viernes
8 y 2
8 y 2
Para el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, la noticia del aumento de los cultivos de uso ilícito en más de 30 mil hectáreas (emitida por el mismo Gobierno la semana pasada), es un tema que requiere de soluciones urgentes y por eso afirmó que aparte de necesitarse todo tipo de erradicación, refiriéndose al glifosato como una de las opciones, aseguró que la actual estrategia del gobierno es insuficiente.
“Lo dicho la semana pasada por el Ministerio de Defensa hace, de manera determinante, que el Consejo Nacional de Estupefacientes empiece a tomar en serio una política de antinarcóticos. No puede ser, por ejemplo, que se esté hablando de un plan a cinco años para erradicar la mitad de los cultivos ilícitos”, dijo el fiscal general.
Precisamente, el Ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, explicó la semana pasada que el Gobierno asumía el aumento de los cultivos de mata de coca. Sin embargo aseguró que el plan que se tiene a 2023, “permitirá que la Fuerza Pública erradique cerca de 70 mil hectáreas por año”.
Ese proyecto del Gobierno Santos, denominado Documento Blanco, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, quedó en ser presentado al presidente electo Iván Duque para buscar su continuidad.
Como una de las alternativas para solucionar el problema de los cultivos, el fiscal general reveló, sin muchos detalles, que tanto Ecopetrol como la Policía Nacional trabajan en el desarrollo de una molécula que podría ser fundamental para la reducción de la producción de la hoja de coca.
“Ese proyecto científico debería sacarse de los cajones en los que se encuentra. Esa investigación ya terminó y lo que se necesita es que se tenga voluntad política para ponerlo en marcha. Yo he logrado que Ecopetrol esté dispuesto a que se inicie con eso”, dijo el fiscal.
Sobre esta nueva polémica generada por el crecimiento de la coca en Colombia, la politóloga María Isabel Loaiza, coincide en que se debe repensar la política antidroga y aunque es defensora del uso de nuevas metodologías de erradicación de los cultivos, está convencida que el glifosato no es una de ellas.
“Ese método (glifosato), si bien disminuye de manera efectiva el cultivo, no acaba el problema de raíz, porque eso obliga a que quienes cultivan, desplacen las plantaciones y las dividan en pequeños grupos”, explica la analista.
Añade la experta que una de las metodologías que se debe aplicar es la de una erradicación manual acompañada de políticas sociales, con temas de tecnología, educación agropecuaria y de negocios.
“Podrás meter mucho glifosato, pero si las personas no tienen alternativas, el problema no acabará de raíz. Hay que darles opciones en mercados lícitos para que a quienes, hasta el momento les resulta rentable la coca, esta deje de ser una tentación”, afirma la politóloga.
Periodista. Magíster en Comunicación de la Defensa y los Conflictos Armados de la Universidad Complutense de Madrid