Cerca de ocho minutos de aplausos de pie recibió Parásito luego de su proyección en el Festival de Cine de Cannes, el certamen más prestigioso de Europa, en mayo del año pasado. Desde los Globo de Oro, como un virus, se esparció este entusiasmo por el mundo hasta consagrarse en los Oscar.
La cinta del surcoreano Bong Joon Ho, ahora en cartelera, muestra la relación de una familia de clase baja que sobrevive en un sótano de la ciudad, con otra adinerada, que habita una lujosa y amplia vivienda a las afueras.
La historia, con humor negro e ironía, sucede en una sociedad específica, Corea del Sur, pero el fenómeno de clases al que apunta es global. “Esencialmente todos vivimos el mismo país llamado capitalismo”, dijo Bong Joon Ho en su discurso, mientras sostenía el Globo.
Como una metáfora de ese conflicto universal es la relación entre estas familias de dos clases sociales diferentes, en apariencia opuestas. Durante dos horas, el director conduce al público sobre la pregunta de cuál de las dos es el parásito.
¿Qué tiene la cinta, que tanto la aplauden?
Relevancia
El crítico de cine Orlando Mora señala que el filme comienza de una manera aparentemente obvia y en plan de comedia, pero que da giros que la alejan de un discurso único. “Hay un elemento de confrontación de clases, absolutamente subversivo y de una gran fuerza, aunque se muestra la familia y la soledad”.
El docente Carlos Mario Pineda destaca la distancia entre esos dos mundos a través de los personajes y los espacios físicos. Agrega las situaciones de ansiedad a las que se lleva al público: “Lo increíble se vuelve verosímil, lo extraño se transforma en posible de manera tal que el espectador queda capturado”.
De Oriente
El discurso de director el domingo tuvo eco porque, además, Bong se refirió a la dificultad de que películas de otras latitudes –como el cine asiático– llegue a las salas occidentales. “Una vez que superen la barrera de un centímetro de altura de los subtítulos, tendrán muchas más películas increíbles de otra lengua”.
Frente a esto, el crítico de cine y docente Oswaldo Osorio resaltó esta semana a EL COLOMBIANO el poder de la cinematografía de Corea del Sur como una de las mejores de este siglo: “Antes de 2000 prácticamente no existía para el mundo. Se ha convertido en una de las grandes”.
Carlos Mario Pineda indica que hay que mirar más a este país, con directores como Kim Ki-duk o Park Chan-wook, que han podido romper el dominio de Hollywood en el mercado audiovisual.
Eso está haciendo el director Bong Joon Ho, “el hombre al que todos quieren conocer” en Hollywood, como lo llamó The New York Times en diciembre. Este mes estará contagiando con la fiebre de Parásito.