“Esto fue el 29 de abril del año 2004. Yo hacía parte de un grupo especial llamado Alacrán, era el puntero de esa patrulla. Tenía 18 años. Se nos informó que las Farc iban a hacer presencia en un lugar que se llama Jesús Darío Bolívar. Escuché un disparo. Entré a una finca, hacía mucho calor y me senté a desayunar, me paré sobre el pasto para botar la ración de campaña y ahí perdí el conocimiento”.
El testimonio anterior es del abogado e infante de marina, Edwin Restrepo, una de las 12.062 víctimas de minas antipersonal que reporta la Oficina del Alto Comisionado para la Paz entre 1990 y el 30 de junio de este año.
“Cuando yo reaccioné me vi en el piso. El cuerpo me ardía y no podía ver porque de los ojos me salía tierra. Sentía el pie izquierdo, pero no el derecho”, agrega Restrepo.
Edwin podría ser acreditado como víctima de mina antipersonal en el caso 05 de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que este viernes 23 de julio reconoció a 5 soldados dentro de este caso.
El abogado Restrepo, quien adelanta labores como defensor de los militares víctimas del conflicto, dice que esta acreditación es una contribución a los principios de verdad, justicia, reparación y de garantías de no repetición. Pero agrega que la JEP ha sido lenta en este proceso.
“Los campos minados son una clara violación al Derecho Internacional Humanitario y no solo la JEP es lenta en reconocernos como víctimas, también lo fueron la Procuraduría y la Defensoría. Todo por el hecho de ser soldados de profesión. Antes de nuestro oficio, somos personas a las que se les violó un derecho y así deberíamos ser vistos”, afirma Restrepo.