La noche del 31 de mayo en Estocolmo, Suecia, prometía ser una jornada histórica para la peleadora colombiana Alejandra Lara. En el evento SC28 de la promotora Superior Challenge, la antioqueña se enfrentó a la española Aitana Álvarez con el cinturón del peso gallo en juego. Una oportunidad que representaba no solo un nuevo reto deportivo, sino también una ocasión para reivindicar una carrera marcada por su resiliencia y pasión por las artes marciales mixtas.
Lara, conocida por su espíritu combativo y por ser una de las pioneras colombianas en llegar a ligas élite como Bellator MMA, llegaba con la confianza de quien ya sabe lo que es pelear por un título. En 2018, disputó el cinturón mundial del peso mosca en esa reconocida promotora estadounidense. Esta vez, con la experiencia acumulada y entrenada por Francisco Grasso, uno de los más respetados entrenadores del circuito internacional, buscaba sumar un nuevo capítulo dorado a su carrera. Su récord profesional antes del combate: 11 victorias y 8 derrotas.
Durante los primeros compases del combate, la colombiana mostró temple y dominio, aprovechando su veteranía dentro del octágono. Sin embargo, el destino le tenía preparada una amarga sorpresa. En una acción rápida y potente, Aitana Álvarez levantó a Lara en busca de un derribo. Al caer, la peleadora colombiana se apoyó de manera desafortunada sobre su brazo derecho, dislocándose el codo. El combate tuvo que detenerse de inmediato. El cinturón se escapó, pero el dolor físico fue aún más fuerte que la derrota.
Tras ser atendida rápidamente, Lara fue trasladada a un centro médico en Estocolmo. Horas después, con la entereza que la caracteriza, compartió en su cuenta de Instagram un video que conmovió a sus seguidores: se la ve cantando, apoyada contra una pared, en un intento por sobrellevar el dolor mientras espera atención médica. También mostró imágenes del tratamiento, así como el momento en que salió del quirófano tras la cirugía.
Ahora, el camino de regreso será largo y exigente. Lara deberá enfrentar un proceso de recuperación que la mantendrá alejada del octágono por varios meses. Pero si algo ha demostrado a lo largo de su trayectoria es que la adversidad no la detiene. A sus 29 años, y con una carrera que la ha llevado desde Medellín hasta las grandes carteleras internacionales, “Azul” Lara –como se le conoce en el mundo de las MMA– tiene todavía muchas batallas por dar.
Su espíritu, su lucha, y ese video en el que canta con el codo dislocado, son prueba de que la verdadera fortaleza no siempre se mide en victorias, sino en la capacidad de levantarse ante el golpe más duro. El cinturón se le escapó en Suecia, pero su lugar en la historia del deporte colombiano sigue firme.
