El video de Perra, la canción de J Balvin con la dominicana Tokischa, muestra al cantante paisa llevando a dos mujeres de tez oscura con orejas y nariz de perro como si fueran dos mascotas. Ellas están en posición cuadrúpeda, con la correa en el cuello. Después de dos meses de lanzada y de verse en YouTube desde el 7 de septiembre, con más de 10 millones de visualizaciones, este lunes desapareció de la red social.
Aunque la plataforma no se ha pronunciado oficialmente, medios internacionales como BBC o ABC aseguran que “lo prohibió” y por eso no se puede ver en estos momentos. Comentarios de seguidores en Twitter aseguran que el mismo artista lo retiró, pero esto tampoco está confirmado por él. Lo cierto es que el video en YouTube ya no se ve.
La polémica empezó hace días y ha causado tanto revuelo que hasta se pronunció la vicepresidenta y canciller de Colombia Marta Lucía Ramírez, junto a la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, quienes calificaron las imágenes, en una carta abierta publicada en Twitter, de “sexistas, racistas, machistas y misóginas”.
Laura Figueroa, activista feminista y fundadora del colectivo Incendiarias, cuenta que la canción habla de dos personas que quieren tener relaciones sexuales y la describen. “No veo un acto violento en sí. Lo que sí hay profundamente arraigado es una misoginia en la letra y ya en la forma en que se materializó el video se genera controversia”.
Las implicaciones
Camilo Villa, abogado especialista en derechos de autor, explica que una obra de esa magnitud montada en la plataforma monetiza todos los días, “cada que uno la reproduce en su ordenador o celular, YouTube la contabiliza y le manda un dinero al artista, y como no está en la plataforma ya la gente no la va a encontrar y por lo tanto J Balvin no va recibir beneficio económico, pero si la pones en Spotify, Deezer u otras, esas sí le van a reconocer un dinero. Eso es la explotación comercial y económica de la obra”.
En resumen, hasta ahora está afectada la explotación económica del video, pero no de la canción, y confirma el abogado que Youtube puede decidir qué productos distribuye y cuáles no (ver Para saber más). Para Figueroa lo interesante de que se haya bajado de esta red de videos es que el debate sobre las violencias contra las mujeres está llegando a otro lugar. “No creo que la solución sea la cancelación como tal, pero la victoria no es que se haya bajado la canción sino que las personas hablen y debatan de un producto que podría denigrar a las mujeres”.
Para la joven cantante urbana Amuna el tema tiene de todo: “El ritmo me parece muy chévere, es pegajoso, jocoso, pero si nos vamos por el lado de la temática, de la letra, obviamente a las personas les va a llamar la atención porque cada artista va contando sus experiencias de vida a través de su música”, y toca la vida de la cantante dominicana que acompaña a Balvin en Perra, Tokischa.
“Ella no ha tenido una vida fácil ni común, ha tenido menos límites y eso es lo que ella interpreta en su música, que para nosotros es difícil aceptar como sociedad y como personas con un montón de reglas y normas que nos han impuesto muy conservadoras. Es complicado”. A eso le suma que Balvin la apoya por ser una artista única, diferente, algo que no se ha visto.
El género urbano se ha caracterizado desde sus inicios por letras polémicas y videos que muestran a las mujeres como objetos sexuales (Bad Bunny, Bryant Myers, Maluma, Ñejo o Don Omar han recibido críticas o censura por algunas de sus canciones), pero situaciones como esta han sucedido también con otros ritmos, como cuando Madonna lanzó el video de Like a prayer en 1989 en la que se quemaban cruces o Justin Timberlake con Tunnel Vision presentó un video en el que él observa a tres mujeres desnudas.
Lo importante de este tema es la reflexión, dicen los especialistas consultados, porque se ponen en la mesa temas como los estereotipos, las masculinidades, el feminismo, de los que hay que hablar y sentar posición. Es un llamado no a la censura ni a ponerle límite a la creación, sino a conversar. Es decir, el arte debe provocar, ¿pero de qué forma?
¿Condena o ética?
Roberto Cardona, director de Los40 Colombia, cuenta que las marcas que hacen curación de música tienen un tema editorial detrás, “y esa misma curación la hacemos nosotros para nuestros usuarios”.
Con relación a la de J Balvin, “tomamos la determinación de no sonarla, sin embargo hay otras que sí las sonamos con algún tipo de censura (por ejemplo un pito en una palabra grosera)”. Añade, sin embargo, que con los años esa vara para medir el tipo de lenguaje explícito que se usa en temas como los de reguetón se ha bajado dado que las audiencias igual han cambiado su manera de hablar y usan un lenguaje más explícito. “Por lo menos nosotros sí estamos pendientes, entendiendo que hay un aspecto legal y ético en el que los usuarios no aceptan ni tienen una mayoría de edad para escuchar radio. También hay un tema de responsabilidad muy fuerte por parte de las marcas”.
Jayson Grisales López, de Rumba TV, cuenta que en el canal sí establecen restricciones en algunos videos del género urbano, que tienen escenas explícitas fuertes. “En especial cuando se muestra el consumo de drogas y contenido sexual. Si fuera por las letras tuviéramos que censurar casi todo. Con Perra aún no hemos tomado una decisión sobre si lo vamos a seguir programando o no, en mi concepto el pecado de la canción está solo en esa escena”.
Su opinión es que todo se ha dado gracias a la controversia de Balvin con Residente, “si no hubiera estado la polémica de por medio no hubiera pasado nada, tanto así que la canción se estrenó hace dos meses y solo ahora se viene a hablar de ella”.