La familia del barranquillero Marcel Joseth Polo Lara está de luto. El joven barranquillero, que estaba radicado con sus padres en el municipio de Facatativá, Cundinamarca, murió en Polonia mientras buscaba una pelota de tenis con la que jugaba con unos amigos cerca de un lago de agua helada del sector de Zielonk, en Varsovia, Polonia.
Por lo menos esa es la versión que le dieron un grupo de amigos, con los que estaba en ese país, a su familia. De acuerdo con lo que le contó Rafael Camargo, uno de los tíos de Marcel, al periódico El heraldo, los hechos ocurrieron durante el pasado martes 2 de abril.
El muchacho, que llevaba poco tiempo en territorio europeo, estaba jugando con sus amigos. La pelota de tenis se les fue hacia el lago. Él fue a buscarla porque era un buen nadador. Entró al lugar, pero no salió, al parecer, debido a que se le entumecieron las extremidades como consecuencia de las bajas temperaturas.
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Al ver que el tiempo pasaba y Marcel nada que regresaba situación, el grupo de personas con las que andaba se percató de que algo no andaba bien. Llamaron a las autoridades del sector, quienes cuando llegaron encontraron el cuerpo del joven flotando sobre el agua.
En una carrera contra el tiempo, lo llevaron a un hospital para que le prestaran atención médica. Llegó sin signos vitales. El personal de la salud lo declaró muerto por un paro cardiorespiratorio.
El sufrimiento de la familia
A los familiares de Marcel les avisaron que había desaparecido en el lago. Ellos se aferraron a la esperanza de que aparecería con vida. Por eso contestaron con fe el teléfono cuando los llamaron para avisarles que había fallecido. Ahí sintieron un dolor profundo por la pérdida.
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Pero no han podido hacer el duelo, ya que han tenido problemas para realizar la repatriación del cuerpo del joven. Según aseguró el tío del joven, en el hospital donde lo dedicaron muerto les dieron una gabela de tres días para que consiguieran una funeraria que se encargara dl cadáver en territorio polaco y luego realizara la repatriación de los restos.
Sin embargo, la familia del joven barranquillero –que fue un buen jugador de voleibol cuando era adolescente, pero no logró ser profesional– no cuenta con los recursos suficientes para realizar el procedimiento, que tiene un valor aproximado de 20.000 dólares.
Para poder traer el cuerpo de Marcel a Colombia y darle cristiana sepultura, los familiares del joven pidieron ayuda a políticos de Cundinamarca y Bogotá, pero estos solo les dieron el pésame. Entonces decidieron tocar la puerta de influencers, pero tampoco los ayudaron.