El precandidato presidencial Sergio Fajardo ha sido protagonista en las últimas semanas de dos decisiones judiciales que han enturbiado su campaña electoral con miras a las elecciones de 2022 y que le vienen despertando, tanto a él como a varios de sus partidarios, posibles dudas sobre la imparcialidad de las instituciones de justicia que llevan sus procesos.
La Fiscalía determinó el pasado 27 de agosto imputarlo ante la Corte Suprema de Justicia por los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación cuando era gobernador de Antioquia (2012-2015). Y la Contraloría lo responsabilizó (junto a otras 26 personas naturales y jurídicas) del daño patrimonial que golpeó a Hidroiutuango debido a la contingencia y cuyo monto se eleva a $4,33 billones.
Fajardo no solo ha asegurado que es inocente de todo los cargos, sino que en su más reciente entrevista con EL COLOMBIANO señaló que, aunque desea confiar en la imparcialidad de las instituciones que lo están investigando y juzgando, cada día le dan “más razones para no hacerlo”.
La pregunta explícita de este periódico fue: “¿Usted confía en la imparcialidad de los entes que lo están investigando?”. Y la respuesta de Fajardo fue: “Yo quiero confiar. Pero cada día me dan más razones para no hacerlo”.
El precandidato por la Coalición de la Esperanza, que espera llegar a una consulta de centro en marzo, señaló incluso que ha descubierto detrás de su caso “una cantidad de cosas que ocurren ocultas” que, dijo, nunca imaginó que fueran así.