Pese a que los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) esperaban conocer en detalle, de boca del exjefe guerrillero Rodrigo Londoño, lo ocurrido en el crimen del líder político Álvaro Gómez Hurtado, este aseguró no tener mayor información, aunque hizo reveladoras confesiones sobre la intención del grupo subversivo de acabar con la vida del entonces presidente Juan Manuel Santos.
El sorpresivo señalamiento lo hizo el exjefe guerrillero en el marco de la audiencia que se adelanta en el tribunal de paz para esclarecer el magnicidio del líder político, no obstante, la confesión de Londoño se registró en medio de su explicación sobre las veces que el Secretariado de las Farc puso sobre la mesa la discusión para atentar contra la vida de dirigentes políticos.
A juicio de Londoño, el único caso que se puso en discusión por parte del Secretariado, del cual hacían parte Iván Márquez, Alfonso Cano, Manuel Marulanda, Jacobo Arenas, Raúl Reyes y, el presidente del partido Comunes, siendo este el más joven de la organización, fue la integridad del expresidente, de quien se desistió debido a que se empezaban los diálogos de paz con el Gobierno Nacional.
“Alfonso Cano nos informa que un comando ha informado que está listo para atentar contra la vida del entonces presidente Juan Manuel Santos. Esa discusión se realizó. Hubo debate frente al tema del atentado personal y lo que eso significaba, pero en últimas se tomó la decisión que no se iba a ejecutar, porque no sería ético actuar contra una persona con la cual en ese momento se estaba dialogando”, expuso Londoño en la audiencia.
Londoño trajo a colación este caso, porque es el que más se asemeja con el de Gómez Hurtado, esto debido a que ambos sostenían la condición de políticos. El desaparecido líder conservador fue asesinado, a juicio del exjefe guerrillero, por un cobro de cuentas por su ideología.
Contrario a lo que ha dicho el ahora senador Julián Gallo, sobre que la muerte Gómez Hurtado se discutió en el Secretariado de las Farc, Londoño expuso que se enteraron a través de un informe especial que entregó Jorge Briceño, quien estaba al mando de la célula urbana Bloque Oriental, que fue la encargada de dar muerte al político.
Sobre el modus operandi que usaron para perpetrar el hecho, Londoño aseguró no tener conocimiento del mismo, ni prueba alguna, sin embargo, consideró que por cuestión “ética y moral” se debía entregar esa verdad no solo al país, sino a los familiares del dirigente. No obstante, su intención fue cuestionada por los magistrados del tribunal de paz y por las víctimas, quienes hicieron presencia en la audiencia virtual que completó un poco más de seis horas.
Los representantes de las víctimas le reprocharon el motivo por el cual el grupo subversivo tardó tanto tiempo para entregar una verdad de la que no tienen prueba alguna. “No estamos reivindicando, estamos aportando verdad. Era un compromiso moral. No hay prueba de que fuimos nosotros y cómo íbamos a quedar nosotros que de la noche a la mañana se llegara a vislumbrar que sí fuimos”.
Londoño expuso que en su momento los máximos jefes del grupo guerrillero acordaron no conversar sobre el tema y así pasaron un poco más de 25 años en los que fue la exsenadora Piedad Córdoba quien reveló que las Farc fueron las responsables del crimen. Ese señalamiento ocurrió en septiembre pasado y desde ese entonces tanto la Fiscalía como la justicia transicional empezaron a moverse respecto de esa hipótesis.
De ahí que en medio de la audiencia uno de los magistrados de la Sala cuestionara la cercanía de la hoy exsenadora y Londoño, así como con el grupo guerrillero, a lo que respondió que tan solo ha tenido trato en dos ocasiones con ella, la primera, en medio de la culminación del proceso de paz, y la última en el legislativo en la labor política.
Londoño dijo que no tenía conocimiento del motivo por el cual la exsenadora tenía esa información en su poder, ni tampoco que esta tuviera una cercanía al grupo subversivo.
El otrora jefe del grupo guerrillero, en la diligencia, se disculpó con las víctimas quienes también hicieron presencia en la audiencia. Aseguró que la forma en la que se está conociendo la verdad no era la más acertada. “Siento mucho la forma en que nos ha tocado sacar este tema. Queríamos generar unas condiciones diferentes con los familiares”, argumentó el exjefe guerrillero y añadió que “fueron hechos de la guerra y el temor que me da es hacer una apología al atentado personal”.
Londoño, en su intervención cuestionó sobre el valor de la guerra durante tantos años y concluyó que finalmente lo que mejor hicieron fue “haber parado la violencia”. El otrora jefe guerrillero expuso tales argumentos en el marco de la diligencia en la que los magistrados realizaron una serie de preguntas sobre el magnicidio de Gómez Hurtado, su escolta José Huertas Hastamorir, y cinco personas más, entre los que se encuentran el general (r) Fernando Landazábal, los exjefes del comando guerrillero Ricardo Franco, Hernando Pizarro y José Fedor Rey, el excongresista Pablo Emilio Guarín y el profesor de la Universidad Nacional Jesús Bejarano.
Los otros casos
Londoño también fue cuestionado sobre cinco homicidios más, así como en su momento Julián Gallo, en diciembre pasado también rindió testimonio. Respecto de Hernando Pizarro, el exjefe guerrillero recordó tener buena relación y compartir con él durante sus primeros años en la organización.
Sin embargo, eso no bastó para evitar su asesinato, por el contrario aseguró que, la guerrilla en la que estuvo por más de 40 años, tuvo dos elementos que motivó su deceso. El primero, la conformación del Comando Ricardo Franco, el segundo, la masacre de Tacueyó, entre 1985 y 1986, que dejó al menos 164 muertes.
Londoño, durante la diligencia, en más de una ocasión respondió a los cuestionamientos de las víctimas y los magistrados con evasivas, argumentando que no tenía conocimiento de lo que se le hablaba, sin embargo, en el caso Pizarro dijo que su asesinato se registró por una cuenta pendiente.
La muerte de Pizarro está relacionada con la de José Fedor Rey, alias ‘Javier Delgado’, quien fue el fundador y máximo comandante del grupo Ricardo Franco.
Sobre Jesús Bejarano, Londoño aseguró no tener mayor información, pero que la estructura Joselo Lozada, que le rendía cuentas al Bloque Oriental, fue la responsable de perpetrar su muerte.
“Me queda difícil responder algunas inquietudes, porque yo no estuve en la reunión o en las discusiones que se hicieron para tomar esa decisión, y tampoco hicimos al interior de la organización una valoración de los hechos”, precisó el exjefe.
Respecto de la muerte del generalLandazábal, ocurrido en mayo de 1998, el excombatiente reconoció que, en este caso, las condiciones de información se dieron para poder atentar contra la vida del uniformado, y reconoció, que si se hubieran dado en otros casos de altos mandos militares identificados como objetivo, también habrían sido asesinados.
De Pablo Guarín, homicidio por el que existe una condena en contra de Londoño, dijo no “tener elementos de juicio para responder”, a lo que las víctimas le recriminaron airadamente.
Alias ‘Timochenko’, como se le conocía en las extintas Farc, culminó su intervención pidiendo excusas a las víctimas que estuvieron presente en la diligencia, y no escatimó en reiterar que dejar la violencia fue una de las mejores decisiones que tomaron colectivamente.
El testimonio de Londoño es uno de los que espera recibir la justicia transicional, pues a partir de la próxima semana rendirán versión los excombatientes Pastor Lisandro Alape, Pablo Catatumbo Torres Victoria, Alberto Martínez, Jaime Alberto Parra y Reinel Guzmán Flórez.