Cuando era pequeña, Marielys Terán Julio le quitaba las cabezas a las muñecas y se ponía a jugar fútbol con ellas.
Además, mantenía en las calles de su corregimiento Pajonal, de San Onofre (Sucre) jugando con todos los niños del sector, algo que provocaba apodos como el de machorra. “Igual eso a mí no me importaba, a mí lo que me gustaba era jugar fútbol en cualquier lado”, dice la niña de 13 años.
Ese corregimiento es reconocido por el cultivo de plátano y yuca, aunque su vida está más relacionada con el arroz. Su mamá vive de lo que pueda recoger y vender a diario.
A pesar de las condiciones difíciles de las que proviene, la arquera de Las Américas Sincelejo ha podido disfrutar de la fiesta de Ponyfútbol, cita de la que ella supo gracias a una amiga de Tolú y a la que llegó gracias a su buen rendimiento en su equipo de San Onofre, ¡como delantera!
“Siempre jugué adelante y me gustó hacer goles, pero en este equipo me acomodé como arquera porque vi que faltaba una... he tenido habilidades para tapar”.
Como cuenta Julio César Erazo, quien la reclutó para el Festival, sus condiciones de vida son difíciles por la falta de recursos, por lo que tuvo que buscar con los diferentes papás del equipo para traer a Marielys. “Cómo la íbamos a dejar si estuvo en toda las fases de eliminatorias, hicimos el esfuerzo económico”.
Con el buso de arquera puesto, ella se enfoca en algún día recuperar su puesto en la delantera. “Mi verdadera pasión es hacer goles”, reflexiona Marielys.
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