuesta, anoche, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, hizo un llamado a la calma: “La democracia habló en el Senado. La discusión de la reforma laboral sigue viva porque consideramos que es necesaria”.
Así fue la votación
El desenlace de la ahora fallida consulta popular evidencia que el pulso alrededor del mecanismo se intensificó hasta última hora. No dejó de llamar la atención que de los 20 senadores del Pacto Histórico, una no pudo votar: Martha Peralta. Acudiendo a la tesis del fraude, la congresista manifestó que no alcanzó a manifestar su voto y que cuando llegó al recinto ya se había cerrado la votación.
“No hubo garantías para la votación de la consulta popular por parte de la Mesa Directiva. La votación no duró ni dos minutos, aún sabiendo que en el punto anterior varios senadores nos habíamos declarado impedidos y habíamos dejado constancia del retiro del recinto”, alegó.
Otro voto ausente que estaba en las cuentas del Gobierno fue el del senador Richard Fuelantala, de las curules indígenas. Según fuentes consultadas por este diario, hasta última hora el congresista estaba indeciso de apoyar el mecanismo, por lo que prefirió ausentarse.
Además de los cinco votos de Comunes y tres de En Marcha (el movimiento del exministro Juan Fernando Cristo), el Ejecutivo logró aruñar siete de los 13 votos de la bancada del Partido Liberal, entre ellos, Fabio Amín, John Jairo Roldán, Laura Fortich, Jaime Durán, Claudia Pérez y Alejandro Vega. Se trata del mismo bloque que, como contó EL COLOMBIANO, estaría detrás de la nominación de Diana Marcela Morales como próxima ministra de Industria y Comercio.
Adicionalmente, el petrismo se hizo a seis de los 10 votos de la bancada del Partido de La U: John Besaile, José David Name, Julio Elías Chagüi, José Alfredo Gnecco y Antonio José Correa. A ellos se sumaron seis de los ocho votos de la Alianza Verde: el senador Jota Pe Hernández se opuso y la senadora Angélica Lozano se ausentó.
En la oposición también hubo novedades. Si bien en el Centro Democrático los 13 senadores votaron en contra, en Cambio Radical tres de sus 11 integrantes se ausentaron: Temístocles Ortega, Ana María Castañeda y Didier Lobo. Los primeros dos son considerados cercanos al Ejecutivo. Por otro lado, la bancada conservadora –declarada en la independencia–, hizo mayoría y 12 de sus 15 senadores votaron en contra de la consulta.
Se ausentaron de la discusión también congresistas considerados cercanos al petrismo: el paisa Carlos Andrés Trujillo, Miguel Ángel Barreto y Liliana Benavides. Fue determinante también que la bancada del MIRA, conformada por tres senadores, al final se decantó por el “No”.
Revivió la reforma laboral
La sesión de este miércoles era la continuación de lo que se vivió el martes, cuando arrancó en ciernes el debate alrededor de la consulta. Si bien los senadores estaban citados para las 9:30 de la mañana, finalmente la jornada arrancó sobre las 10:30 de la mañana. La polémica recayó en el orden del día.
Como primer punto figuraba la apelación de la reforma laboral, considerada la estrategia de independientes y oposición para eludir la consulta popular. La apelación fue el salvavidas que en su momento lanzó el senador Fabián Díaz, de la Alianza Verde, para que una comisión independiente se pronunciara y determinara si hubo alguna irregularidad o flaqueza que permitiera revivir la reforma que hundió la Séptima a mediados de marzo en tercer debate y que provocó el llamado a urnas de Petro. No obstante, resultó siendo “un tiro al pie”.
Mientras el senador Iván Cepeda (Pacto Histórico) pidió explicaciones al presidente del Senado por el cambio en el orden del día, el senador Alex Flórez lo calificó como una “jugadita”. Por su parte, el senador Inti Asprilla (Verde con tendencia petrista) reclamó airadamente y señaló sin vacilaciones al presidente Cepeda.
Este diario conoció que, previo al inicio de la sesión, los ministros Benedetti y Sanguino estuvieron reunidos con un grupo de senadores en la Comisión Primera de la Cámara. A la salida del recinto, Benedetti reconoció que el Gobierno le apostaba a ambos caminos: tanto la aprobación de la consulta, como de la apelación. “Son dos caminos, quiero que se aprueben las dos”, manifestó.
Después de hora y media de discusión, se votó una proposición y la oposición e independientes se hicieron a un primer triunfo: lograron aprobar con 56 votos a favor y 42 en contra que se mantuviera el orden del día para que primero se votara la apelación y luego la consulta. Lo que vino después fue un fuerte rifirrafe en la Corporación.
