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Crece la brecha entre artistas y Secretaría de Cultura

La ruptura entre la Secretaría de Cultura y un sector de artistas no es reciente y no se avizora una solución.

  • El Parque de las Luces fue el punto de encuentro de varios colectivos artísticos inconformes con el manejo de la cultura en la ciudad. De allí caminaron hasta las instalaciones del Concejo municipal donde debatieron con el Secretario de Cultura. FOTO Manuel Saldarriaga
    El Parque de las Luces fue el punto de encuentro de varios colectivos artísticos inconformes con el manejo de la cultura en la ciudad. De allí caminaron hasta las instalaciones del Concejo municipal donde debatieron con el Secretario de Cultura. FOTO Manuel Saldarriaga

Poco después de las nueve de la mañana, un grupo de artistas –compuesto por mimos, payasos, dramaturgos y actores– se reunió en la entrada de la sede de la Secretaría de Cultura Ciudadana –edificio Vázquez, parque de las luces– para hacerle saber a Medellín su molestia con el trabajo del responsable de la cartera, Álvaro Ósmar Narváez. Con una leve reforma del eslogan de la dependencia, convocaron al plantón “#Nos muere la cultura”. De ahí, en caravana de pitos y carteleras, los inconformes caminaron los casi quinientos metros que dista las instalaciones del Concejo municipal para transmitirle sus quejas a los miembros de la corporación.

El tono indignado de los reclamos de cierta parte del sector cultural respecto a las gestiones de Narváez ha escalado hasta quizás un punto de no retorno. Por ejemplo, Luis Fernando Velázquez, director de la Corporación Carantoña –Belén, San Bernardo–, considera que la secretaría se le salió de las manos al funcionario: “Esa secretaría no la maneja Narváez, esa secretaría tiene otros brazos y brazos muy fuertes”. Dicha percepción la comparte Carlos Álvarez, director de Circo Medellín: “Álvaro es igualito al alcalde, son igualitos los dos: son imponentes, evasivos”. Por su parte, Iván Zapata, director del Teatro Popular de Medellín –Bomboná– afirma sin titubeos: “En los 42 años que llevo en las artes escénicas nunca habíamos tenido un secretario tan deficiente”.

Las causas de la ruptura

Las razones del disgusto con el funcionario son variadas, distintas. En primera instancia los manifestantes le cuestionan darle la espalda a un gremio al que en su momento perteneció. En efecto, Narváez –maestro en Arte Dramático y Especialista en Artes de la UdeA– fue catorce años el director del grupo teatral De Ambulantes. “Teníamos esperanza con Álvaro Narváez porque fue el líder de un grupo, sin embargo él nos ha apretado demasiado”, cuenta el clown Álvarez mientras sostiene un trozo de cartón con un mensaje que critica el dinero gastado por EPM en el concierto de apertura del Alumbrado –$1.154 millones–.

Velázquez ratifica lo dicho al mencionar la poca disposición de diálogo del secretario y sus asesores: “La reactivación económica para los grupos, para los artistas es una farsa. En la secretaría no están haciendo bien las cosas. No tienen en cuenta el diálogo con los trabajadores del arte y de la cultura”.

No solo se pone en tela de juicio la actitud de Narváez, también se reprochan sus credenciales. “Nosotros vemos que Álvaro Narváez no tiene ni la experiencia ni la experticia suficiente para manejar este cargo. El covid y su inexperiencia han hecho una combinación letal que lleva a muchos traumas dentro del arte y la cultura”, dice Zapata.

El segundo tema del debate –y la razón por la cual el acto terminó en el Concejo municipal– es la caída en el presupuesto destinado a la cultura. La incertidumbre reina a sus anchas en las proyecciones de los artistas y sus colectivos. “Soterradamente durante los dos años anteriores se ha bajado el presupuesto de la cultura en la ciudad. En estos dos años hemos retrocedido mucho tiempo”, comenta Velázquez.

La distribución del dinero incomoda a los gestores culturales: dos de ellos señalaron el desbalance de lo otorgado a artistas de afuera —tanto en el concierto del Alumbrado como en otros procesos— con lo recibido por los colectivos locales. “Lo que rebasó la tapa: la preferencia por artistas foráneos. La preferencia y los pagos que artistas locales nunca soñarían tener”, indica Zapata.

El cruce de pareceres se trasladó al Concejo. Según asistentes, cinco gestores culturales hablaron en el recinto. Luego, el secretario Narváez intervino. Al presenciar la distancia en las posturas –en este instante por completo antagónicas– unos concejales decidieron crear una comisión accidental para examinar el tema de la cultura.

A su vez Narváez convocó para el martes una reunión con los marchantes. “Una cita que pedíamos desde hace más de un año y que si no es por esta presión, este plantón, no la hubiera dado. Esperemos que tenga soluciones concretas”, acotó Zapata. Sin embargo, no se tiene certeza si tal encuentro se realizará: los artistas se reunirán el lunes en el auditorio del Teatro Matacandelas a trazar las acciones venideras y los voceros de los próximos días.

