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En 1944, cuando conoció a San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, la española Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975) tuvo la sensación de estar comunicándose con Dios y sintió que ella también tenía vocación de servicio. Fue una destacada estudiante y profesora de química, física y matemáticas, y su vida estuvo dispuesta a ayudar al otro, como la recuerdan sus seguidores.
La Iglesia la beatificará este 18 de mayo y será primera laica del Opus Dei que subirá a los altares, luego de ser proclamada “sierva de Dios” y “venerable”, un proceso que comenzó hace 18 años.
La ceremonia será presidida por el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y se celebrará en el recinto de Vistalegre, en Madrid, a partir de las 11:00 de la mañana, hora España.
La beatificación sería el penúltimo paso para llegar a la canonización y alcanzar la categoría de santa (ver módulo).
“Cuando conoció a Josemaría ya tenía inquietud por la fe, espiritualidad, vocación, sencillez y liderazgo, todo lo que la identificaría”, comenta Aurora Pachano, comunicadora social integrante del Opus Dei en Colombia.
En 1950 se trasladó a México y durante seis años hizo trabajo apostólico. Desde 1956 se estableció en Roma, para colaborar con San Josemaría en el Opus Dei.
Por motivos de salud, se trasladó a España en 1958 para continuar con sus labores de enseñanza e investigación científica. Comenta Aurora, que durante esta época nunca dejó a un lado su fe en Dios.
Murió en 1975, días después de una operación del corazón. Dejó un séquito de seguidores que le dieron fama de santidad y de milagrosa, incluso en Medellín, donde hay varios centros de formación de la prelatura del Opus Dei y devotos de Guadalupe.
“Iba tres veces por semana a su casa para que me asesorara”, comenta Beatriz Helena Uribe, paisa que recibió clases y hoy asistirá a la misa.
El milagro avalado por la Iglesia fue la curación instantánea de Antonio Jesús Sedano, de 76 años, de un tumor maligno de piel junto al ojo derecho, en 2002.
A partir de mañana, un segundo milagro atribuido a la beata será suficiente para seguir el proceso de ser santa