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Andrés Salazar, el “paisita” que vive un sueño en la Selección

El lateral izquierdo, de 20 años, está viviendo su primera convocatoria con el seleccionado de mayores.

  • Andrés Salazar, de 20 años, ha sido uno de los jugadores destacados de Nacional en 2023. Ahora es el lateral izquierdo de la Selección Colombia FOTO FCF
    Andrés Salazar, de 20 años, ha sido uno de los jugadores destacados de Nacional en 2023. Ahora es el lateral izquierdo de la Selección Colombia FOTO FCF
17 de junio de 2023
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Andrés Salazar siempre parece recién salido de la barbería. Tiene un estilo que le da un aire inconfundible de joven paisa, un flow medio reguetonero. Se motila con el siete, como se bautizó en Medellín al famoso estilo mohicano –que no es más que un intento de cresta–, se hace una línea en las cejas y se acicala los vellos que tiene en la barbilla, que le decoran la cara para verse pulido, impecable.

Tiene 20 años, es futbolista profesional y juega de lateral izquierdo. Dentro de la cancha es veloz, técnico, fuerte, intrépido. Le gusta aventurarse al ataque cuando encuentra un espacio, buscar llegar hasta la línea de fondo, centrar el balón o rematar al arco para sentir el éxtasis que produce anotar y celebrar un gol.

Esas características fueron las que llamaron la atención de Néstor Lorenzo, el técnico de la Selección Colombia de mayores, quien lo convocó para la gira de partidos amistosos contra Irak y Alemania que la Tricolor tenía programados para la doble fecha Fifa de este mes.

El viernes, en el estadio Mestalla de Valencia, España, Salazar cumplió el sueño que tenía desde pequeño cuando empezó a jugar fútbol. Debutó con la Selección absoluta de Colombia. Y no lo hizo de cualquier manera. No entró en los minutos finales cuando el juego ya estaba resuelto y los técnicos suelen meter a los jóvenes, no.

Por el contrario, lo hizo de una manera que vale la pena aplaudir, celebrar. Salió en el equipo titular y jugó todo el partido. No se dejó amedrentar por los nervios de las primeras veces. Jugó con serenidad y sencillez cuando tuvo que defender e intentó asociarse bien con Luis Díaz cuando se lanzó al ataque. Su debut fue destacado, en una posición que en la Selección llevan años buscándole un nuevo dueño, un recambio.

“Considero que aún está en proceso de formación y deberá continuar mejorando aspectos específicos de la posición; pero también creo que podemos ilusionarnos con él como futuro lateral izquierdo indiscutible de la selección absoluta”, comentó Diego Mazo, técnico de las divisiones menores de Atlético Nacional y uno de los formadores de Salazar.

Andrés (que este año ha tenido 11 convocatorias con el plantel profesional de Nacional, que ha jugado tres partidos de la fase de grupos de la Copa Libertadores, que estuvo en el Sudamericano Sub-20 que se jugó en Colombia entre los pasados meses de enero y febrero, que fue titular en cinco partidos del Mundial Sub-20 que se jugó en Argentina) espera volver a ser titular con la Selección de mayores este martes en el duelo en el que la tricolor enfrentará a Alemania a partir de la 1:45 p.m. de Colombia.

El niño del Oriente antioqueño

El joven deportista nació, creció, estudió y se formó para ser futbolista profesional en Guarne, un municipio en el que hace frío y está ubicado en el Valle de San Nicolás, a 31 kilómetros de Medellín, o media hora subiendo en carro.

Ahora que ya cumplió su sueño de llegar al equipo profesional de Atlético Nacional –cuadro del que es hincha–, Andrés sigue viviendo en Guarne con su mamá, papá, una hermana y su abuela materna. El amor que siente por sus raíces es innegociable.

Tal vez su conexión con “el pueblo” está relacionada con que en una cancha del municipio fue donde, por casualidad, conoció el fútbol. Andrés tenía tres o cuatro años. Su abuelo le pidió que lo acompañara a ver un partido de un primo. Aceptó. Le gustó lo que vio y cuando terminó el cotejo se metió a jugar. Se enamoró.

