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Esta semana América y el mundo supieron que Colombia existía, básicamente, por la riqueza de sus 37 páramos. El presidente Iván Duque los mencionó en cada uno de los encuentros virtuales a los que asistió ante la 75 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. En este espacio hizo un llamado a pasar a la acción y a movilizar recursos para protegerlos, indicando que son ecosistemas que están relacionados con la lucha contra los efectos del cambio climático.
Y es que no es para menos. El páramo más grande del mundo, de acuerdo con Minambiente, se encuentra en el centro de Colombia, muy cerca de Bogotá. Se trata del Sumapaz, con un poco más de 315.065 hectáreas. Estos representan el 5 % del área continental colombiana y el 55 % están ubicados en la cordillera Oriental.
El presidente Duque recordó que, en este sentido, se ha hecho mucho de manera individual, por ejemplo, en Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, África y Asia, pero consideró que ahora “es el momento y es el deber de que consolidemos esta iniciativa. Queremos proteger sus especies; también queremos dejarle saber al mundo que están interconectados con todas las estrategias para proteger al mundo en contra de los efectos del cambio climático”.
Agregó que su llamado es “a los grandes donantes y al sector privado para que aporten a la protección y la sostenibilidad de estos ecosistemas. Colombia es el hogar de la mitad de estos ecosistemas del mundo, y por eso los invito a que nos acompañen en la creación de una Estrategia Global para la Defensa de los Páramos, con la que garanticemos la supervivencia de estos ecosistemas y la sostenibilidad de las comunidades que los habitan”.
A su vez, el ministro de Ambiente Ricardo Lozano manifestó que Colombia viene liderando la agenda mundial en el año de la biodiversidad, y será nuevamente sede en diciembre de la celebración del Día Internacional de los ecosistemas de alta montaña.
“En Colombia el reto de producir conservando y conservar produciendo, enmarcado en el Plan Nacional de Desarrollo, muestra el camino que se debe recorrer para la valoración y el acceso responsable y equitativo de los recursos naturales renovables”.
Juan Carlos Benavides Duque, profesor de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, de la Universidad Javeriana, explicó que son ecosistemas únicos en el mundo. “Lo especial es que favorecen que muchas especies únicas habiten allí haciéndolos centros de diversidad única. Hay otro componente no tan estético, pero no menos útil y es su capacidad de litigar el cambio climático”, explicó.
Indicó que estos almacenan en una hectárea casi el triple de carbono que el que se puede encontrar en un bosque tropical. Agregó que el llamado internacional que hizo el presidente Duque es importante, pero se necesita articulación entre las políticas del Estado y las necesidades de los habitantes del páramo. A veces andan por caminos diferentes”. En ese sentido indicó que, por ejemplo, llega ayuda de cooperación internacional y “no es posible que los campesinos accedan a ella porque no hay una reglamentación clara de la ley”.
Entretanto, Erwing Rodríguez-Salah, líder ambiental y cívico de Santurbán, indica que el discurso de Duque es contradictorio ya que primero debería dedicarse a resolver los conflictos ambientales de este ecosistema. “En las declaraciones del presidente pido coherencia, pues no podemos, por una parte, pedir a la comunidad internacional su acompañamiento para la creación de una estrategia global para la defensa de los páramos, mientras que, domésticamente, se ha hecho una estrategia, pero para privilegiar la explotación minera en nuestros páramos”.
Explicó que en Colombia se han debilitado nuestros páramos limitando su extensión para dar vía libre a las actividades extractivistas, “desconociendo el concepto de integralidad de estos ecosistemas. Es decir, se delimitan amañadamente para que se extienda hasta donde no se afecten los proyectos mineros y esta visión limitará el agua” .