Inclusive, fue sometida a votación otra proposición para que se aplazara la apelación. Una vez más, sectores de oposición e independientes se anotaron un triunfo y el “No” se impuso con 61 votos y solo 35 por el “Sí”.
En medio de la caldeada discusión, se vivieron momentos de tensión entre los sectores oficialistas. De hecho, este diario pudo registrar una discusión subida de tono entre los ministros de Salud e Interior seguramente desatada por el revés frente a la apelación. Varios congresistas del Pacto participaron del debate.
Sobre las 2:30 de la tarde, hubo otra votación: una proposición del senador Fabián Díaz, quien pidió retirar su apelación a la reforma. Sin embargo, otra vez salieron mal los cálculos: con 30 votos por el “Sí” y 51 por el “No”, fue negada la propuesta.
En este punto intervino Benedetti, quien ratificó que el Gobierno apoyaba la apelación; sin embargo, alegó que los tiempos no daban, pues debía discutirse en tercer y cuarto debate antes del 20 de junio. Es decir, en menos de un mes. El también ministro Antonio Sanguino se mostró a favor, pero alegó que hay “suspicacias” frente al inusitado apoyo a la apelación.
“La consulta sigue siendo el mecanismo más seguro y más expedito para el pronunciamiento en favor de una reforma que es de la soberanía popular expresada en las urnas en la consulta popular. Para ahuyentar esa suspicacia le pedimos a la plenaria que, además de aprobar la apelación, apruebe la consulta popular como el mecanismo más seguro para garantizar la reforma laboral”, indicó.
Concluido ese debate y luego de escuchar los informes a favor y en contra de la apelación de la reforma laboral, el Senado votó: 68 se declararon a favor de revivir la iniciativa y solo tres se opusieron. Así las cosas, ahora el proyecto pasará a ser estudiado por una comisión diferente a la Séptima –será la Comisión Cuarta– y desde ya el debate promete revivir el cada vez más caldeado pulso entre Gobierno y oposición e independientes. Se avecina otra novela política.
La frustración del ministro Armando Benedetti escaló hasta convertirse en agresividad y angustia. La actitud serena y con un dejo de quietud que conservó durante casi seis horas de debate se quebró al verse derrotado. Aunque las cuentas eran apretadas, el hundimiento de la consulta popular no estaba en los cálculos del Gobierno de Gustavo Petro ni en los pronósticos del más pesimista de la bancada.
Fue una jornada atípica, marcada por los gritos, los empujones y las denuncias. Durante el acalorado y accidentado debate –en el que además revivió la desahuciada reforma laboral–, la plenaria se pronunció después de semanas de expectativa: 49 senadores votaron “No” a la consulta popular y 47 se pronunciaron a favor del “Sí”.
El apretado resultado fue la estocada final de una seguidilla de derrotas que sufrió el Ejecutivo a lo largo de la jornada. Independientes y oposición actuaron de manera cohesionada, lo que les permitió echar al traste los planes del petrismo, que ahora amenaza con una “huelga general”, según captaron las cámaras tras un cruce de chats entre Benedetti y Petro. “¿Quién convoca la huelga general, a quién se le dice que lo haga?”, le preguntaba el ministro a su jefe.
Inclusive, en una inusual alocución desde China –desde donde apareció rodeado por varios de sus ministros, a excepción de la canciller Laura Sarabia–, el presidente Gustavo Petro manifestó que hay que “responder”. De hecho, le pidió al Senado que vuelva a votar la consulta popular. Por su parte, la bancada del Pacto apeló la decisión.
“Hoy el pueblo debe mantenerse en calma y reunirse libremente en las plazas públicas de todos los municipios. Organizarse y tomar decisiones. En el cabildo de Bogotá se reunirán las organizaciones populares a escala nacional. Ante el fraude evidente y la burla a la Constitución de los que dirigen el Senado, se tomarán decisiones que se votarán en todos los cabildos populares en los municipios”, dijo Petro antes en su tribuna favorita, la red social X.
El voto de la discordia
La incertidumbre que hoy reina en las huestes petristas tras el revés sufrido con la consulta popular la dejó al desnudo el desencajado ministro del Interior, a quien tuvieron que contener en el atril del Senado tanto congresistas petristas como de oposición. Fueron ellos los que evitaron que Benedetti la emprendiera contra el secretario de la Corporación, Diego González, al que señaló con furia de orquestar un fraude.
La chispa que prendió la llama fue el voto del senador opositor Edgar Díaz Contreras, de Cambio Radical. Aunque inicialmente su voto aparecía a favor de la consulta, advirtió que se trataba de un error. Lo que vino después fue una agresiva denuncia de fraude, acompañada de acusaciones de filibusterismo y saboteo. Sin embargo, no sirvió el pataleo.
