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Chinches de cama prefieren el rojo

Aunque estos insectos prefieran este color,

procesos tecnológicos y cuidados personales

permiten elegirlo sin peligro alguno.

  • ilustración sstock
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01 de mayo de 2016
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Para que haya chinches en su colchón o en sus sábanas se necesitan unas condiciones de salubridad muy precarias, pero al parecer los bichos tienen ciertos gustos. Estos animalitos son de forma redonda y aplastada, miden al rededor de 5 mm y se alimentan de sangre animal o humana, a través de picaduras que pueden ser bastante molestas.

De acuerdo con una investigación publicada en la revista Journal of Medical Entomology de Estados Unidos, estos insectos tienen preferencia por algunos colores en específico, lo que podría ser un indicio de cómo identificar su presencia y evitarla en nuestras camas.

Tal como lo publicó el portal BBC el pasado lunes 25 de abril, el experimento realizado para comprobar esta teoría consistió en ubicar chinches en diferentes platos con tarjetas de colores y como resultado los animales no se ubicaron al azar, se desplazaron hacia los colores rojo y negro.

“Originalmente pensamos que preferían el rojo porque la sangre es roja y es de lo que se alimentan, pero la razón principal por la creemos que prefieren este color es porque ellos mismos se identifican entre sí con él, entonces van a estos escondites (zonas de color rojo) para estar con otros chinches, porque se sabe que conviven en grupos”, afirma la bióloga Corraine McNeill, una de las autoras del estudio.

Por otro lado, el verde y el amarillo son los colores que rechazan estos insectos, sin embargo todavía no se puede teorizar sobre el tema porque se necesita profundizar más.

Cuidado e higiene

Para prevenir este u otro tipo de intrusos en nuestras camas, hay ciertas recomendaciones que los expertos brindan y se pueden seguir desde el momento que adecuamos nuestra habitación.

Natalia Uribe, jefe de mercadeo de Distrihogar, dice que el cuidado de la lencería de cama va más allá de las mismas sábanas, compete tanto al colchón como las almohadas que se van a vestir.

“Lo primero que se debe pensar es en tener protectores de colchón y aún más importante de las almohadas, porque es en estas últimas donde se concentra la mayor cantidad de contaminación, por ende hay muchas tecnologías que se implementan en estos protectores y que cumplen funciones antibacteriales para prevenir presencia de ácaros, chinches u otros organismos que generan enfermedades como rinitis, conjuntivitis y otras alergias”, comenta.

Según Natalia las almohadas se deben cambiar cada seis meses y deben ser elegidas de acuerdo a las necesidades de cada persona, “porque no todos necesitamos la misma almohada para descansar”, afirma.

Saber elegir

La lencería de cama es tan importante como el protector del colchón o la almohada, porque depende de ella que se generen más o menos elementos para la aparición de bacterias.

María Adelaida Osorio Ochoa, directora de La Habitación, explica cuáles son los mejores materiales en cuestión de lencería para cama que permiten la circulación de aire y previenen en mayor medida la aparición de bacterias.

“El ideal es comprar juegos de cama que sean 100 % algodón, porque son los que permiten que circule el aire que hay entre el colchón y la sábana. A su vez pueden generar más frescura o calor dependiendo de su composición”, asegura.

Los dos algodones más propicios para confeccionar telas para este tipo de lencería son el egipcio y el pima peruano, porque sus fibras son de mayor longitud y permiten hilos más finos y menos propensos a deshilacharse o quebrarse, que finalmente generan telas suaves y frescas.

A la hora de comprar una sábana, el número de hilos por pulgada es la medida que hay que tener en cuenta, porque de ella depende la frescura que vaya a brindar.

“Por lo general, una tela de 400 hilos es la más comercial porque sirve para usarse en todos los climas, pero si se va a usar una sábana en Cartagena o Santa Fe de Antioquia, lo recomendable es comprar telas entre los 250 y 400 hilos. Por el contrario, si el juego de cama es para Bogotá, 600 es la cifra ideal”, comenta María.

Para tener una buena rotación de sábanas en nuestras camas se habla de una fórmula que consiste en tener tres juegos de lencería por cada cama que haya en la casa y funcionan de esta forma: el primero es el que está tendido, el segundo está listo en el armario para cambiar cuando se deba y el tercero en proceso de lavandería.

También se recomienda tener mínimo dos protectores de colchón para ir alternando de acuerdo con el cambio de sábanas y en la medida de lo posible se deben cambiar las sábanas y fundas dos veces por semana.

taza de líquido pierde el cuerpo humano mientras duerme, hecho que genera la formación de bacterias.

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