Las palabras del papa Francisco fueron un aliciente para el infante de Marina Edwin Restrepo Restrepo: “No conozco su nombre pero no olvidé el gesto espontáneo que tuvo el pasado 10 de septiembre en el Aeropuerto de Catam antes de mi partida hacia Villavicencio. Ese gesto me tocó el corazón, y no entregué su gorra de soldado a mi asistente (como suelo hacerlo con las cosas que me dan) sino quise llevarla conmigo, como recuerdo y símbolo de entrega y amor a la Patria, y así quedó registrado en la foto”.
El hecho que menciona el alto jerarca de la Iglesia Católica se dio el pasado 8 de septiembre, cuando Francisco visitó Villavicencio y el militar le entregó su gorra. El Papa, a su vez, le entregó un rosario que este marino conserva en su casa en un altar improvisado.
La gorra de Restrepo también reposa en un altar que Francisco tiene en su oficina en Roma, y la puso junto a una imagen de la Virgen María. “Con frecuencia pensaba en usted y en tantos compañeros suyos heridos por haber luchado en favor de su pueblo”, dice en la misiva el Santo padre.
¿Cómo llegó la carta?
Monseñor Fabio Suescún, el obispo encargado de organizar la venida del Papa a Colombia en septiembre pasado, viajó hasta la vivienda del infante de marina a leerle la carta, pues Restrepo perdió su visión cuando hace trece años pisó un campo minado mientras realizaba un patrullaje en zona rural de Zambrano, Bolívar.
Pese al dictamen médico, y sacando fuerzas como cualquier soldado del país, Restrepo se sobrepuso a esta adversidad y comenzó a recuperarse. Ahora camina con la ayuda de una prótesis y aprendió a leer con el sistema Braille.