Durante el debate de moción de censura en el Senado, el ministro de Defensa, Diego Molano, recordó hace una semana que en el Congreso ya se tramita un proyecto de ley para reformar a la Policía. “Debe fortalecerse la institución”, dijo en ese momento el funcionario en respuesta a la petición de algunos sectores de que se realice una cirugía de este tipo.
Y como el tema había pasado desapercibido en el debate nacional, EL COLOMBIANO se dio a la tarea de buscar dicha iniciativa y corroboró que se trata del proyecto de ley 364 de 2020, que fue radicado en noviembre del año pasado y que ya surtió el primero de los cuatro debates que requiere para ser una realidad. El punto clave, además de otros aspectos, está en en el cambio del proceso de formación de quienes integran la institución (ver recuadros).
“Es un proyecto de ley que busca que todos los policías de Colombia sean certificados en procedimientos policiales, que todos los policías de Colombia sean certificados y capacitados en el uso de la fuerza y en derechos humanos”, dijo Molano.
Y agregó, en cuanto a los cambios que traería en el régimen disciplinario actual de la Policía, que será “más estricto, más expedito, porque queremos que los procedimientos le permitan a Colombia tener más respuestas y más rápidas, que incluyan temas como el enfoque de género y donde los derechos humanos en la estructura de la Policía sean transversales”.
Necesidad
Más allá de la coyuntura actual de las marchas, en las que se han denunciado caos de posibles abusos de la fuerza por parte de la Policía, hay quienes ven en la propuesta de reforma un valor porque renueva a la institución. Es el caso del general (r) Héctor Darío Castro, presidente del Colegio de Generales de la Policía.
“No hay instituciones perfectas. Entonces todo lo que hay es susceptible de cambiar. Y todas las reformas que se quieran hacer deben ser para mejorar la calidad del hombre y la mujer de la Policía”, le dijo Castro a EL COLOMBIANO. Y añadió: “La reforma está bien orientada”.
E insistió en que lo planteado por el Gobierno sirve, además, para “preparar mejor a los hombres de la Policía para que respeten los derechos de las personas porque esa es su razón de ser”.
Sin embargo, en una posición distinta se para el también general (r) Jairo Delgado, analista de Seguridad y Defensa, al plantear que lo que se necesita, más que una reforma, es “priorizar ajustes de carácter operacional, como evaluar los procedimientos de control de disturbios”. Y a eso le suma que, para él, es necesario “abrir un espacio de discusión que permita evaluar la propuesta oficial”.
Pertinencia
La coyuntura actual ha hecho que se discuta más asiduamente una posible reforma a la Policía. Incluso, desde la oposición han surgido tres proyectos de ley –distintos al del Gobierno– que buscan esto y que, en un caso, hasta plantean la eliminación del Esmad.
No obstante, para Delgado eso es contraproducente. “Una reforma de ese tipo en la actual tensión política y social afectaría a la institucionalidad, significando un debilitamiento de la Policía”.
Por su parte, Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, dice que, a su juicio, sería pertinente una reforma que busque que “la Policía regrese a la naturaleza de fuerza civil, desmilitarizando su capacidad y su doctrina. Volverla más técnica y con el discurso de derechos humanos interiorizado”.
Y María Acosta, investigadora de Seguridad y Política Criminal de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), va un paso más allá. Indica que, más que esta reforma, se necesitaría una cirugía generalizada del sector de seguridad.
“La seguridad ciudadana se ha reducido al actuar de la Policía cuando hay otras instituciones, como las inspecciones, las comisarías de Familia y las personerías”, considera Acosta. E insiste en que “se puede pasar una ley, pero esta no hará por sí sola que haya un cambio. Se necesitan reflexiones sobre cómo nos pensamos como sociedad”.
En todo caso, la reforma presentada por el Gobierno sigue su trámite, con el respaldo de siete partidos, lo que le augura un buen futuro en el Congreso.