Un contrato por alrededor de $3,1 billones y una vigencia de 10 años, sumado al compromiso de que no se disparará el valor del documento. En estos términos, este martes el Gobierno de Gustavo Petro se comprometió –por tercera vez– a firmar y divulgar el esperado convenio entre la Imprenta Nacional y el Gobierno de Portugal para asumir la elaboración y expedición de pasaportes. Al cierre de esta edición, sin embargo, no se conocía públicamente el documento firmado, sino un borrador con los detalles.
El “articulador” del proceso es el polémico jefe de despacho presidencial, Alfredo Saade, a quien el jefe de Estado le encomendó la tarea de avanzar en la contratación con miras al 1° de septiembre, cuando vence el contrato con una unión temporal en la que tiene participación la firma Thomas Greg & Sons (TGAS).
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Saade, hace un par de semanas, había dicho que era “cuestión de horas” para que el acuerdo estuviera firmado y no fue así.
“Tuvimos unas 10 mesas técnicas y analizamos todo lo que debía pasar y lo que no pasó. Nos sentamos con Portugal. Este 10 de julio se fueron los de Portugal y quedamos de acuerdo en absolutamente todo para el nuevo convenio. Ellos viajaron este jueves a su país y nosotros deberíamos firmar el martes 15 de julio”, explicó Saade a la Revista Semana.
Si bien resta mes y medio para que concluya el contrato, y la excanciller Laura Sarabia aseguró que se requerían alrededor de nueve meses para poder avanzar en la transición con el Gobierno de Portugal –por lo que se contempló extender el contrato con Thomas Greg–, finalmente el Ejecutivo apostó por acelerar el proceso con la Imprenta, aunque sigue siendo incierto cómo y cuál será el plan de choque.
“De ahí en adelante se inicia una transición, que existe en todo proceso. Toda empresa que se va tiene que dejar una transición, todo empleado que se va hace un empalme”, agregó el funcionario, quien defendió las nuevas labores que asumirá ahora la Imprenta.
Líos en la Imprenta
El panorama no es tan claro como dice Saade. Hay dos grandes líos que rondan el presente y el futuro de los pasaportes. Primero, como reveló EL COLOMBIANO esta semana, no habría stock (inventario) suficiente de las libretas, chips biométricos, hojas y otros elementos necesarios para fabricar un pasaporte con los estándares exigidos internacionalmente.
Según fuentes de la Cancillería, cuando renunció Laura Sarabia, ya había solo 300.000 libretas y en menos de cuatro días se utilizaron aproximadamente 20.000. Desde este lunes hasta cuando termina el contrato con TGAS, habría una reserva de 280.000 pasaportes.
En promedio, según las fuentes, se están expidiendo 13.000 pasaportes al día y por eso el aumento en las filas en algunas sedes en Bogotá; el promedio diario era mucho menor antes del inicio de la crisis hace algunas semanas, entre 4.000 y 5.000. En cálculos de varios funcionarios, el material que queda daría para garantizar el servicio durante 21 días hábiles, es decir mediados de agosto.
El segundo gran problema tiene que ver con lo que sucede al interior de la Imprenta Nacional: falta de capacidades técnicas (la planta de producción no estaría habilitada), quejas y denuncias de sindicatos y hasta presuntas irregularidades en el manejo de la entidad cuya cabeza es Viviana León.
“Nos metieron como Imprenta Nacional en un sándwich porque desde hace un año se sabía que teníamos que modernizarnos. Ahora somos el ‘florero de Llorente’ en el tema de los pasaportes, pero desde muy arriba hubo negligencia en la falta de planeación”, dice un funcionario de esa entidad bajo reserva.
Este diario también reveló que ayer martes se iba a llevar a cabo una junta directiva de la Imprenta para abordar el tema de los pasaportes, pero que no les habían enviado la documentación. Según Semana, se debe a que los miembros de junta habrían tenido que firmar un acuerdo de confidencialidad.
Jaime Berdugo, viceministro del Interior, actúa como presidente de ese órgano colegiado y fue quien ordenó que le entregaran toda la documentación a los miembros de la junta. Sin embargo, desde la secretaría jurídica de la Imprenta señalaron que para acceder a la información debían firmar el acuerdo; algunos se negaron.
¿Qué sigue?
Al mismo tiempo, Saade dice que todo está bien en el proceso, pero no menciona que Portugal envió el pasado 24 de junio un documento confidencial al Gobierno Petro, que conoció este diario en su totalidad, en el que expresa su preocupación por la falta de interés de los funcionarios de la Cancillería en el proceso.
En teoría, este convenio firmado tendría como base lo avanzado durante la gestión del excanciller Luis Gilberto Murillo, quien dejó su cargo en enero para ser candidato presidencial.
Sin embargo, en respuesta a un derecho de petición radicado por la senadora Angélica Lozano (Alianza Verde), la Cancillería admitió que el Gobierno no está listo para asumir el nuevo esquema de pasaportes.
Ante dichas irregularidades, la Procuraduría ya anunció la apertura de una investigación disciplinaria contra los exministros Murillo y Laura Sarabia, y el jefe de despacho presidencial, Alfredo Saade.
Por lo pronto, no queda claro cuál es el plan de choque del Ejecutivo ya no solo para asumir la fabricación desde el 1 de septiembre, sino para evitar que el país quede sin pasaportes antes de esa fecha.
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billones de pesos, aproximadamente, sería el valor del contrato por 10 años.