Su frágil figura sobre una bicicleta que lo doblaba en altura, el ceño fruncido mientras pedaleaba, y una melena negra que salía rebeldemente alrededor de su casco, llamaban la atención entre quienes le abrían paso a su agitado ritmo.
Se sorprendían al verlo, pues, como todo un ciclista profesional, Jerónimo Delgado dejó ver sus excepcionales condiciones en su caballito de carbono. Con solo ocho años de edad fue la sensación ayer en el Ciclopaseo del Clásico EL COLOMBIANO que recorrió la zona rural del municipio de El Carmen del Viboral, de donde el menor es oriundo.
Y es que desde el comienzo del trayecto el menor de la familia Delgado se puso al frente de la prueba, de la que también participaron sus compañeros del club Talentos Carmelitanos, que alternan la práctica del patinaje con el atletismo y el ciclismo.
Nunca se le vio desencajado por el esfuerzo de escalar los repechos que hicieron parte de la distancia de 20 kilómetros, tampoco lució desconcentrado por los compañeros que iban a su lado disfrutando su primer ciclopaseo, incluso, ni las indicaciones de su papá, siempre a rueda cuidando sus pedalazos, lo detuvieron.
“Me sentí muy bien en el ciclopaseo, fue muy chévere tenerlo en el lugar donde vivo y lo mejor fue compartir con todos mis compañeros del club”, comentó el pequeño a su llegada a la meta, en la que una medalla lo esperaba como recompensa a su entrega.
Legado
Lo mismo le ocurrió a Mariana Giraldo, que por primera vez participaba en el Clásico motivada por sus padres Ferney Giraldo y Claudia Arenas, que desde hace tres años no se pierden esta cita recreativa.
“Yo llevo en el ciclismo lo que mis papás llevan asistiendo al Clásico: tres años. Antes no me habían traído por temor a no seguirles el ritmo, pero este año me invitaron a pedalear con el grupo que tienen. Estoy muy contenta”, comentó Mariana.
Su mamá fue su escudera durante el recorrido, en el que ambas pudieron disfrutar del sinnúmero de hortensias, eucalipto, coles, cebollas y zanahorias, cultivos que encontraban a su paso y que enriquecieron su experiencia en familia.
“Estos espacios son muy agradables porque, además de hacer ejercicio y oxigenarnos del trajín de la vida en la ciudad, aportas a una buena causa, porque la labor social que realiza el Clásico es muy bonita y que bueno poder contribuir en ella a través de estos espacios”, aseguró Claudia.
Otro papá orgulloso de entregar el testimonio de la participación de su hijo en el Clásico fue Eduardo Londoño, quien con una década recorriendo las rutas de Antioquia con este evento, decidió invitar a Sebastián Londoño, de 13 años, quien además de haber estado en el Ciclopaseo, participará el fin de semana en la Etapa Extrema en el bicicrós.
“Él monta bicicleta desde los 4 años, hace 6 empezó a practicar ciclomontañismo y hace 2 se inclinó por el BMX y está en semilleros. Yo lo apoyo porque me gusta que explore, que se divierta con lo que hace. A veces, incluso él me motiva salir a montar”, relató Eduardo, que espera disfrutar, el próximo año, otra vez del Ciclopaseo junto a su hijo y sus amigos.
“Esto se ha convertido una tradición para nuestra familia y grupo de amigos, es genial encontrarse con tanta gente que comparte la misma afición. El Clásico, en todas sus fases, siempre ha tenido un ambiente de hermandad y camaradería que cautiva” concluyó el pedalista.
742
participantes, de todo el Departamento, están inscritos por ahora en BMX.
570
deportistas se esperan en push bike (120), downhill (150) y cross country (300).