Esta semana, entre el 12 y el 14 de junio, se celebra en Medellín Circulart, el mercado musical que reúne los talentos independientes de Iberoamérica, la feria musical más grande de Colombia.
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Habrán conversatorios de distintos temas alrededor de la música y la industria, presentaciones en vivo y músicos de 12 países. Por Puerto Rico estará Andrea Cruz, que llega por primera vez a Medellín, porque a Colombia vino hace un par de años.
Andrea es cantautora y hace parte del proyecto No toquemos tierra, que brinda recursos, servicios y acompañamiento que ayude a los artistas de la isla en su desarrollo. Aunque aquí todavía no la conocemos mucho, el año pasado celebró sus primeros 10 años de carrera musical y ha publicado tres discos, Tejido de Laurel (2017), Sentir no es del tiempo (2020) y Escritos elegidos de: Lo que no debió salir (2021). En agosto lanzará el cuarto Bienquererse, en el que la acompañará el Cuarteto Tabonuco, que vino con ella a Medellín para su presentación este jueves 12 a las 6:15 p.m. en el Teatro Pablo Tobón Uribe.
A propósito de su paso por la ciudad EL COLOMBIANO con ella de su música, de Puerto Rico y del papel de los artistas en los momentos crisis de los países.
Usted ha participado en formatos tan influyentes como el Tiny Desk y en festivales como SXSW y LAMC ¿para un artista puertorriqueño es más fácil relacionarse con el público de Estados Unidos o de América Latina?
“Yo siento que todo ahora mismo es bastante trabajoso por la cantidad de artistas que hay y sobre todo por el tipo de género que yo hago. Tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica, el Caribe y Europa, es complejo. El hecho también del contexto geográfico, moverse desde Puerto Rico es muy costoso, hay algunas cosas que son verdaderamente difíciles, así que todo esto es muy significativo, durante este año hemos estado en Chile, en Argentina y ahora en Medellín”.
De la música de Puerto Rico conocemos sobre todo la salsa y el reguetón ¿qué tan receptiva ha sido la gente con su música?
“Siempre es una belleza, una sorpresa. Todos los países tienen zonas silenciosas pero hay que empezar a visibilizarlas porque son procesos que llevan años y dan cuenta de las complejidades y las pluralidades musicales del país. La música ha sido bien recibida, yo lo tomó siempre como una sorpresa”.
Usted es de Aibonito, un lugar quizás no tan conocido de Puerto Rico ¿cuénteme un poco de él?
“Es bonito, lo conocen también como el pueblo de las flores, queda muy en el centro, en el corazón del país, es un pueblo muy alto de clima templado, frío, es un lugar montañoso y eso es algo que me acompaña a mi dentro de mi música, en mis letras, esa cercanía a la naturaleza”.
Usted llegó a la música más desde la escritura que desde los instrumentos, ¿por qué se decidió por la música?
“En definitiva empecé desde otros lugares, pero siento que la música siempre ha estado ahí. En 2014 comienzo a tocar en distintos lugares en Puerto Rico y la verdad es que no tenía la expectativa de que este fuera el oficio. Siento que siempre fue como algo que me escogió a mí. Hay un artista puertorriqueño que dice que es un buen capricho, pero a la misma vez, mirándolo críticamente, hay que estar constantemente revisando qué es estar para la música, cuáles son los puentes que desde ahí se pueden formar, cuáles son nuestras posiciones, nuestros aportes, cuáles no. Y en un contexto tan complejo política y socialmente, creo que es una herramienta bien poderosa”.
¿Cómo se traduce en su música una situación tan compleja como la que vive Puerto Rico actualmente?
“Ser hija de una crisis como esta de cierta manera te fortalece y con más razón, el mensaje, la búsqueda debe ser contundente. Luego de una crisis, ¿qué más queda? Simplemente seguir. Y creo que hay algo de la resistencia que es sumamente importante y que nuestro país también necesita y es que las voces que estamos ahora podamos recoger lo que se está viviendo, contarlo, cantarlo y marcarlo como parte de nuestra historia”.
Hay sobre todo una búsqueda identitaria que los está acercando más a América Latina..
“Es una reconstrucción y también una reparación de la identidad, de una identidad impuesta, invadida, y que estas generaciones luego de haberlo perdido todo tenemos que buscar la forma de dejar algo mucho más claro, relacionarnos con otros pueblos y otros países, que aunque geográficamente estén lejanos, tenemos historias compartidas”.
Usted tiene ya tres discos publicados y está por lanzar el cuarto ¿cómo ha sido el proceso de un disco a otro?
“Cada vez que uno vuelve a lanzar un álbum o un proyecto hay que hacer un proceso de autocrítica, de sanación y reparación con una misma porque uno va cambiando muchísimo, no solamente en la voz, como un instrumento tan vivo, sino también en lo que se quiere contar, en lo que se vivencia y en cómo se quiere expresar. Bienquererse que va a tener 12 temas y va a estar saliendo en el mes de agosto, nombra un tema universal que es el hogar, la casa y la vivienda desde los afectos, cómo los estamos viviendo, esa revolución afectiva que estamos todo el tiempo cuestionándonos dentro de nuestros hogares y fuera en nuestras comunidades. Bienquererse va en esa dirección de una forma metafórica como me gusta trabajarlo”.
¿Qué artistas la van a acompañar en el disco?
“Voy a estar colaborando con el Cuarteto Tabonuco, que es un cuarteto de cuerdas, mujeres educadoras puertorriqueñas, también está Loren, la vocalista y cantante de Chuwi, la banda que recién hizo un tema con Bad Bunny, de Chile estará Yorka... es una cosa nueva para mí porque los álbumes anteriores no contaban con colaboraciones”.
¿Qué bandas de Puerto Rico deberíamos conocer?
“El laberinto del coco que es una de mis bandas favoritas, hace una fusión de bomba folclórica, La otra media, MiLa, Melissa Ocasio, RaiNao y si quieren buscar más pueden entrar a DimeloMío una pagina maravillosa que esta todo el tiempo exponiendo a los artista y también El Track”.
