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¿Deja salir a pasear a su gato? No es bueno para él ni el medioambiente

Para asegurar el equilibrio medioambiental y el bienestar tanto de su mascota como suyo es importante que controle el estar fuera de casa

  • No es necesario que los gatos salgan de casa, menos sin supervisión. Su interacción con la fauna silvestre podría perjudicar su salud y el ecosistema. Los perros deben hacerlo siempre acompañados. FOTO: SSTOCK
    No es necesario que los gatos salgan de casa, menos sin supervisión. Su interacción con la fauna silvestre podría perjudicar su salud y el ecosistema. Los perros deben hacerlo siempre acompañados. FOTO: SSTOCK
01 de junio de 2021
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Perros y gatos son auténticos exploradores. “Para los caninos es muy importante salir diariamente, gastar energía a nivel físico y mental”, cuenta Alejandra Mejía, médica veterinaria magíster en Etología de pequeñas especies, y agrega que si bien hay gatos que son juguetones y aventureros, son una especie que “puede permanecer en un mismo espacio sin requerir del exterior”.

Los felinos son más territoriales. María Soledad Solórzano, etóloga felina con más de 15 años de experiencia, lo explica: “La zona del gato está más limitada. Se acostumbra a un espacio y es allí donde se siente seguro. De hecho salir los puede estresar”.

Conocer el mundo y recorrerlo es entonces una experiencia distinta para ambos. Sin embargo, las actividades que realizan en el exterior sin supervisión comparten consecuencias muy similares. “Se exponen a riesgos como atropellamiento, politrauma, envenenamiento, entre otros”, dice Mónica Hernández, médica veterinaria del área de hospitalización del Hospital Veterinario Universidad de Antioquia, diplomada en Medicina Interna y Cuidado Crítico.

Además es probable que en el exterior tengan contacto con fauna silvestre como aves, insectos y mamíferos que son clave en el equilibrio ecosistémico. Nathalia Villada Betancur, médica veterinaria de la Universidad de Antioquia y activista ambiental, afirma que “algunos perros, pero sobre todo los gatos, tienen un instinto cazador muy desarrollado. Es común encontrar mamás zarigüeyas heridas por ambos”.

En ese sentido, agrega Hernández, el contacto con este tipo de fauna no afecta solo al medioambiente, sino que es peligroso para la mascota y para usted como propietario. “Puede que la fauna no esté en óptimas condiciones de salud y lleve a su animal de compañía a contraer infecciones o enfermedades, incluso de índole zoonótico, es decir, que pueden afectar a los humanos, por ejemplo la leptospirosis”.

Los gatos

Los felinos que tiene en casa o que ve ocasionalmente en las calles son descendientes de una especie silvestre. Juan David Palacio Cardona, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), señala: “Perros y gatos están catalogados como especies domésticas o de compañía según el Decreto 1608 de 1978 y la Ley 611 del 2000. No obstante, provienen de un ancestro común que es silvestre”.

Hector Emilio Ramírez Chaves, PhD en Ciencias Biológicas, cuenta en el paper Historia de las especies de Mamíferos exóticos en Colombia, publicado en el Boletín Científico del Centro de Museos, Universidad de Caldas: “La mayor parte de los mamíferos exóticos que hoy están establecidos en el país fueron importados desde Europa por los conquistadores españoles (...). Entre estos se encuentran el cerdo, el caballo, la oveja, la cabra, la vaca y el gato”.

Por eso, apunta la veterinaria Villada Betancur, los gatos “no hacen parte de nuestra cadena alimenticia. Son una especie introducida, no pueden equipararse a tigrillos u ocelotes, por ejemplo”. En ese orden de ideas, Palacio Cardona desde el AMVA añade que en el ecosistema urbano habría “presión sobre especies de fauna silvestre con las que cohabitamos; pueden ser depredadas y competir por nichos ecológicos, lo que desencadenaría incluso en la disminución de poblaciones”.

Las prácticas de cacería de los felinos pueden llegar a desequilibrar el ecosistema, incluso a una pequeña escala: tomando en casa las arañas, cucarachas o lagartijas. “Yo evitaría que cazaran. Controlar ese instinto es muy complicado, pero se puede lograr que disminuya enriqueciendo el ambiente con juguetes y trabajándolo desde cachorro”, concluye Villada Betancur.