Más allá de las minucias de la disputa entre una parte de los grupos de cultura y el secretario Narváez, la esencia del asunto está en la fractura de los lazos del gobierno local con un estamento social del valor de los cultores de las artes vivas. La cultura no es un tema exclusivo de los gobernantes ni de los artistas. La cultura es una riqueza social.

El Secretario responde a los críticas sobre el presupuesto para la cultura

Tras varios intentos y semanas de espera, Álvaro Ósmar Narváez, secretario de Cultura, accedió a darle a EL COLOMBIANO una entrevista para conversar sobre las inquietudes de los gestores culturales de la capital antioqueña. El diálogo se dio por vía telefónica y se habló, entre otras cosas, del presupuesto destinado para la cultura en 2022 y del plantón de este viernes.

Hablemos del presupuesto de cultura para 2022...

“Hay varios asuntos frente al presupuesto que es muy importante conocer: el inicial no es el presupuesto ejecutado al final del año. Se toma un punto de partida para cumplir los indicadores del Plan de Desarrollo. Hoy se discutió el presupuesto, un presupuesto de 79.000 millones de inicio (sin incluir funcionamiento) y hay un compromiso de que va a aumentar. ¿Qué entendemos nosotros por el presupuesto? Un inicial que se discute con las comunidades –el presupuesto participativo–más uno de recaudos y uno que se va adicionando durante el año.

Es importante entender que —y ojalá esto salga— que hay otras dependencias que le han venido apostando también al presupuesto de cultura. Entre otras secretarías y entes del conglomerado hay $36.000 millones más. En este año vamos por una ejecución de $ 116.000 millones. La pandemia ha afectado demasiado al sector cultural y no es solamente una responsabilidad de la institucionalidad pública, es una situación global. Nosotros hemos tratado de mantener los recursos del sector cultural. Las dificultades del sector pasan porque hay que generar un proceso de renovación de los modelos de interacción, porque el sector ha crecido mucho”.

¿Puedo incluir en el artículo que se va a disminuir o a aumentar el presupuesto”

“Sí, hay una disminución en el recurso del año anterior a este, pero no significa que al final del año no podamos tener aumento. Voy a poner ejemplos: en la administración anterior, el inicio de uno de los años fue aproximadamente el mismo recurso que tenemos, pero terminaron con alrededor del 60 % más. Y eso siempre ha pasado. Hoy tenemos gestionados $78.800 millones en el COAI más $16.200 millones de presupuesto participativo”.

Pareciera que hay una ruptura con los artistas. Ellos han dicho que no se puede conversar con usted...

“Hoy en el debate del Concejo a cada uno le dije cuándo me había llamado y cuánto tiempo me había demorado en contestarle. A todo el sector yo lo he escuchado. A mí no me pueden decir que yo no los escucho: lo que pasa es que una cosa es escuchar y otra cosa es entregar privilegios sin haber pasado por los procesos de contratación. Le voy a decir algo: quien diga que no se le ha escuchado está mintiendo. Hay que entender que los privilegios no son derechos. Todos los que protestaron ahí trabajan en las redes de prácticas artísticas, en convenios de asociación con nosotros. Aquí no podemos hilar tan delgadito, que no pueden venir a decir que no les estamos ayudando. Eso es totalmente falso”.

¿Cómo piensa restablecer esos vínculos?

“Te voy a hacer un recuento. Recuerdo que era estudiante y entré un día al Ateneo Porfirio Barba Jacob y ahí estaban Farley Velásquez y Cristóbal Peláez diciendo que la responsabilidad de la cultura es del Estado. Yo me paré como estudiante de la Universidad de Antioquia y les dije: ‘¿Y por qué no nos preguntamos cómo construimos juntos un consumo cultural?’. Estoy hablando de 2003. Cuando egreso de la Universidad monto un proyecto cultural que dependía de la institucionalidad solo un 13 %. Hay que buscar modelos de gestión diferentes.

Remediar la ruptura no es darles gusto o cumplir los mandatos de alguien. Tenemos que cambiar. Tenemos que entender que el proceso de gestión también tiene que cambiar. El mundo avanza, vamos a entrar a un reto muy difícil, la transformación digital. Si el sector no la asume en todas sus dimensiones va a ser muy difícil que se sostenga y eso no es responsabilidad del Estado. El mundo avanza, va cambiando de modelos. Entran en crisis los modelos establecidos. Les toca trabajar de la mano con el Estado, pero no se trata de un asunto de imponer y que se sigan manteniendo unos privilegios y no unos derechos”.

78.800
millones de pesos es el presupuesto inicial de la Sec. de Cultura para 2022.
Ángel Castaño Guzmán

Periodista, Magíster en Estudios Literarios. Lector, caminante. Hincha del Deportes Quindío.

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