Luego de retirarse del BMX y el ciclomontañismo, Sebastián Gil Tamayo decidió dedicarse al ultraciclismo, modalidad en la que se recorren distancias mayores a los 200 kilómetros. “Siempre intento llevarlo al tope para ver de qué estoy hecho y cuál es mi límite”.
El paisa, de 28 años, empezó a montar bicicleta a los cinco años. A los 19 se alejó de las ruedas para competir en maratones y triatlones, se dedicó al Ironman, carreras que combinan natación (3.8 kilómetros), ciclismo (180 km) y trote (42 km). Además, recorrió montado en su bicicleta, desde Medellín hasta Cartagena en 22 horas y media, junto a su amigo Eduardo Henao.
Miguel Olarte, amigo desde el colegio y compañero en el Ironman Coeur d’Alene en Idaho, Estados Unidos, en el que Gil obtuvo la quinta posición opina que su amigo es un atleta que ha logrado objetivos que no muchos participantes han completado. “Sebas es un verraco. Acompañarlo en Idaho fue increíble, no creo que lo hubiera hecho sin él”.
Ahora Henao, Olarte y Gil buscarán un nuevo objetivo en su vida: recorrer 12 veces Las Palmas, el sábado 24. En el evento, de nombre Everesting, se debe repetir un mismo segmento hasta acumular en desnivel la altura del Everest, es decir, 9.000 metros. “Cumplir el reto en una etapa es la única regla que tenemos. Lo haremos en forma continua y sin parar para dormir -dice Gil-. En Latinoamérica solo se ha realizado en Brasil”.
Henao cuenta que la preparación para este recorrido se ha hecho por el Suroeste antioqueño. “La más dura de todas fue desde Bolombolo a Santa Fe de Antioquia, y regresando a Medellín por San Jerónimo. Fueron temperaturas muy altas, casi llegando a los 41 grados”.