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Washington y Bogotá firmaron un acuerdo para que 4.000 ciudadanos afganos que colaboraron con el gobierno de Estados Unidos sean acogidos temporalmente por Colombia. Esta medida la sellaron ambos países tras la toma violenta del poder en Afganistán por parte de grupos talibanes radicales, el pasado 15 de agosto, lo que obligó a miles de personas a abandonar el país.
En una declaración conjunta, realizada este viernes en Bogotá, los gobiernos de ambos países confirmaron que se trata de una medida temporal y transitoria, pero se advirtió que las personas que llegarán a territorio colombiano serán titulares de visas de refugiado o elegibles para visas especiales de inmigrante.
Además, el acuerdo contempla que mientras se define su traslado a territorio estadounidense, los 4.000 afganos permanecerán en Colombia, por lo que la medida humanitaria generó dudas sobre la capacidad del país para acoger a más refugiados, en un contexto de migración masiva de personas provenientes de Venezuela.
Si bien se detalló que se trata de un acuerdo binacional y diplomático con el que los afganos harán un tránsito para regularizar su situación migratoria, aún faltan detalles por definir. Por ejemplo, aunque se informó que la acogida de estas personas que provienen del Oriente Medio será temporal, no se aclaró cuánto tiempo estarán en Colombia ni dónde estarán ubicados sus albergues.
En el anuncio oficial, el presidente Iván Duque expuso que Colombia se une al grupo de países que apoyará el tránsito de ciudadanos por cuenta de la situación de Afganistán y aclaró que el gobierno de Joe Biden asumirá todos los costos de la atención de estas personas: “Los detalles serán tratados en días posteriores y corresponderán a lo que vayamos acordando con las autoridades de los Estados Unidos”.
Por su parte, el embajador de Estados Unidos en Colombia, Philip Goldberg, aseguró que se trata de una medida de apoyo humanitario a los ciudadanos afganos que trabajaron con su gobierno durante dos décadas para “difundir la democracia y la libertad” en ese país. “Estamos trabajando en todo el mundo para cumplir con nuestra obligación con los afganos en este momento tan difícil. La hospitalidad para este esfuerzo de corto plazo será colombiana y los costos estadounidenses”, dijo.
Aunque no hay una fecha definida para el arribo de los 4.000 refugiados, su llegada se dará en un contexto en el que Colombia asume la ola migratoria de amplias proporciones proveniente de Venezuela, pues actualmente 1,8 millones de venezolanos están adelantando los trámites para residir legalmente en el país, según cifras de Migración Colombia.
Por otra parte, se estuvo ad portas de registrar una crisis humanitaria por los al menos 10.000 migrantes (entre haitianos, cubanos y africanos) que estuvieron varados en el noroccidente del país, y que requirieron de la implementación de una estrategia diplomática entre Colombia y Panamá para brindarles atención humanitaria y un paso fronterizo controlado.
Ante ese panorama, EL COLOMBIANO consultó a expertos sobre las implicaciones que tendrá una decisión de esta naturaleza en medio de la situación migratoria que afronta el país.
Para Juan David García, analista político y docente de la facultad de Derecho de la UPB, a pesar de que Colombia muestra su disposición para ser considerado un aliado estratégico de EE.UU., al recibir a los refugiados afganos no se puede desconocer que se trata de un nuevo reto que se asume en medio de la migración masiva que está afrontando actualmente. “Tenemos una situación desbordada por la inmigración de ciudadanos venezolanos y eso hace que sea más complicado el escenario”, señaló el académico.
En esa línea, el experto planteó que ambos gobiernos tendrán que dejar claro cuál es el lugar donde estarán albergados, el tiempo de su estadía transitoria por el país y el número total de personas que se fijará en el acuerdo. “Hoy se habla de 4.000, pero no se puede descartar que la cifra aumente a 5.000 o 6.000, ya que Colombia es uno de los países que aceptó asumir una especie de ‘cuota’ de acogida de refugiados afganos en medio de la crisis que vive esa nación”, apuntó García.
Por su parte, Juan Pablo Paredes, consultor y asesor en Seguridad, señaló que ante la falta de claridad en algunas aristas, el anuncio puede generar interrogantes, teniendo en cuenta la situación del país en atención de la migración.
“Como residente y ciudadano colombiano yo asumo y espero es que esta decisión responda a un plan debidamente estructurado en convenio con Estados Unidos y que todas las aristas que esto implica hayan sido debidamente evaluadas, para garantizar la correcta atención de estas 4.000 personas refugiadas que estarán en el país”, dijo.
Además, agregó que para poner en marcha este acuerdo, ambos países deben implementar un plan logístico para garantizar la atención en salud, alimentación, refugio y demás necesidades básicas de las personas que serán acogidas en Colombia. “Uno esperaría que la logística y todos los retos que significa atender un grupo de inmigrantes voluminoso como lo hemos hecho con venezolanos, haitianos y personas de otras nacionalidades, estén debidamente cubiertos y previstos”, expuso.
En todo caso, ambos analistas coincidieron en que más allá de las dudas que quedan por resolver, esta medida puede ser beneficiosa para Colombia en términos diplomáticos en tanto que extiende una mano de apoyo humanitario para Estados Unidos, aliado estratégico para el país.
Sobre el proceso de llegada de los afganos a Colombia, la embajada de EE.UU. le aclaró a este diario que primero se definirán los perfiles de las 4.000 personas y, al hacerlo, se establecerá la fecha exacta de arribo.
A pesar de esta aclaración, todavía quedan algunas dudas sobre el acuerdo en la medida que ninguno de los dos gobiernos especificó dónde se ubicará a estos refugiados y cuánto tiempo durará su estancia transitoria en el país
Periodista, apasionado por la historia, la geopolítica y los documentales. Hago preguntas desde que tengo uso de razón. Egresado de la Universidad Eafit.