“El secretario del Senado tacha un voto del ‘Sí’ y lo agrega a los votos del ‘No’ después de cerrada la votación. De ahí mi reacción. Habrá denuncia penal por ese robo. Con ese voto habríamos estado 48-48 y además no dejaron votar al menos a cuatro senadores por el ‘Sí’”, dijo Benedetti, quien también responsabilizó al presidente del Senado, Efraín Cepeda (Partido Conservador), acusándolo de acelerar la votación y cerrarla abruptamente una vez tuvo los votos.
“Cepeda solo dejó el registro abierto para votar menos de tres minutos cuando se pueden 30. Lo cerró cuando ya tenía dos votos de ventaja y venían al menos cuatro senadores a votar por el ‘Sí’. Y el secretario del Senado tachando un voto del ‘Sí’ para sumarlo al ‘No’. Malandrines”, agregó Benedetti.
En respuesta, el senador Díaz insistió en que su voto siempre fue negativo y que lo único que hizo el secretario fue corregir: “Aunque algunos traten de confundir a la opinión pública, no cambiará la decisión legítima y democrática que tomamos en el Senado, hundiendo esta innecesaria consulta. Sencillamente se hundió la consulta por mayoría”. Incluso en su cuenta de X publicó: “Mi voto público y por decisión de bancada siempre fue NO”.
Por su parte, visiblemente afectado, el secretario González ratificó la legalidad de su actuar y advirtió que su papel es ser notario de la Corporación, no votar ni “manipular” votos. “El secretario simplemente cuenta los votos y anuncia el resultado. Hoy, como todas las sesiones, se votó. Una vez se cierra el registro, el presidente Cepeda deja abierto el registro para los que pueden votar de manera manual porque no pudieron hacerlo de forma electrónica. A viva voz, anuncia el senador Édgar Díaz su voto por el ‘No’ y el secretario lo anuncia”.
En cuanto al cierre de la votación, cabe anotar que la Ley 5a señala que es el Presidente del Congreso quién decide cuando lo cierra.
González prefirió no referirse a las agresiones ni a la actitud hostil de Benedetti. “Sobre eso no me quiero pronunciar”, afirmó, al tiempo que negó que hubiese algún tipo de fraude. No obstante, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, a la salida del recinto advirtió que ahora quienes dijeron “No” a la consulta y supuestamente se prestaron para su hundimiento “se tendrán que encontrar con el pueblo. El pueblo es superior a sus dirigentes”.
En respuesta, anoche, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, hizo un llamado a la calma: “La democracia habló en el Senado. La discusión de la reforma laboral sigue viva porque consideramos que es necesaria”.
Así fue la votación
El desenlace de la ahora fallida consulta popular evidencia que el pulso alrededor del mecanismo se intensificó hasta última hora. No dejó de llamar la atención que de los 20 senadores del Pacto Histórico, una no pudo votar: Martha Peralta. Acudiendo a la tesis del fraude, la congresista manifestó que no alcanzó a manifestar su voto y que cuando llegó al recinto ya se había cerrado la votación.
“No hubo garantías para la votación de la consulta popular por parte de la Mesa Directiva. La votación no duró ni dos minutos, aún sabiendo que en el punto anterior varios senadores nos habíamos declarado impedidos y habíamos dejado constancia del retiro del recinto”, alegó.
Otro voto ausente que estaba en las cuentas del Gobierno fue el del senador Richard Fuelantala, de las curules indígenas. Según fuentes consultadas por este diario, hasta última hora el congresista estaba indeciso de apoyar el mecanismo, por lo que prefirió ausentarse.
Además de los cinco votos de Comunes y tres de En Marcha (el movimiento del exministro Juan Fernando Cristo), el Ejecutivo logró aruñar siete de los 13 votos de la bancada del Partido Liberal, entre ellos, Fabio Amín, John Jairo Roldán, Laura Fortich, Jaime Durán, Claudia Pérez y Alejandro Vega. Se trata del mismo bloque que, como contó EL COLOMBIANO, estaría detrás de la nominación de Diana Marcela Morales como próxima ministra de Industria y Comercio.
Adicionalmente, el petrismo se hizo a seis de los 10 votos de la bancada del Partido de La U: John Besaile, José David Name, Julio Elías Chagüi, José Alfredo Gnecco y Antonio José Correa. A ellos se sumaron seis de los ocho votos de la Alianza Verde: el senador Jota Pe Hernández se opuso y la senadora Angélica Lozano se ausentó.