Las tres expertas consultadas coinciden en que para el caso de los gatos se trata de un comportamiento innato. “Va en su naturaleza. El grado de amansamiento canino es más avanzado”, señala Hernández. Por eso con los felinos es más importante tratar de controlar: “Hay que enriquecer el ambiente de manera que no le haga mucha falta el contacto con la naturaleza: brindarle espacios tridimensionales, dinámicos (que pueda escalar, refugiarse, dormir) y jugarle todos los días”, agrega Solórzano, quien además cree que en un escenario ideal, los felinos podrían estar en el exterior, pero bajo condiciones de vigilancia y encerramiento, por ejemplo, un jardín enmallado.

Su propio bienestar

Además de la relación conflictiva entre los felinos y la fauna silvestre, existen otros riesgos. “Los gatos quedan expuestos a enfermedades infecciosas como la leucemia y el sida felino que se transmiten por peleas o arañazos con otros gatos; puede presentarse también atropellamiento o intoxicación”, añade Villada Betancur.

“La única forma de controlarlos es haciendo cerramiento. Aunque tengan un ambiente pleno en casa eso no da la seguridad de que no se van a ir”, dice la etóloga Solórzano y agrega que incluso si se trata de balcones el enmallado es fundamental, “pueden evitarse accidentes o extravíos porque no tienen cómo volver a entrar”.

Con respecto a la posibilidad de sacarlos a caminar con trailla o correa, la etóloga Mejía comenta que “no es recomendable, pues pueden tener altos niveles de estrés, incluso si están chiquitos, eso va en contravía de su naturaleza”.

Gimnasios caseros con madera, cabuya y plumas artificiales son una buena opción para enriquecer el ambiente en casa, así podrán expresar su comportamiento natural: marcar territorio, arañar, morder y “cazar”. “Los gatos siguen siendo muy felices, hay que jugarles y suplir sus necesidades. Además, en un espacio controlado pueden durar un promedio de 15 o 18 años, mientras que en condición de calle viven en promedio 5 años”, agrega Solórzano.

Los perros

También son descendientes de una especie exótica. Ramírez Chaves señala en el paper descrito que “desde 1494 se tienen registros de la introducción de perros de otros continentes en el Nuevo Mundo”. Desde esa época, continúa, “se pueden apreciar los efectos negativos de la introducción de la especie, ya que se conoce su uso en la cacería de venados, dantas, morrocoyes, pumas y cerdos”.

En la actualidad, comenta la veterinaria Hernández, “los hogareños y urbanos no tienen muy desarrollado el instinto de caza, pero es probable que los que viven en condiciones rurales, sí”.

Con respecto a las situaciones que se tienen identificadas desde el AMVA, Palacio Cardona narra que en la zona periurbana algunas personas dejan alimento para los perros de la calle y luego estos “actúan como jaurías atacando a la fauna silvestre. Además están aquellos que los propietarios dejan salir a deambular, cazan aves y pequeños mamíferos”.

En ese sentido, es importante reflexionar en torno a esas prácticas y controlar sus salidas. “A ellos hay que fomentarles el desarrollo comportamental, que socialicen, jueguen”, agrega Villada. Todo esto bajo vigilancia. “Hay que procurar llevarlos con trailla, el perro debe entender que esa es la forma en que debe salir”, puntualiza y recuerda que los bozales son clave: “No son solo para razas de manejo especial. Si un perro pequeño o mediano expresa algún comportamiento agresivo con humanos u otros perros, debe usar bozal. Es ético cuidar la vida del animal y de los otros, porque por un acontecimiento así podría ser llevado hasta la eutanasia”. Ambos elementos (trailla y bozal) deberán conseguirse bajo la asesoría de un veterinario o experto pues dependerá del tamaño y las características de cada canino.

Igual que los gatos, los perros al salir sin supervisión están expuestos a envenenamiento, robo, extravío y enfermedades. Además “pueden interferir con otras personas y generar problemas de convivencia. Si salen sin control pueden tener contacto con perros que no se sabe si están bien cuidados, vacunados y libres de parásitos”.

La recomendación final con ellos es sacarlos con trailla de dos a tres veces al día, y con bozal si es necesario. “Para que huelan cosas distintas, socialicen con perros y no estén estresados todo el día”, apunta Villada.

Finalmente, recuerde que la tenencia responsable abarca tener sus planes de vacunación al día, que estén desparasitados y que se haga un manejo responsable de las heces. “Es entender sus necesidades, más que tenerlos por bonitos, es interiorizar su papel en el mundo y cómo sus hábitos pueden ser incluidos en los míos”, concluye la etóloga Mejía

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