En uno de sus días más duros en el Tour, en el que atacó pero se vio impedido para responder cuando fue contragolpeado, se puede decir que Nairo Quintanacontó con suerte, y que sus ilusiones de luchar por el sueño amarillo no se desvanecen.
Perdía cerca de 20 segundos con el británico Chris Froome cuando este tuvo el incidente con la moto de la organización. Esa ventaja hubiera podido incrementarse, porque en el duro ascenso al colombiano se le notaba cansado, impotente. En un instante su cabeza, mirando al piso, evidenciaba lo mal que lo estaba pasando, una imagen difícil de ver en un hombre que pocas veces denota sufrimiento sobre la bicicleta. “Fue un día duro, con viento, mucha potencia. Fue apresurado atacar, dejé algunas balas que al final me faltaron”, confesó Nairo, consciente de que aún queda mucho terreno por correr. Hace tres años en Mont Ventoux, Nairo por poco se desmaya tras el esfuerzo que hizo allí. Esa vez terminó segundo a 29 segundos de Froome, y en la general perdía 5 minutos y 47 segundos frente al británico. Ahora la diferencia es menor. Lo tiene a 54 segundos y con los Alpes aún por escalar .