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Los antiguos griegos emplearon la expresión “canto del cisne” para referirse a la última actuación de una artista, a la obra de cierre de un escritor, dramaturgo o filósofo. Se trataba, entonces, de una suerte de testamento artístico, de función de cierre. Sin embargo, la imagen queda corta para describir Psicosis 4:48, la obra que la dramaturga Sarah Kane terminó en febrero de 1999, pocos antes de ahorcarse con los cordones de sus zapatos. Quizá sea más apropiado decir “grito del cisne”. O, ya de plano, grito.
Este texto será llevado a escena por la actriz Lina María Morales del 4 al 6 de mayo en Teatro El Trueque, a las ocho de la noche.
Al momento de su suicidio —tras una temporada en el pabellón psiquiátrico de un hospital de Londres—, Kane era la revelación de la literatura inglesa. Con 27 años había logrado el aplauso de la crítica y el público por el crudo lirismo de sus obras Crave, Cleansed, Phaedra’s Love y Blasted.
No obstante, la rudeza de la enfermedad mental arrinconó a la artista y la condujo por un laberinto de medicamentos y soledades. Ese precisamente es el motivo del título del monólogo: según estadísticas publicadas en Inglaterra, por esos años las cuatro de la mañana era la hora con mayor índice de suicidios. Y la razón que daban era simple: en esa hora los cuerpos de los pacientes psiquiátricos no sentían los efectos de los fármacos tomados la noche anterior.
Lina conoció el monólogo de Sarah cuando un amigo, al enterarse de sus lecturas, se lo recomendó. Y la conexión con la angustia de la inglesa fue inmediata: descubrió referentes comunes entre ambas, en particular los poemas de Silvia Plath, los aforismos de Emil Cioran y los textos de Antonin Artaud.
De esa afinadad surgió la idea de llevar a las tablas el grito de Sarah. Para traducir la angustia de Kane a los lenguajes de la escena contó con la ayuda de Juan Diego Zuluaga, el director de La rueda flotante. El texto de Kane parece, por tramos, un poema, y, en otros pasajes, incluye los números de una coreografía. “La obra comienza en el suelo y termina arriba, en la liberación”, dice Lina María.
Las exigencia de Psicosis 4:48 son físicas y emocionales. El texto pone a prueba la templanza de la actriz y de los espectadores. Al fin y al cabo no siempre uno tiene la oportunidad de mirar de frente la cara de la muerte. De hacerlo de una manera tan brutal.
Periodista, Magíster en Estudios Literarios. Lector, caminante. Hincha del Deportes Quindío.