Excéntrico sí, pero excelente ser humano. Así como llegó en helicóptero al estadio Metropolitano el 6 de diciembre de 1987, después de cumplir una sanción por hablar sin pelos en la lengua y muchas veces con un vocabulario desmedido, también llegaba al corazón de quienes lo conocían.
En una entrevista que Édgar le concedió a EL COLOMBIANO en 2009, cuando decidió hacer un receso en el deporte y cumplir las funciones de embajador en Sudáfrica, expresó todo el cariño que tenía por Colombia y su gente. Quisimos recopilar algunas frases que hoy más que nunca están vigentes. Las palabras de un hombre que siempre deseó que los colombianos fueran felices.