No es gratuito que hoy a Yáser Asprilla lo comparen con el mejor jugador inglés del momento, Jude Bellingham. Como tampoco es casualidad que a Jhon Arias lo hayan bautizado como el “Pelé colombiano” en Brasil. Mientras que Jhon Córdoba se ha certificado como un romperedes letal en Alemania y ahora en el fútbol de Rusia. Los tres tienen algo en común, son oriundos del Chocó y también figuras con la Selección.
Su éxito tiene un contexto, Colombia es un país reconocido por su pasión por el fútbol, alberga regiones que se destacan por la calidad de sus jugadores y la cantidad de futbolistas que exportan a las ligas más importantes del mundo. Entre estas regiones, el Chocó se posiciona como una verdadera cuna de glorias futbolísticas, y en la actualidad está por encima de otras zonas del país que también han sacado futbolistas que dejaron huella.
Ha sido tan grande la evolución de la cantera chocoana que en la actualidad esta región viene superando a otras como Urabá e incluso el Valle del Cauca, gracias a la calidad de jugadores que está fabricando.
Según los expertos, las razones son diversas y se conjugan para crear un ecosistema único que favorece el desarrollo de este deporte en esta región, históricamente olvidada y golpeada por los problemas sociales.
El cazatalentos y entrenador Juan José Chalela explica que el fútbol en el Chocó no es solo un deporte, es una forma de vida. “Desde temprana edad, los niños y niñas crecen jugando en las calles, parques y canchas improvisadas. Esta pasión natural por el juego es el primer ingrediente fundamental para el éxito”.
Además, destaca que los chocoanos poseen una habilidad natural para el fútbol. “Su agilidad, rapidez, técnica y dominio del balón son características distintivas que los convierten en jugadores apetecidos por los equipos profesionales, no solo de Colombia sino también de otros países”.
Otro de los factores que incide son las condiciones de vida, aunque difíciles, han forjado un carácter resiliente y una mentalidad fuerte en sus habitantes. Estas cualidades se traducen en futbolistas con una gran determinación y disciplina, aspectos clave para superar obstáculos.
El fútbol es unión
En esta región, el fútbol es un deporte que une a la comunidad. Las familias, amigos y vecinos se convierten en los primeros fanáticos y motivadores de los jóvenes talentos. Su apoyo y aliento son fundamentales para que estos jugadores sigan persiguiendo sus sueños. Para muchos jóvenes chocoanos, este deporte representa una oportunidad de salir de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida. Es una vía para acceder a una mejor educación, salud y un futuro más prometedor.
Del Chocó han brotado grandes figuras del fútbol como Hamilton Ricard y Jackson Martínez, o el combativo mediocampista Carlos Sánchez. También ha visto surgir a los delanteros Tressor Moreno, Carmelo Valencia y Wason Rentería, y ha sido el lugar de origen de destacados entrenadores que también estuvieron en la selección en su etapa de futbolistas como Alexis García y Francisco Maturana.
¿Por qué supera otras regiones?
Hoy, cuando las personas ven lo que hacen Yáser, Arias y Córdoba en sus equipos y en la Selección Colombia, se formulan el siguiente interrogante: ¿qué están haciendo de distinto en Chocó para que en la actualidad sea un municipio modelo en la formación de jugadores?
El exfutbolista Hamilton Ricard dijo que a pesar de las limitaciones, en el Chocó existen escuelas de fútbol que trabajan arduamente para formar a los jóvenes talentos. “Estas escuelas les brindan las herramientas técnicas y tácticas necesarias para competir a nivel profesional”.
Ricard, que tuvo un exitoso paso por el fútbol inglés jugando para el Middlesbrough, cree que, contrario a lo que sucedía en su época de jugador, en los últimos años ha habido un mayor esfuerzo por visibilizar el talento futbolístico del Chocó. “Uno va y se da cuenta que hay más torneos, eventos y la presencia de scouts de equipos profesionales y eso han permitido que estos jugadores sean descubiertos y tengan la oportunidad de mostrar su potencial”.
