Las disidencias del Frente 33 de las Farc –grupo ilegal que opera en la región del Catatumbo– enviaron una carta pública al presidente Gustavo Petro. En la misiva aseguran que siguen comprometidos con el proceso de diálogo, pero advierten que no están dispuestos a dejar sus armas.
“Nadie más que la dirección de mandos de los bloques Jorge Suárez Briceño, Magdalena Medio y Comando Conjunto Raúl Reyes ha sido tan comprometida con los procesos de diálogo, porque comprendemos que la única forma de llegar a acuerdos y resolver las diferencias es hablando”, se lee, inicialmente, en la carta.
Los disidentes que operan en esta región, de hecho, están próximos a caminar hacia una Zona de Ubicación Temporal. En el papel, ese iba a ser el paso previo para la dejación de las armas y el inicio del proceso de reincorporación a la vida civil de los hombres armados.
Los disidentes afirmaron que “siempre” estarán prestos al diálogo, siempre y cuando, el objetivo central de las conversaciones sea mejorar las condiciones de vida de las comunidades donde hay presencia de ellos.
“Para nosotros, es la generación de condiciones que permitan al campesinado colombiano ser el dueño de elegir su propio destino; la posibilidad de ser quien disfrute el fruto de su trabajo; el derecho a la tenencia de la tierra y la permanencia en ella”, apuntaron los ilegales.
El grupo disidente –que obedece a las órdenes de alias Calarcá Córdoba– ha sido el más golpeado durante la confrontación bélica en la región del Catatumbo. Las cifras del Puesto de Mando Unificado indican que 177 combatientes han optado por la desmovilización: 138 eran disidentes, 7 guerrilleros del ELN y 32 menores de edad.
Los disidentes afirmaron que desde la Oficina de la Consejería del Comisionado de Paz estarían enredando el proceso de diálogo de paz. Advirtieron que los funcionarios de esa entidad imponen trámites burocráticos innecesarios y que, a veces, dos o tres funcionarios terminan asumiendo las responsabilidades de todo un equipo.