Parece que a los ciclistas colombianos los persigue la mala suerte cada vez que se acercan a la gloria o se presentan como candidatos a una carrera importante.
No se puede desconocer que también se imponen de manera frecuente en las diferentes clásicas del mundo, pero, si las caídas o las enfermedades no los afectaran, el número de logros sería mayor.
Y esta hipótesis se asienta luego de lo acontecido ayer con Fernando Gaviria, el corredor antioqueño que lideraba la armada criolla en la última prueba del Mundial de ruta, que se corrió en Doha (Catar).
Incluso, la jornada comenzó con la baja de Rigoberto Urán -otro de los llamados a figurar- por un estado febril. Y a falta de 162 kilómetros de la meta, Gaviria chocó con el esloveno Luka Mezgec y el australiano Luke Durbridge, en la carrera que ganó Peter Sagan, en un embalaje contra Marc Cavendish.
Este incidente le produjo al favorito una luxación en su hombro, dejando a Colombia sin ilusión de arañar medallas en una competencia que no le dejó nada.
“El balance no fue positivo, pero fue una experiencia más que tenemos y sabemos que para estas competencias, en terreno plano, necesitamos más corredores preparados en Colombia”, sentenció el director técnico de la delegación nacional, el antioqueño Carlos Mario Jaramillo.