Aún falta un largo camino
Más allá de que Chocó se esté convirtiendo en un modelo para las demás regiones del país en términos futbolísticos, todavía existen grandes retos por superar en materia de infraestructura deportiva y oportunidades para los jóvenes talentos. Hace unos días en entrevista con EL COLOMBIANO, el delantero Jhon Córdoba manifestó que la empresa privada y el gobierno deben entender que la inversión en el deporte y el desarrollo social en el Chocó tiene la fuerza necesaria para potenciar aún más este territorio y transformarlo en una verdadera fábrica de estrellas del fútbol.
El fútbol como única salida
Se puede decir que el fútbol en el Chocó tiene una tradición más arraigada que por ejemplo en Urabá. Uno de los aspectos que más influyen es que el municipio antioqueño presenta un poco más de mejores condiciones de vida que ese departamento, por lo que allí los jóvenes no ven el fútbol como la única vía para salir de la pobreza o mejorar su futuro.
Antes, Urabá tenía una mayor visibilización en cuanto a su talento futbolístico, pero lo hecho hoy por jugadores como Yáser, Jhon Córdoba y Jhon Arias ha llevado a que Chocó aparezca en el mapa de los clubes, no solo de Colombia sino a nivel mundial.
Otro de los factores que ha influido en el crecimiento del balompié chocoano es el tradicional torneo Amistades del San Juan, que nació en 1975 como una iniciativa para fomentar la integración y el sano esparcimiento entre los municipios de ese departamento.
Desde entonces, se ha convertido en una de las fiestas deportivas más importantes de la región, atrayendo a cientos de aficionados y jugadores de alto nivel.
Más que un simple torneo
El torneo Amistades de San Juan es una celebración de la cultura chocoana, en la que se ponen de manifiesto las tradiciones, la gastronomía y la música de la región. Además, el torneo sirve como plataforma para que los jóvenes talentos puedan mostrar su potencial y abrirse paso a nivel profesional.
“Ese es un torneó único, especial, tiene un plus diferente. Los partidos se vuelven picantes, son sabrosos, es bonito y une a los pueblos”, manifestó el árbitro antioqueño Wílmar Roldán, que ha sido invitado a varias ediciones de este campeonato.
“Aparte de buenos jugadores que han salido de acá, también hay que exaltar esa labor del árbitro, hasta Óscar Julián Ruiz vino a pitar finales acá. También salió el árbitro Gustavo Murillo, que ya ha estado en distintos torneos internacionales”, agregó el colegiado paisa.
El campeonato se realiza en Andagoya, un municipio de no más de 10.000 habitantes, e incluso ha sido patentado por la Fifa. “Siempre se realiza en la primera semana de enero y acá vienen ojeadores de todas partes del país y también internacionales”, contó el exjugador Manuel Acisclo Córdoba, padre de Jhon Córdoba y quien también disputó ese torneo.
También reveló que en esa época hasta las escuelas de Andagoya se convierten en improvisadas villas olímpicas.
“La mayoría de jugadores profesionales del Chocó salimos de este campeonato”, aseguró Manuel Ascisclo.
Así que pese a los problemas de pobreza extrema, violencia, falta de oportunidades laborales, gran déficit en infraestructura vial, educativa y de salud, y la corrupción, el Chocó tiene una gran capacidad para salir adelante con su riqueza futbolística. Con el apoyo adecuado posee el potencial de seguir exportando grandes estrellas al fútbol mundial.
Una selección ideal del Chocó
Podríamos armar varias selecciones con los jugadores chocoanos que han estado en el fútbol colombiano, aquí sugerimos un equipos titular con: Libis Arenas; Darwin Andrade, Hanyer Mosquera, Yeimar Gómez, Leyton Jiménez; Carlos Sánchez, Jhon Arias, Alexis García; Yáser Asprilla, Jhon Córdoba y Jackson Martínez. Mientras que en el banco de suplentes estarían Carlos Bejarano (portero), Flavio Córdoba (defensa), Álex Díaz (defensa) Jhon Fredy Hurtado (volante), Elkin Blanco (volante), Dahwling Leudo (volante), Dager Palacios (volante), Danilson Córdoba (volante), Tressor Moreno (delantero), Zamir Valoyes (delantero), José Erick Correa (delantero y Erik Moreno (delantero) y Manuel Ascisclo Córdoba (delantero), Hamilton Ricard (delantero). El director técnico sería Francisco “Pacho” Maturana.