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El camino para cumplir con la meta de reducción de emisiones

Combatir sin tregua la deforestación, darle un vuelco al sector agrícola y ganadero y fortalecer la transición energética son claves para hacer efectiva la meta: 51 % menos.

  • Según un informe de la FAO publicado en 2018, entre 2005 y 2012 el 50% de la deforestación en el país se dio por extensión de la frontera agropecuaria. FOTO Andrés Cardona
    Según un informe de la FAO publicado en 2018, entre 2005 y 2012 el 50% de la deforestación en el país se dio por extensión de la frontera agropecuaria. FOTO Andrés Cardona

Hasta el primer ministro británico, Boris Johnson, sacó un rato en su agenda para felicitar vía Twitter a Colombia por el anuncio del presidente Iván Duque el pasado jueves de comprometerse a reducir en un 51% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, tal como quedará oficializado en la actualización de las Contribuciones Nacionales Determinadas en el marco del Acuerdo de París, que entregará el 12 de diciembre .

No es para menos, el país había pactado hace cinco años reducir el 20% de GEI, una meta conservadora que ahora da paso a una que establece un límite de emisiones de 169 millones de toneladas de CO2.

Según dijo Duque, el plan para cumplir la meta contempla “fortalecer su transición energética, aumentar la movilidad limpia, acabar la deforestación, sembrar 180 millones de árboles, reforzar la estrategia de Pago por Servicios Ambientales y la conservación de la Amazonia y de los 37 páramos”. A partir de ahí es donde surgen los interrogantes, pues si bien el anuncio fue recibido con beneplático entre la academia y el sector ambiental, hay interrogantes en torno a los pasos que deberá dar el país para lograrlo.

La deforestación y el llamado sector Afolu (Agricultura, Ganadería, Silvicultura y usos de la tierra) son responsables del 58% de los GEI que emite el país. La ganadería, por ejemplo, usa 40 millones de hectáreas cuando el país apenas tiene 15 millones de hectáreas aptas para este fin, según el Dane.

Explica el exministro de Ambiente, Manuel Rodríguez, que esto ofrece un complejo panorama, por un lado porque una vaca libera cerca de 300 litros de metano al día, y por otro porque la extensión de la frontera agropecuaria va en detrimento de los bosques y en consecuencia de su papel como ecosistemas capaces de capturar CO2.

Y aunque Fedegán y el Gobierno hablan de proyectos de ganadería sostenible no hay cifras consolidadas, aunque sí hay pilotos exitosos en 12 departamentos de sistemas silvopastoriles que integran la actividad productiva con la conservación de bosques y especies de fauna y flora.

El borrador de la actualización de compromisos de Colombia en el marco del Acuerdo de París no especificó grandes cambios respecto a estrategias para reducir las emisiones derivadas de estas problemáticas, por lo que Rodríguez considera, bajo el panorama actual, inviable dicha meta.

En contraste, el director de Cambio Climático y Gestión de Riesgo, Francisco Charry, cree que cumplir con el compromiso es posible, pero para ello el país tiene un largo trecho para lograr cuantificar todas las emisiones de GEI y tomar decisiones más aterrizadas.

“Tenemos páramos, humedales, bosques y arbolado urbano que nos permiten tener magistrales depósitos de carbono, pero aún tenemos retos que superar para acceder a información sólida respecto a las dinámicas de carbono y otros gases en estos ecosistemas”, explica.

En cuanto a transición energética, Katherine Casas, investigadora de la organización Crudo Transparente, que informa, socializa y analiza los impactos socio-económicos del sector de hidrocarburos, habla de un panorama alentador en el país.

Según resalta Casas, el Foro Económico Mundial ubicó a Colombia en segundo lugar en América Latina y el Caribe, después de Uruguay, con los mayores avances en temas de transición energética.

“En cuestión de avances podemos decir que en 2019, el Ministerio de Minas y Energía, aseguró una mayor participación de la energía solar y eólica en la matriz eléctrica del país; pasando de 50 megavatios a más de 2.500 megavatios de capacidad instalada generadora, que entrará en operación en el 2022”.

Colombia, amplía la investigadora, “tiene una de las matrices de generación eléctrica más limpias del mundo y con los 14 proyectos que cuentan con la tecnología de energías renovables, se espera fortalecer aún más esta matriz para que sea más resiliente y amigable con el medio ambiente. Entre los planes se contemplan, nueve eólicos y cinco solares en los departamentos de La Guajira, Cesar, Tolima, Córdoba y Valle del Cauca”.

Por ahora, concluye, el país cuenta con el gas natural para iniciar el camino de la transición energética; actualmente “es la única alternativa limpia que es lo suficientemente viable como para reducir las importaciones de petróleo”.

Juan Felipe Zuleta Valencia

Soy periodista porque es la forma que encontré para enseñarle a mi hija que todos los días hay historias que valen la pena escuchar y contar.

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