En la oposición también hubo novedades. Si bien en el Centro Democrático los 13 senadores votaron en contra, en Cambio Radical tres de sus 11 integrantes se ausentaron: Temístocles Ortega, Ana María Castañeda y Didier Lobo. Los primeros dos son considerados cercanos al Ejecutivo. Por otro lado, la bancada conservadora –declarada en la independencia–, hizo mayoría y 12 de sus 15 senadores votaron en contra de la consulta.
Se ausentaron de la discusión también congresistas considerados cercanos al petrismo: el paisa Carlos Andrés Trujillo, Miguel Ángel Barreto y Liliana Benavides. Fue determinante también que la bancada del MIRA, conformada por tres senadores, al final se decantó por el “No”.
Revivió la reforma laboral
La sesión de este miércoles era la continuación de lo que se vivió el martes, cuando arrancó en ciernes el debate alrededor de la consulta. Si bien los senadores estaban citados para las 9:30 de la mañana, finalmente la jornada arrancó sobre las 10:30 de la mañana. La polémica recayó en el orden del día.
Como primer punto figuraba la apelación de la reforma laboral, considerada la estrategia de independientes y oposición para eludir la consulta popular. La apelación fue el salvavidas que en su momento lanzó el senador Fabián Díaz, de la Alianza Verde, para que una comisión independiente se pronunciara y determinara si hubo alguna irregularidad o flaqueza que permitiera revivir la reforma que hundió la Séptima a mediados de marzo en tercer debate y que provocó el llamado a urnas de Petro. No obstante, resultó siendo “un tiro al pie”.
Mientras el senador Iván Cepeda (Pacto Histórico) pidió explicaciones al presidente del Senado por el cambio en el orden del día, el senador Alex Flórez lo calificó como una “jugadita”. Por su parte, el senador Inti Asprilla (Verde con tendencia petrista) reclamó airadamente y señaló sin vacilaciones al presidente Cepeda.
Este diario conoció que, previo al inicio de la sesión, los ministros Benedetti y Sanguino estuvieron reunidos con un grupo de senadores en la Comisión Primera de la Cámara. A la salida del recinto, Benedetti reconoció que el Gobierno le apostaba a ambos caminos: tanto la aprobación de la consulta, como de la apelación. “Son dos caminos, quiero que se aprueben las dos”, manifestó.
Después de hora y media de discusión, se votó una proposición y la oposición e independientes se hicieron a un primer triunfo: lograron aprobar con 56 votos a favor y 42 en contra que se mantuviera el orden del día para que primero se votara la apelación y luego la consulta. Lo que vino después fue un fuerte rifirrafe en la Corporación.
Inclusive, fue sometida a votación otra proposición para que se aplazara la apelación. Una vez más, sectores de oposición e independientes se anotaron un triunfo y el “No” se impuso con 61 votos y solo 35 por el “Sí”.
En medio de la caldeada discusión, se vivieron momentos de tensión entre los sectores oficialistas. De hecho, este diario pudo registrar una discusión subida de tono entre los ministros de Salud e Interior seguramente desatada por el revés frente a la apelación. Varios congresistas del Pacto participaron del debate.
Sobre las 2:30 de la tarde, hubo otra votación: una proposición del senador Fabián Díaz, quien pidió retirar su apelación a la reforma. Sin embargo, otra vez salieron mal los cálculos: con 30 votos por el “Sí” y 51 por el “No”, fue negada la propuesta.
En este punto intervino Benedetti, quien ratificó que el Gobierno apoyaba la apelación; sin embargo, alegó que los tiempos no daban, pues debía discutirse en tercer y cuarto debate antes del 20 de junio. Es decir, en menos de un mes. El también ministro Antonio Sanguino se mostró a favor, pero alegó que hay “suspicacias” frente al inusitado apoyo a la apelación.
“La consulta sigue siendo el mecanismo más seguro y más expedito para el pronunciamiento en favor de una reforma que es de la soberanía popular expresada en las urnas en la consulta popular. Para ahuyentar esa suspicacia le pedimos a la plenaria que, además de aprobar la apelación, apruebe la consulta popular como el mecanismo más seguro para garantizar la reforma laboral”, indicó.
Concluido ese debate y luego de escuchar los informes a favor y en contra de la apelación de la reforma laboral, el Senado votó: 68 se declararon a favor de revivir la iniciativa y solo tres se opusieron. Así las cosas, ahora el proyecto pasará a ser estudiado por una comisión diferente a la Séptima –será la Comisión Cuarta– y desde ya el debate promete revivir el cada vez más caldeado pulso entre Gobierno y oposición e independientes. Se avecina otra novela política.