Poco tiempo después pidió que lo metieran a entrenar. Sus familiares lo inscribieron en la escuela de fútbol Manantiales, en Guarne. “Ahí me di cuenta de que quería empezar a construir algo, poder llegar a ser futbolista profesional”, dijo Andrés en una entrevista con el influencer Juan Sandoval.

La familia de Andrés siempre lo acompañó a los partidos para hacerle barra. Él les devolvía la atención asistiendo como espectador a los juegos que el papá, el tío y los primos disputaban los fines de semana. Lo hacía después de ver en televisión partidos del fútbol europeo, por la mañana y antes de que empezaran los duelos de Nacional en la Liga local.

“Recuerdo mucho la final de la Liga de 2011 en la que Nacional le ganó acá (en el Atanasio Girardot) a La Equidad en una tanda de penaltis que terminó 3-2 y quedó campeón”.

En ese momento Andrés tenía ocho años y se empezaba a destacar como un extremo potente, que hacía goles en los torneos en los que participaba con Manantiales. Era un jugador diferentes, de los que siempre llaman la atención.

En un torneo que se realizó con Copacabana quedó como goleador. Se destacó tanto que los caza talentos de Nacional le propusieron que entrara en las divisiones menores, para que hiciera parte del equipo sub-11. Salazar y su familia aceptaron. Ahí empezó su camino hacia el fútbol profesional.

Un jugador con recorrido

“Me llamo mucho la atención la facilidad con la que superaba a los oponentes y el fuerte remate a portería”, recordó el entrenador de las divisiones menores de Nacional, Diego Mazo, del primer momento en que vio jugar a Salazar.

Ya sabemos que Andrés era extremo por izquierda. También que frecuentemente marcaba goles. Esa habilidad, sumada con su velocidad y el buen porte físico que siempre ha tenido (mide 1,83 metros), llevó a que subiera rápido en las divisiones menores de Nacional. Llegó al equipo sub-20 en 2020, cuando tenía 17 años.

En 2021 tuvo su primera experiencia en el fútbol profesional. Nacional lo cedió al Valledupar F.C, que juega en la segunda división del fútbol colombiano. Debutó el 18 de marzo de 2021. Ese día hacía un calor infernal en la capital del Cesar. Él entró al terreno de juego ilusionado, feliz.

“Gracias a Dios por darme la oportunidad de cumplir un sueño tan anhelado. Fueron muchos momentos difíciles, en los que parecía todo perdido, pero creí en mí y hoy puedo decir con orgullo lo logré”, escribió ese día en su cuenta de Instagram.

Su primer gol en el fútbol profesional lo marcó el 25 de octubre de ese año. Fue en el estadio Sierra Nevada de Santa Marta, frente a Unión Magdalena. Marcó de cabeza. El festejo fue mesurado. Era apenas el primer paso de su carrera.

En 2022, Nacional decidió cederlo a Fortaleza de Bogotá. Allá también se destacó. Para ese momento ya estaba jugando de lateral izquierdo. Empezó a ocupar esa posición después de que lo convocaron a los procesos de la Selección Colombia sub-20. Le gustó, se destacó y ahí se quedó.

Pero tener un recorrido amplio en el fútbol profesional siendo tan joven no ha sido fácil. Durante dos años vivió lejos de su familia. Se perdió momentos especiales. Eso le costó. Por fortuna, para 2023 lo dejaron como jugador fijo en Nacional. Estando en el club verde, en su casa, le han pasado cosas buenas. Jugó el Suramericano y el Mundial sub-20. También lo llamaron a la Selección Colombia de mayores.

Ahora, espera consolidarse para cumplir el sueño de estar en un Mundial, llegar al viejo continente y en algún momento poder llevar su estilo, su aire de joven paisa, que siempre parece que acabara de salir de la barbería, al Real Madrid.

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