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Una vez el presidente Iván Duque anunció que por decreto dejaba en firme las 16 curules en la Cámara de Representantes por las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz –previstas para las víctimas–, lanzó una pulla contra los excombatientes de las extintas Farc.
“Dejamos claro que son para ellas y que no hay espacio o rendija que permita a los victimarios ocupar estas sillas”, explicó el mandatario.
Sin embargo, el hecho de que los desmovilizados no podían ocuparlas ya estaba claro desde agosto pasado cuando se promulgó el Acto Legislativo 02, que les dio vida jurídica.
Así mismo, el texto ya establecía que los partidos políticos con personería jurídica no podrán inscribir candidatos para competir por esos espacios. E indicaba que esto incluye al “partido o movimiento político que surja del tránsito de las Farc-EP a la actividad política legal”. Esto se referiría, claro, al partido Comunes.
En la normativa también se establece que los candidatos solo podrán ser inscritos por organizaciones de víctimas, campesinas o sociales, lo cual incluye a colectivos de mujeres y “grupos significativos de ciudadanos”.
Además, tendrán que demostrar que han residido en los últimos tres años en las circunscripciones donde están participando. También deberán recibir acreditación como víctimas por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (Uariv).
La influencia de los partidos
Según expertos, los peligros que enfrentan los escaños para las víctimas están menos en los excombatientes de las Farc y más en los partidos políticos tradicionales y en los grupos armados que operan en las circunscripciones especiales.
Recientemente, Juan Camilo Camargo, presidente departamental de Juventudes de Córdoba, donde se ubica la Circunscripción 14, aseguró que las casas políticas tradicionales ya comenzaron a hacer lobby en los territorios. “Vemos personas que dicen ser víctimas y que realmente no lo son”, aseguró Camargo. “Hay personas que están en cuerpo ajeno y que pretenden mandar en estos procesos”, denunció.
“Los ciudadanos que habitan en las zonas de las circunscripciones especiales podrán depositar dos votos (circunscripción de víctimas y circunscripción departamental) a diferencia del resto de los colombianos. Eso vuelve atractivos a los candidatos para los partidos políticos”, dijo Alejandra Barrios. directora de la Misión de Observación Electoral (MOE).
Y agregó que a los candidatos se les debe garantizar seguridad, para que no sean presionados por grupos armados que operen en los territorios donde se escogerán las curules.